Una marea rojiblanca colma Bilbao al paso de la Gabarra en la histórica fiesta del Athletic
Son unas imágenes que quedarán grabadas en la retina de cientos de miles de bilbaínos, vizcaínos y visitantes. El 11 de abril ha sido un día generacional. A las 16.30 de este jueves, como estaba previsto, ha partido la Gabarra del Real Club Marítimo del Abra, en Getxo. El símbolo por excelencia de los triunfos del Athletic Club ha vuelto a cruzar la ría del Nervión-Ibaizabal. Ambos márgenes, los puentes, las azoteas y las casas estaban llenas de seguidores con camisetas rojas y blancas, a los que poco les ha importado el retraso que se iba acumulando en la lenta ruta.
La Gabarra llevaba en dique seco desde 1984, último año en el que el equipo masculino ganó la Copa y la Liga. Después ha habido un par de Supercopas y el femenino se ha proclamado campeón de la Superliga hasta en cinco ocasiones estos años, aunque la embarcación no ha surcado la ría en ninguna de ellas. Acompañada de 160 embarcaciones y 32 traineras, la plataforma flotante, sin propulsión ni gobierno (no tiene motor, ni timón) que se desliza remolcada, ha llevado consigo a los futbolistas que el pasado sábado ganaron la Copa del Rey en Sevilla y a algunos de los últimos ganadores de aquel título de hace cuatro décadas. Vestían con unas camisas similares a las de sus ancestros, rojas y blancas, aunque algunos han prescindido de ellas a medida que avanzaba la fiesta.
En aquella Gabarra viajaron dos únicas mujeres, una de ellas, Sara Estévez. Considerada como la primera cronista deportiva, pero firmando bajo el pseudónimo Marathon, surcó la ría con los campeones del Athletic en el año 1984. Hoy, con 99 años, reside en la Residencia Fundadora Siervas de Jesús, que justamente se encuentra a un lado de la ría. Desde la residencia confiesan a este periódico que Estévez no se encuentra en condiciones de salud como para recibir visitas ni realizar entrevistas, pero desde el edificio en el que está ha podido contemplar La Gabarra, al igual que lo hizo 40 años atrás.
Con ese mismo objetivo, el de ver el espectáculo lo más cerca posible de la ría, cientos de personas han pasado la noche en los márgenes y otras miles los han rodeado desde primera hora de la mañana. No solo de Bilbao, personas provenientes de toda Euskadi e incluso del resto de España se han apilado para poder ver, 40 años después, a los jugadores del Athletic celebrando un título sobre la Gabarra. Para ello, algunos colegios y empresas han anunciado el cierre por la tarde por razones de “dificultad de movilidad” después de que el Ayuntamiento de Bilbao anunciara cortes y desvíos de tráfico previstos en las inmediaciones del Arenal, las plazas Ernesto Erkoreka y Circular, y los puentes del Ayuntamiento y Arenal y la Gran Vía hasta Moyua, pues son “zonas en las que está prevista una gran afluencia de gente”.
Entre la multitud, estaba preparada para ver o, mejor dicho, para volver a ver la Gabarra Rosabel. Esperaba junto a su marido Koldo y a su nieta Aiora. “Para mí estar aquí supone un sentimiento muy grande, más que el fútbol. La última vez que la vi tenía 17 años y estuve en la plaza del Ayuntamiento. Fue algo muy emocionante porque soy prima de Goiko [el exfutbolista y exentrenador Andoni Goikoetxea], que fue campeón en ese año y fue algo increíble. Hoy también lo estamos pasando muy bien porque estoy con mi nieta y mis hijos, que no lo han vivido nunca, y es algo muy bonito”, reconoce.
Recién llegados de Sevilla, Juanan, Marijo e Iñaki celebran la victoria de su equipo en la Copa del Rey con una copa plateada en la mano y una txapela roja gigante. Juanan, en lugar de camiseta, se ha creado un traje rojiblanco para la ocasión. “Para nosotros estar aquí es recoger lo que sembramos el sábado en Sevilla y lo que hemos ido sembrando todos estos años. Fue algo muy duro y hoy celebramos la alegría que no pudimos allí, porque salimos agotados del campo. Hoy es el día de disfrutar la copa y de hacernos a la idea de que la hemos ganado”, reconoce Juanan. Por su parte Marijo explica que ver la final fue algo “maravilloso”, aunque una vez terminado el partido, tras la tensión “parecía que el Athletic no había ganado”. “Todos nos quedamos tan relajados después de tanta tensión que parecía hasta que estábamos tristes del agotamiento que llevábamos encima”, confiesa.
Iñaki y Juanan ya eran amigos en 1984 y recuerdan que fueron juntos a Barcelona a ver aquella final, la última que el Athletic ganó y que hizo que surcara La Gabarra por la ría. “Somos amigos desde hace muchos años, fuimos a Barcelona y vivimos La Gabarra juntos. Es algo que recordaremos siempre, al igual que el haber ido a Sevilla y estar hoy aquí. Espero que en unos años volvamos a repetir un recuerdo como este”, señala Juanan.
Blanqui y María Jesus, Mariketxu para las amigas, han intentado acercarse todo lo posible a la ría porque pese a sus 87 y 91 años, no quieren perderse la fiesta de su equipo. “El resto de la cuadrilla no ha querido salir, algunas se han quedado en la residencia, pero nosotras teníamos que estar aquí, animando a nuestro Athletic, como siempre”, explica Blanqui mientras hondea dos banderitas rojiblancas. Las dos recuerdan perfectamente que vieron la anterior Gabarra de cerca cuando, según confiesan, “eran unas chavalas”. “Con esta podremos decir que hemos visto todas las Gabarras. La última tendríamos unos 50 años, así que éramos unas chavalas. Aunque yo sigo siendo joven, soy la más pequeña de la cuadrilla, el resto están mayores, tanto que no han venido”, bromea Blanqui sin perder la sonrisa ni la ilusión.
Poco antes de salir la Gabarra, Metro Bilbao ha anunciado que no admite la entrada de pasajeros en estaciones como Casco Viejo, San Ignazio, Algorta, Bidezabal ni Leioa. En el resto de estaciones, para facilitar el tránsito de personas, han asegurado que se intensificará el servicio de metro y abrirá durante toda la noche. El evento, del que se ha dado la cifra del millón de asistentes aunque es el equivalente a toda la población de Bizkaia, ha contado con un dispositivo de seguridad sin precedentes con 1.300 efectivos compuestos por agentes de la Ertzaintza, la Guardia Civil (tiene competencias en las aguas) y otros cuerpos policiales y de emergencias.
Una vez la Gabarra ha completado su recorrido, los jugadores han acudido a las recepciones institucionales en el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia, donde les han recibido el alcalde, Juan Mari Aburto, y la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, respectivamente. Entra una y otra institución han usado un autobús.
A la llegada al Ayuntamiento, ya en tierra, se ha producido una pequeña avalancha sin mayores consecuencias. “Nos habéis hecho sufrir y mucho. Pero nos habéis hecho mucho más felices. La Gabara y la Copa son puro sentimiento. La sangre que corre por nuestras venas es roja y blanco. Esta Copa es muy especial. Supone un regalo de añoranza para los que vivimos el 1984”, ha solemnizado el alcalde al lado del trofeo, de los capitanes, del entrenador, Ernesto Valverde, y del presidente, Jon Uriarte. Ha confiado en que la barcaza cruce pronto de nuevo la ría, “también con el equipo femenino”.
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