Los cuatro junteros que en diciembre rompieron la disciplina de voto marcada por la dirección vasca de Podemos y por la portavoz en las Juntas Generales de Álava, Arantxa Abecia, para mantenerse en el “no es no” a los presupuestos de la Diputación, cogobernada por PNV y PSE-EE, son acusados de una infracción “muy grave” y de dos más de carácter “grave”, tres en total, según consta en el expediente sancionador propuesto por la Ejecutiva vasca y al que ha tenido acceso eldiarionorte.es. La “tipificación” de los hechos realizada por la dirección de Nagua Alba podría conducir a una doble expulsión del partido, la sanción más alta prevista para las indisciplinas “muy graves” y para quien cometa dos faltas “graves”, por lo que todo apunta a que ésa es la pretensión del partido.
El propio expediente sancionador realiza un recorrido cronológico de lo ocurrido en las Juntas Generales de Álava durante la negociación presupuestaria de diciembre. Sin embargo, no menciona nada de la bronca previa entre los cuatro críticos y las tres junteras leales a la dirección (hay una octava electa de baja desde hace meses pero que se alinea con los díscolos). Y es que esto sólo ha sido la gota que ha colmado el vaso. Conocedores de la realidad interna de Podemos han confirmado que las malas relaciones personales en el grupo juntero de Álava surgieron en el minuto uno en que el partido morado llegó a la institución tras las elecciones forales de 2015. De hecho, la Ejecutiva situó a Abecia como jefa de filas a costa de Koldo Martín, crítico y primer portavoz, al que se le acusa incluso de irregularidades económicas.
Podemos subraya que las “intensas” negociaciones de Abecia con el Gobierno de Ramiro González permitieron que PNV y PSE-EE aprobaran “la mayoría de las cosas que se habían solicitado”, 1,3 millones de euros en distintas enmiendas al proyecto original. En este sentido, el órgano de coordinación entre la Ejecutiva y las Juntas Generales marcó que Podemos se abstendría en la votación de presupuestos. Aunque el documento interno reconoce que los críticos son “mayoría” en el grupo, desde el partido entienden que no tienen potestad para marcar la posición política de la formación en la institución.
“Linchamiento a Lander Martínez”
Podemos reprocha a los díscolos, asimismo, que hayan sacado sus quejas en los medios de comunicación. Cita el expediente que la propia secretaria general, Nagua Alba, se mostró partidaria de “negociar” y “solucionar el conflicto” a cambio de “acabar con el ruido mediático”, pero el partido lamenta que no fuera así. Adjuntan fotografías y recortes de prensa de las declaraciones públicas de los críticos e incluso aluden a “una campaña de desprestigio y linchamiento en Twitter y Facebook” que habrían orquestado contra el secretario de Organización, Lander Martínez.
En este contexto, la dirección autonómica entiende que los cuatro junteros “han actuado en el ejercicio de cargos públicos en forma contraria a los principios de Podemos”, lo que constituye una “infracción muy grave” que en el mejor escenario supone “inhabilitación” para cualquier cargo y “suspensión de militancia” y en el peor la “expulsión del partido”. Además, la Ejecutiva aprecia otras dos faltas “graves”, como son “realizar declaraciones públicas en nombre de Podemos” pero “sin contar con autorización” y “desoír los acuerdos y directrices adoptados” por los órganos representativos del partido. Las sanciones graves no comportan la expulsión por sí mismas, pero sí cuando se cometen dos o más, como podría ser el caso.
La patata caliente está en manos de la Comisión de Garantías del partido, una suerte de tribunal interno de ámbito autonómico. Los afectados lo consideran un árbitro comprado, un apéndice de la Ejecutiva de Alba y Martínez. En el otro bando, en cambio, remarcan la “absoluta independencia” de este órgano, que opera sin “injerencias” por parte de Organización. Esta comisión ya tiene desde hace unos días las alegaciones de los cuatro expedientados.
El conflicto no cesa
Fuentes de Podemos esperan que “en unos días” la Comisión de Garantías pueda resolver la polémica abierta en Álava. Sin embargo, el partido no se ha quedado quieto y ha tomado decisiones contra la indisciplina de los críticos. Desde el 10 de enero, por ejemplo, ninguno de los expedientados continúa ya liberado en las Juntas Generales. O lo que es lo mismo, no tienen sueldo fijo y sólo perciben dietas por asistencia a plenos y comisiones.
Asimismo, Abecia ha decretado que “a partir de ahora todo documento que tenga que ser firmado por la portavoz y aparezca la firma de un portavoz suplente [los críticos] será retirado inmediatamente. Los suplentes, aquí y en China, actúan cuando no están los titulares”. El pasado viernes, a través de un comunicado, los críticos acusaron a Abecia de haber instaurado una “dictadura” en las Juntas Generales y lamentaron que se hayan adoptado medidas cautelares contra ellos cuando la Comisión de Garantías aún no se ha pronunciado.
En este sentido, y como ya apuntaron en su día, los críticos parecen dispuestos a ir hasta el final, a llevar su conflicto a la justicia ordinaria. De momento, ya cuentan con asesoramiento jurídico, aunque no han concretado aún los pasos que darán.