Vox ha irrumpido en el Parlamento Vasco con un escaño por Álava. La cabeza de lista de la formación de ultraderecha en la 'patria chica' de Abascal, Amaya Martínez Grisaleña, asegura llegar para defender a aquellos que “el Gobierno vasco asfixia con impuestos y discrimina por no saber euskera”. Periodista de profesión, Martínez Grisaleña ya se presentó en los últimos comicios en la capital alavesa, pero no consiguió asiento.
La principal bandera que porta es la de la lucha contra la “discriminación por no saber euskera”. “Vox siempre elige la libertad y dice no a la imposición lingüística que discrimina a familias y sus hijos y les expulsa de una educación de calidad”, ha llegado a asegurar. Se encuadra dentro de los “valientes” que plantan cara a una “turba de violentos” que trata de expulsarlos de Euskadi por no compartir su ideología. “El problema es que no se dan cuenta de que somos vascos y esto también nos pertenece”, proclama.
Vox ya dejó entrever en campaña su intención de “luchar por la justicia social y defender a la clase trabajadora”. De hecho, en una de sus visitas a Vitoria, la formación se dejó ver en el barrio de Zaramaga, donde la Policía Armada franquista asesinó a cinco trabajadores en huelga el 3 de marzo de 1976. Martínez Grisaleña, periodista de formación, ahonda en esa estrategia de “dar voz a los trabajadores alaveses, luchar por sus empleos e impedir la deslocalización de las empresas de la provincia”.
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