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El Parlamento Vasco muestra su “preocupación” por la ultraderecha y Vox logra un altavoz a sus mensajes

Amaia Martínez Grisaleña, de Vox, este jueves en el Parlamento

Iker Rioja Andueza

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El Parlamento Vasco ha vivido este jueves un agrio enfrentamiento entre EH Bildu y Vox, dos formaciones que formalmente mantienen un veto la una a la otra. La izquierda abertzale había promovido una iniciativa para analizar el auge de la ultraderecha y el “neofascismo” en Europa y otros continentes y, de hecho, ha logrado que la Cámara apruebe un texto conjunto de PNV, PSE-EE, Elkarrekin Podemos-IU y la propia EH Bildu en esa línea y que ve como “amenaza” el avance de “populistas”, totalitarios e “imperialistas”. Y ello ha motivado una furibunda intervención de la única representante de Vox, Amaia Martínez Grisaleña, que ha iniciado su intervención llamando “proetarras” a EH Bildu, ha seguido calificando de comunistas promotores de la violencia a Podemos e IU y ha acabado considerando “tibios” con el terrorismo de ETA al PNV, a cuyo presidente, Andoni Ortuzar, ha tildado de “macho alfa”. “Tienen miedo. Vox pronto gobernará España como ya lo hace en Castilla y León. Cuando [Santiago] Abascal gobierne España la ilegalización de [EH] Bildu estará en nuestra agenda política. La esperanza la pintan verde Vox”, ha avisado al término de su intervención, todo un altavoz para sus mensajes.

El debate ha servido para que el director general de EH Bildu, Gari Mujika, exsecretario de la Alcaldía en Donostia en la etapa 2011-2015, se haya estrenado en la tribuna tras trece meses como parlamentario. Hasta ahora, solamente constaba en su historial una pregunta sobre la reunión que celebraron Iñigo Urkullu y María Chivite en Pamplona el 10 de diciembre de 2021, día de inundaciones. Mujika ha mencionado a Marine Le Pen, recientemente segunda en las presidenciales de Francia, a Matteo Salvini, líder de la Lega Nord, en su origen independentistas padanos, y a Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, y ha aludido a un “permanente horizonte de incertidumbre”. Ha añadido que los medios de comunicación “convierten noticias basadas en mentiras” en debates en la agenda pública, un caldo de cultivo que alimenta el odio.

Martínez Grisaleña ha sido invitada a tomar la palabra acto seguido pero, tras bajar a la tribuna, ha tenido que regresar a su escaño porque se había equivocado de discurso. Recogidos los papeles correctos, ha procedido a leer lo que traía preparado punto por punto, sin margen para la improvisación. “Proetarra” ha sido casi de saque su primera palabra tras los saludos. ¿Sin su guion no habría recordado este calificativo? Considera Vox que “EH Bildu tiene la indecencia de hablar de peligro” cuando “nutrió” de asesinos a ETA y hace política tras haber cambiado un nombre de “tres letras”, por ETA, por otro de cinco, en referencia a Bildu, una denominación que no se usa desde hace una década, cuando la marca pasó a ser Amaiur y luego ya EH Bildu. El de la izquierda abertzale -entiende Vox- es “el único fascismo” actualmente. “Todas contra una. Son ustedes muy feministas”, ha ironizado en una segunda intervención en la que, esta vez sí, ha optado por no leer y que ha remachado pidiendo que Pablo Iglesias e Irene Montero abran su casa para acoger a “menas”.

La Cámara ha aprobado sobre la ultraderecha una resolución de cuatro puntos pactada por EH Bildu con los partidos del Gobierno, PNV y PSE-EE, y por Elkarrekin Podemos-IU, que se ha mostrado muy satisfecha por el consenso. Vox los ha descalificado como “los del cordón”. Se refería al acuerdo para reducir los tiempos de intervención y capaz de presentar iniciativas aplicada al grupo mixto al inicio de la legislatura y que ha sido anulado por el Tribunal Constitucional. También es corriente que estos partidos ni siquiera entren a debatir propuestas de la ultraderecha, con la excepción del PSE-EE en algunos puntos. PP+Cs sí mantienen relaciones normalizadas con Vox y, este jueves, Carmelo Barrio también ha visto incoherente que quienes no condenaron a ETA -ha mencionado asesinatos de parlamentarios expresamente- propongan rechazar el odio, la violencia y que la política sea un espacio de “respeto a los derechos humanos”. “Bla, bla, bla”, le ha dicho Barrio a Mujika, que entiende que los extremos se “engordan” y que a EH Bildu le beneficia políticamente “confrontar” con Vox.

Desde la bancada de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi ha pedido no tomarse en broma a partidos como Vox, a los que considera herederos ideológicos del franquismo. Ha puesto como ejemplo que no condenen el bombardeo de nazis y fascistas a Gernika, cuyo octogésimo quinto aniversario se ha conmemorado en fechas recientes. El socialista Txarli Prieto ha enumerado una larga lista de declaraciones de cargos de Vox en España como “la Guerra Civil la provocó el PSOE” y ha mostrado su preocupación por que hayan entrado en el Gobierno de Castilla y León merced a un acuerdo posibilitado por el PP. Ha apelado a “proteger” las políticas “progresistas”. “La era Feijóo”, entienden los socialistas, supondrá más coaliciones con Vox, también en Andalucía. “Por ello, para frenar a la extrema derecha no es necesario sólo cerrar al paso a Vox” sino también al PP, ha añadido Prieto. “Yo no quería este debate”, ha confesado el portavoz del PNV, Joseba Egibar, que incluso había pedido renunciar a sus turnos de palabra. Egibar ha dicho que trasladó sus razones a EH Bildu y las ha repetido en la tribuna: “Yo no quiero traer el marco de debate político de España a este debate”. Según Egibar, esta iniciativa ha dado a Vox “oportunidad para subrayar sus temas” en la Cámara.

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