Sanitarios protestan contra los recortes en Atención Primaria en Euskadi
La falta de personal y de recursos en los ambulatorios vascos es un problema que los sanitarios llevan acarreando desde antes de la pandemia, pero que con ésta se ha ido agravando cada vez más. Debido a la situación, que algunas de ellos han descrito como “insostenible”, este miércoles cientos de sanitarios han protagonizado protestas en contra de los recortes en la Atención Primaria y han anunciado que de no poner soluciones “reales e inmediatas”, no descartan ir a la huelga.
En Bilbao, la manifestación, que ha sido convocada por los sindicatos ELA, LAB, SATSE, CCOO y UGT, ha tenido lugar en el centro de Salud de Basurto, donde alrededor de cincuenta trabajadores se han reunido con carteles en los que se leía “ni un recorte más” o “más seguridad en el trabajo”. “En el año 2019 hicimos tres huelgas para denunciar la falta de personal y falta de inversión pública, pero la sobrecarga de trabajo derivada de la pandemia ha hecho que la situación sea más precaria todavía. Había una serie de 4.000 refuerzos contratados para hacer frente a la COVID-19, pero en octubre se decidió finalizar con esos puestos de trabajo. El número de rastreadores ha descendido a la mitad, se han desmantelado los vacunódromos y eso hace que la Atención Primaria viva una situación insostenible”, ha explicado Esther Saavedra, representante del sindicato ELA durante la concentración.
En cuanto a las listas de espera para acceder a la Atención Primaria de Osakidetza, Saavedra ha explicado que “se puede decir alto y claro que mucha gente se está quedando por el camino. Hay muchas más enfermedades y patologías que la COVID-19 y hay pacientes que están viendo su atención interrumpida. Ha aumentado la espera y, sobre todo, el acceso a la sanidad pública. Cada vez cuesta más que se atienda a la población”, ha denunciado.
Al otro lado del teléfono que no para de sonar se encuentran Marta, Ana y Sonia, tres enfermeras del Centro de Salud de Basurto que prefieren no decir sus verdaderos nombres, pero que quieren que la sociedad sea consciente de su precaria situación. “Todo el mundo llama sin parar y no hay rastreadores, por lo que nosotras tenemos que asumir su trabajo. Las agendas están dobladas. Yo atiendo una media de 30 pacientes al día, pero he llegado hasta los 50, más el resto de tareas comunes que hacemos en la sala de curas y la sala de extracción”, ha explicado Marta a este periódico.
“Las agendas se solapan porque tenemos una para COVID-19 y otra para no COVID-19. No tenemos espacio físico suficiente y la gente se nos amontona en los pasillos. Al mismo tiempo estamos haciendo extracciones y atendiendo casos relacionados con COVID-19. Se ha incrementado tres veces el trabajo sin poner refuerzos ni un espacio en el que la gente espere. A parte de tus pacientes que atiendes en el centro, están los que atendemos en domicilios, más las consultas telefónicas ya agendadas, por eso si llaman otras cien personas no podemos gestionarlo todo, es una verdadera locura”, ha criticado Sonia.
Al igual que al resto de la sociedad, la COVID-19 también ha afectado a los trabajadores de los ambulatorios. Según cuentan estas enfermeras, en este momento “varias” de sus compañeras están de baja por haberse contagiado del virus o por convivir con alguien que ha dado positivo. Bajas que según denuncian, no son cubiertas. “Decían que iban a reforzar la Atención Primaria, pero no lo han hecho. Tenemos una situación de ninguneo, de que no somos importante. Les da exactamente igual que el paciente no esté bien atendido, quieren que dejemos de atender las consultas para que hagamos de rastreadoras”, ha denunciado Ana.
“No hay voluntad de negociación”
Desde el sindicato de enfermería SATSE, Amaia Mayor ha criticado que los problemas en la Atención Primaria son “profundos y estructurales”. “Osakidetza ha cogido la pandemia como excusa para hacer recortes y para dificultar la atención a la ciudadanía. Falta inversión, falta planificación y por eso las compañeras están saturadas en su trabajo. Osakidetza dice que no a todo, sobre todo desde el cambio en recursos humanos, no hay voluntad de negociación”, ha denunciado Mayor, quien ha indicado que desde su sindicato piden “más inversión, sustituciones y puestos de trabajo” y que, si no se toman soluciones “reales e inmediatas”, no descartan convocar una huelga.
Iñigo Bilbao, desde el sindicato LAB ha pedido a la población que “comprenda que la falta de atención no es culpa de las trabajadoras”, pero que desde LAB “entienden su enfado”. Ha recomendado a aquellos que tienen quejas sobre Osakidetza, que “realicen reclamaciones en los centros de salud para denunciar la situación” y acudan a las protestas y concentraciones que se convoquen. “Pedimos que la sociedad se acuerde cuando haya que votar de quienes son los dos partidos que están gobernando, que son PNV y PSE-EE. Ellos son los culpables de la situación en la que se encuentra actualmente Osakidetza”, ha concluido.
Pese a las protestas del personal sanitario, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui aseguró el pasado lunes, 13 de diciembre, en la Comisión de Salud en el Parlamento Vasco que en Osakidetza “no ha habido problemas de contratación” y que, en la actualidad, “se han contratado 1.000 profesionales más”. En concreto, detalló que en la conocida en Euskadi como séptima ola del coronavirus, se han renovado 943 contratos de enfermería y auxiliares administrativos, además de otros profesionales. En cuanto al número de rastreadores, apuntó que en estos momentos hay 370 personas realizando esa labor desde Osakidetza, 124 más que una semana antes, además de otros profesionales que también trabajan en el rastreo de los positivos de COVID-19, por lo que la red la componen cerca de 600 personas.
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