El movimiento de pensionistas vascos ha repetido sus lunes reivindicativos, como cada arranque de semana desde hace ya seis años, aunque en esta ocasión en formato largo de manifestación en lugar de sólo una concentración ante el Ayuntamiento. Querían dar más empaque a su movilización. Metidos de lleno en campaña electoral, los pensionistas no se han querido quedar al margen, conscientes de que el 23J están muchas cosas en juego, entre ellas el futuro de sus pensiones y de las de las próximas generaciones. Por ello, han pedido abiertamente que no se vote a los partidos que propongan recortar las prestaciones.
Tras una pancarta con el lema 'Recortes de pensiones NO - 1.080 pensión mínima', los pensionistas han recorrido la distancia que separa la Plaza Moyua y el Ayuntamiento de Bilbao en manifestación para pedir a los partidos políticos “compromisos claros” a favor del mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, de fijar una pensión mínima de 1.080 euros, y de mejorar las pensiones de viudedad, entre otras cuestiones para acabar con la “brecha de género” en este colectivo. También han lanzado una petición expresa a los electores pensionistas, que por cierto, en Euskadi, con una población envejecida son una parte muy importante del electorado: Que no se vote a los que quieran recortar las pensiones.
“El día 23 es también para las personas pensionistas un día de movilización para impedir con el voto que quienes apuestan por recortar las pensiones lo vuelvan a hacer y para exigir que nuestras reivindicaciones se hagan de una vez por todas realidad”, han señalado.
De momento, Vox es la única formación política que ha admitido durante la campaña de las elecciones del 23 de julio que no subirá las pensiones y que sólo las incrementará “en tanto en cuanto se vaya reduciendo el gasto estructural”. El PP, con su líder Alberto Núñez Feijóo insistiendo en el dato falso de que su partido siempre ha revalorizado las pensiones conforme al IPC, se refiere al tema en su programa con ambigüedad, señalando que garantizará su sostenibilidad y “la revalorización de las pensiones en el marco del Pacto de Toledo”.
El PSOE apuesta por blindar “el poder adquisitivo de las pensiones con un cambio constitucional, garantizando ante cualquier circunstancia el poder adquisitivo de todas las pensiones con arreglo al IPC. Sumar propone completar las pensiones más bajas y en especial las no contributivas por encima del IPC, hasta que su cuantía alcance, al menos, el umbral de la pobreza. El también apuesta por ligar la evolución de las pensiones cada año al IPC, mientras que EH Bildu pide que el incremento de las pensiones mínimas llegue a los 1.080 euros y rechaza cualquier aumento de la edad de jubilación o del periodo de cómputo de las pensiones.
Los pensionistas se han felicitado este lunes por haber logrado derogar durante la legislatura “los dos elementos centrales de la reforma del PP de 2013: la raquítica revalorización de las pensiones del 0,25% y el factor de sostenibilidad”. Por contra, han lamentado que el apoyo de algunas formaciones políticas a sus reivindicaciones no haya contado con la representación suficiente por lo que “no han sido incluidas en las reformas aprobadas”.
Además de la pensión mínima de 1.080 euros, piden que se recupere la paga compensatoria anual para “recuperar la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones”, así como mejorar sustancialmente la pensión de viudedad hasta alcanzar el 100%. También quieren derogar los coeficientes reductores de la jubilación anticipada con 40 años cotizados y los recortes de la reforma de pensiones de 2011 y 2021.
También con motivo de las elecciones municipales y forales del 28 de mayo el movimiento de pensionistas realizó varias marchas a pie por Euskadi para confluir todas ellas ante el Parlamento Vasco.
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