Nerea Kortajarena sobre la candidatura de EH Bildu en las elecciones vascas: “Estaré donde el partido considere”

Ante el inminente anuncio de quién será el candidato a lehendakari, la actual portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco y jefa de la oposición, Nerea Kortajarena, no se ha descartado... pero tampoco se ha postulado expresamente. “Soy una militante política. Estaré donde [el partido] considere que mi aportación vaya a ser más valiosa”, ha señalado en la Cámara en respuesta a preguntas de los periodistas.

Ha añadido que no tiene “ambiciones personales” y que “las decisiones en EH Bildu son colectivas”. Una vez descartada la hipótesis de que ese candidato sea el propio líder de la coalición, Arnaldo Otegi, se espera que en diciembre se concrete ya el nuevo cabeza de cartel. En 2016 y 2020 fue Maddalen Iriarte, que dejó el puesto para liderar la plancha en las elecciones forales de Gipuzkoa de mayo de este año y que ganó al PNV, aunque no ha podido gobernar. Precisamente esa salida supuso el ascenso de Kortajarena.

Según ha explicado, EH Bildu está “fuerte”. “Hay ilusión, ganas y músculo”, ha enfatizado. También ha subrayado que la coalición tiene un “proyecto” de país y que “responde a las necesidades del cambio de ciclo”. Sobre los nombres, ha descartado entrar en “futuribles” pero desde la constatación de que hay “banquillo”, “personas capacitadas para liderar”. “Es un proceso que nosotras vamos a vivir con mucha tranquilidad”, ha apostillado.

El clima preelectoral parece lanzado en Euskadi. Kortajarena ha afirmado textualmente que el Gobierno de Iñigo Urkullu, una vez descartado para continuar, “está en funciones” y “con mucha prisa para cerrar carpetas”. “Pese a su mayoría absoluta, éste es el Gobierno más débil que hemos conocido en mucho tiempo”, ha señalado también en una rueda de prensa sobre los presupuestos de 2024. La coalición enmendará a la totalidad las cuentas del próximo ejercicio y pedirá también correcciones parciales por valor de 180 millones de euros para Sanidad, Educación o euskera, mucho menos que los 350 millones que en un inicio exigieron al Gobierno a cambio de abrir una negociación como la de 2022.