El PNV pedirá en el día la patria vasca la libertad de Euskadi pero también de Ucrania y del Sáhara Occidental
Los 'burukides' del PNV Mireia Zarate y Joseba Aurrekoetxea han presentado este jueves en Gernika, delante de un mural del cuadro de Picasso, el manifiesto del principal partido vasco para el Aberri Eguna o día de la patria vasca. Es un conmemoración no oficial y que se celebra coincidiendo con el domingo de resurrección desde hace 90 años, desde 1932, en la II República. El lugar elegido no es casual. El PNV pretende dotar al primer Aberri Eguna con los actos habituales en Bilbao desde el inicio de la pandemia de un marcado marchamo pacifista en puertas del octogésimo quinto aniversario del bombardeo nazi de la villa foral. A la libertad para Euskadi -no se menciona la palabra 'independencia'- se le suma un clamor a favor de Ucrania tras la invasión de Rusia y también una mención al Sáhara Occidental después de que el Gobierno de España haya aceptado los postulados de Marruecos sobre su territorialidad.
“Los nacionalistas vascos reivindicamos el derecho de todos los pueblos a defender libremente su futuro. El futuro de Euskadi, de Ucrania, del Sáhara Occidental”, plantea el PNV en el documento hecho público. Gran parte del texto analiza la situación generada en Europa por la guerra y en él incluso se alerta del riesgo “cierto” de un conflicto de escala internacional. “En este marco complejo de un mundo cada vez más globalizado e interdependiente es donde, una vez más, la estupidez humana ha vuelto a provocar el caos de una intervención bélica, cuyo riesgo cierto, en el supuesto de generalizarse, podría tener consecuencias devastadoras para la Humanidad”, enfatizan los 'jeltzales', que recalcan que es “categóricamente injustificable” la actuación de Moscú y que se están cometiendo “execrables” crímenes de guerra.
El PNV, como manifestó el propio Volodímir Zelenski en las Cortes Generales, aprecia paralelismos con la Guerra Civil. “En el reguero de cadáveres que hemos visto en las televisiones de todo el mundo en las calles de la localidad de Bucha, las vascas y los vascos nos hemos sentido ucranianas y ucranianos. En el horror de hoy en Irpín, Járkov, Mariúpol o Kiev vemos reflejados los bombardeos de ayer en Gernika, Durango, Otxandio… En la valentía y entereza en la resistencia de los dirigentes ucranianos recordamos el compromiso y el liderazgo del lehendakari [José Antonio de] Agirre y de aquella generación de vascos y vascas que sacrificaron todo lo que tenían, hasta su propia vida, en defensa de la libertad y de Euskadi. En las personas refugiadas llegadas a Polonia o a Moldavia encontramos a aquellos niños y niñas vascos separados de sus progenitores y evacuados en barcos a Inglaterra, a Francia, a Bélgica, a la Unión Soviética… Y en los intentos de descrédito, de manipulación y de desinformación que hoy se emplean como elementos de una nueva ‘guerra híbrida’ al servicio de la agresión, identificamos igualmente las mentiras que antaño acompañaron la masacre de Gernika y la inverosímil versión oficial que durante años falseó la destrucción con una humillante leyenda negra”, se puede leer en el manifiesto, en el que el PNV apela a más europeísmo como “garantía de paz”.
No falta una mención a la situación económica, aunque el PNV, en la línea del Gobierno de Iñigo Urkullu, insiste en que no se puede hablar técnicamente de crisis. “Cuando pensábamos que la crisis provocada por el virus podía y comenzaba a revertirse, una nueva sacudida, esta vez en forma de guerra, nos ha dejado consecuencias económicas y de desarrollo que aún es pronto para evaluar pero cuyos primeros síntomas resultan preocupantes. Si bien no se ha producido un ámbito de recesión, sí hemos observado una desaceleración en nuestras previsiones de mejorar nuestra calidad de vida. El incremento de los precios provocado inicialmente por la crisis energética y el desabastecimiento de componentes y materias primas, vitales para sectores productivos de primera línea, nos están pasando una factura económica notable que será preciso mitigar de la mano de un sector público que lidere, una vez más, propuestas y medidas que favorezcan la cohesión social y doten de músculo a nuestro tejido productivo”, interpretan.
El PNV entiende que más autonomía vasca supondrá más bienestar y mejores condiciones para afrontar las crisis. Sin embargo, no hay menciones a la independencia como tal sino a lograr avances en materia de autogobierno: “La construcción nacional, la hoja de ruta de Euskadi, está directamente vinculada a la capacidad de autogobierno y a la progresiva institucionalización de los derechos nacionales de Euskadi desde el diálogo y el acuerdo. Este proceso deberá estar enraizado en los valores democráticos más profundos, será complejo y gradual, pero exigirá la implicación del conjunto del país a través una gobernanza colaborativa entre las instituciones públicas, el conjunto de los partidos políticos y la sociedad vasca. Sólo de esta manera podremos lograr un autogobierno vasco sólido, ligado al proyecto europeo y reconocido a nivel global [...] Luchamos por la libertad de Euskadi. La cuestión estriba en determinar cómo lo vamos a seguir haciendo en estos tiempos tan complejos. Y la respuesta siempre está del lado de la voluntad mayoritaria de este Pueblo. Dos son las premisas básicas que deben sustentar nuestra acción: la unidad y la confianza. Si permanecemos unidas y unidos sabremos resistir y salir adelante en cualquier adversidad, por complicada que sea, que se presente en nuestro camino. Y con la unidad precisa, sabremos transmitir a la sociedad vasca la confianza necesaria para avanzar en el compromiso de construcción nacional”.
Con el manifiesto, el PNV hace un llamamiento a la ciudadanía a que este domingo saquen a la calle “el símbolo común”, la ikurriña. “Representa este gesto nuestra voluntad inequívoca de construir un nuevo país, una nueva sociedad en la que todos tengamos capacidad de expresión y decisión al amparo del respeto a los derechos humanos”, plantea el partido presidido por Andoni Ortuzar. El propio líder peneuvista y el lehendakari serán quienes tomen la palabra en el acto central del Aberri Eguna del PNV en Bilbao, de nuevo en la Plaza Nueva como antes de 2020. También es costumbre que la izquierda abertzale conmemore la fecha con sus propios actos separados. Las formaciones no nacionalistas -salvo Podemos en sus primeros años- no asumen como propia esta jornada.
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