La precampaña electoral reactiva la oposición a la reapertura de Garoña
A nadie se le escapa que la posible reapertura de Garoña iba a ser uno de los temas centrales de la campaña electoral vasca y en especial en Álava, pero la Declaración de Impacto Ambiental favorable al proyecto del almacén temporal de residuos nucleares ha precipitado en precampaña una cascada de mensajes de oposición a esta posibilidad. Todos los partidos políticos contrarios a la nuclear lo han incluido como tema obligatorio en los actos de presentación de sus candidatos.
Por su parte, las iniciativas sociales reacias a Garoña han reactivado también su actividad. Tanto el Foro Anti Garoña y como Araba Sin Garoña retoman sus reuniones esta semana para diseñar acciones que visualicen una vez más el rechazo social mayoritario a la planta y más ahora, tras esa última “amenaza” de reconvertir en almacén nuclear la instalación burgalesa. Consideran que el beneplácito mostrado por la Secretaría de Estadio de Medio Ambiente al proyecto, mediante ese informe medioambiental favorable, no es sino un paso más en la apuesta del Gobierno de Rajoy hacia la energía nuclear.
Precisamente esa declaración de impacto ambiental ha contrariado a la Diputación alavesa. El equipo de Gobierno ha encargado un informe a los servicios jurídicos de la institución foral “para ver si es posible formular un recurso y así conseguir paralizar el proceso”, ha anunciado el propio diputado, Ramiro González. La Diputación alavesa ya envió sendas cartas a los ministros de Industria y de Medio Ambiente después de conocer la noticia sobre el proyecto para ese almacén, un proyecto para el que no se ha contado con la opinión del territorio. Aunque la central nuclear no está localizada en tierras alavesas, sí se encuentra muy cerca, a unos 40 kilómetros de distancia de Vitoria en línea recta y muy próxima a municipios de la provincia. Por este motivo desde la Diputación entiende que deberían haber sido consultados. En los mismos términos se manifestó la propia consejera de Medio Ambiente y Política Territorial. Ana Oregi exigió que el Gobierno vasco tenga “conocimiento y voz” en la tramitación para instalar un almacén temporal de combustible nuclear en Garoña.
“Incertidumbre y falsas ilusiones para la ciudadanía”
Desde Garoñaren kontrako Foroa, Ekologistak Martxan y Gure Energia (Plataforma por un Nuevo Modelo Energético) han denunciado los intentos de reabrir la nuclear. Lo hacen tras conocer “nuevas informaciones sobre la ampliación de capital de su propietario Nuclenor (Iberdrola y Endesa) y sobre las reuniones mantenidas entre éste, el CSN y el Gobierno. ”Ya son tres años desde que quedara paralizada y dos desde que está en cese de actividad. En total, ha alcanzado los 43 años. El supuesto gasto millonario en reparaciones no garantizaría la seguridad de una central obsoleta y llena de grietas. Además desconocemos si se han ejecutado las reformas imprescindibles y exigidas para su reapertura (grietas del barrilete, barras de penetración, manguitos, problemas de corrosión del circuito y tuberías de la torre de refrigeración) así como a cuánto ha ascendido todo ello. Todos estos problemas vienen a agravar la situación de una central cuya fecha de caducidad ya está superada y cuya tecnología está caduca y obsoleta“, insisten en un comunicado.
Advierten además de los costes de estas operaciones. “Nos parece exagerado, especialmente cuando llevamos tanto dinero dilapidado en la energía nuclear. Recordemos que la moratoria nuclear- según las informaciones que ha trascendido recientemente, costó a las y los consumidores 5.717 millones de euros”.
Estos colectivos sostiene que es innecesario, además de una grave irresponsabilidad dado su precario estado, intentar reformar y ‘reenchufar’ Garoña ya que el sector energético está sobredimensionado. “Muchas de las nuevas centrales de ciclo combinado se ven abocadas a cerrar o a no producir. La situación se ve agravada con el descarado bloqueo de toda la producción fotovoltaica y eólica”.
Ante esta situación Garoñaren kontrako foroa, Ekologistak Martxan y Gure Energia reclaman que deniegue a Garoña el permiso para seguir funcionando y que se proceda al cierre definitivo de la central. “No es justo que se someta a la ciudadanía, a las comarcas cercanas y a los trabajadores a esta enorme incertidumbre, a falsas ilusiones y, sobre todo, a tanto riesgo. Este coste, tanto desde el punto de vista económico como social, en riesgo para la salud y el medio ambiente de las generaciones actuales y futuras, como en recursos empleados, es inasumible. Estamos a las puertas del colapso civilizatorio, climático y de recursos, y, en este contexto, deberíamos invertir en la transición a un modelo energético de energías renovables, limpias y duraderas, así como en la creación de riqueza sostenible para la región en lugar de invertir en una energía antigua, cara, peligrosa y contaminante como la nuclear”.