El Gobierno de Urkullu confía en que el pacto presupuestario con EH Bildu sea la “antesala” de otros acuerdos
La mayoría absoluta de PNV y PSE-EE en el Parlamento Vasco, reforzada con el pacto con EH Bildu, hacía que el resultado del pleno que analizaba las enmiendas de totalidad de Elkarrekin Podemos-IU, PP+Cs y Vox estuviera muy claro desde el inicio. Las cuentas de 2022, dotadas con 13.108 millones de euros y con las que el Gobierno ha decidido mejorar incluso sus previsiones de crecimiento (el PIB crecería al 6,7% y no al 6,4%), siguen su plácida tramitación para que estén en vigor el 1 de enero. En la sesión, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha confiado en que los acuerdos que han sido posibles se sucedan en el futuro: “Yo, como mucha parte de la sociedad vasca, interpreto que este, de alguna manera, también es el presupuesto de EH Bildu, ya que no están en contra. Habrá otras lecturas, pero la mía termina aquí, en la apertura de un camino y la antesala, quizás, de otros acuerdos”. Con Azpiazu, la nacionalista Itsaso Berrojalbiz y la socialista Susana Corcuera han defendido también las bondades de la ley más importante del año.
“Creo que es un acuerdo muy importante, una apuesta por la política útil, y agradezco sinceramente -sinceramente- la actitud de EH Bildu en los encuentros que hemos mantenido, como espero que la coalición agradezca la sinceridad y la búsqueda de acuerdos que en todo momento ha mantenido el Gobierno para que se sumen al consenso presupuestario, aunque sea con la abstención”, ha añadido Azpiazu, ya recuperado de una infección de coronavirus que le obligó a cerrar e incluso a firmar este acuerdo confinado en su domicilio. Ha destacado como elemento clave que algunos de los puntos del pacto son similares a los términos del acuerdo de la coalición abertzale con el Gobierno de Navarra. Según se informó en el momento del pacto, su cuantificación ronda los 250 millones de euros y, además de partidas para Salud o pobreza energética, hay compromisos para impulsar la inversión de I+D+i, para regular los precios de los alquileres o para mejorar, por la vía de la negociación colectiva, el SMI. Es la primera vez que EH Bildu pacta unas cuentas con el Ejecutivo de Iñigo Urkullu después de años de confrontación política.
El acuerdo ha sido el eje de la discusión entre los grupos. Ha abierto fuego Vox, cuya única representante, Amaia Martínez Grisaleña, ha empleado como gran argumento su defensa de España: “He de confesarles que me considero española, y que me encanta, además, utilizar el nombre de España, el de mi país, en este escenario en el que todo lo español parece obra de Lucifer”. Después, Carlos Iturgaiz, al tiempo que insistía en la bajada de impuestos al modo de Isabel Díaz Ayuso, ha denunciado la “batasunización” de la política vasca. “Si [Pedro] Sánchez y [Eneko] Andueza abren la puerta al pacto con Bildu, usted, señor Urkullu, les abren las ventanas de par en par. Es un giro radical del PNV. A nuestro juicio, en la dirección equivocada. No es la primera vez, es cierto, porque algunos tenemos muy presente la batasunización del PNV en el pacto de Estella y los pactos del Gobierno de [Juan José] Ibarretxe con [Arnaldo] Otegi. Nada bueno trajeron para los vascos aquellos pactos, y nada bueno cabe esperar tampoco de éste”, ha pronunciado el líder de PP+Cs.
Desde la bancada de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi (Podemos) y Jon Hernández (IU) han criticado duramente el proyecto presupuestario. “Los servicios públicos en Euskadi se desmoronan”, entiende la coalición. Es más, Gorrotxategi insiste en que las cantidades del acuerdo con EH Bildu no son reales, algo que en el Gobierno ven como “un ataque de celos”. “Vamos a rechazar los presupuestos también en esta ocasión en la que ha sido EH Bildu quien ha decidido dar el visto bueno a los mismos a cambio de modificar partidas por valor de unos exiguos 66 millones de euros de un total de 13.000 millones sin ningún tipo de cambio político, a pesar curiosamente de las duras críticas que hicieron a nuestros compañeros el día que decidieron pactar unos presupuestos”, ha dicho la portavoz morada, que precisamente accedió al cargo haciendo gala de esa oposición al pacto presupuestario que el anterior equipo de Podemos alcanzó con Urkullu en 2020. Se da la circunstancia de que este lunes la confluencia de izquierdas ha alcanzado, por tercer año, un acuerdo en Vitoria, donde gobiernan igualmente PNV y PSE-EE.
El formato del debate ha relegado la intervención de EH Bildu incluso hasta después de la votación. “Este presupuesto sigue muy lejos de lo que necesita este país para afrontar el futuro con garantías. Pero hemos conseguido que sea mejor que el proyecto original del Gobierno”, ha enfatizado Maddalen Iriarte, portavoz abertzale. “Si hay voluntad, se pueden alcanzar acuerdos. Por primera vez en muchos años, vemos que el Gobierno, el PNV y el PSE-EE, empiezan a vislumbrar el camino correcto. Quizás sea solamente un destello, pero bienvenido sea si refleja que el Gobierno comienza a entender cómo se debe afrontar el futuro”, ha apostillado no sin mencionar la polémica en torno a la ley de Administración Ambiental, aprobada la pasada semana con una dura oposición por parte de la coalición.
Ahora, rechazadas las enmiendas de totalidad, se analizarán en comisión las enmiendas parciales. El acuerdo con EH Bildu supondrá que solamente sus propuestas aceptadas sean incluidas en el texto definitivo. El resto de folios y folios que llenan un carrito que se ha entregado a sus señorías quedarán en papel mojado.
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