Suspendida la pena de tres años de cárcel de Miren Larrion, que hará 250 días de trabajos comunitarios
La causa penal en la que se ha visto envuelta la que fuera portavoz de EH Bildu en Vitoria y también parlamentaria vasca Miren Larrion ya está totalmente resuelta. El juez de Vitoria Roberto Ramos ha acordado, según consta en un auto fechado este viernes notificado este lunes, que queda en suspenso la pena de tres años de prisión por haber suplantado a una compañera de partido y abierto una cuenta corriente a su nombre. La ejecución de la pena, si se cumplen las condiciones fijadas por el magistrado, se sustanciará con 250 jornadas de trabajos comunitarios y con el abono en pagos mensuales de no más de 150 euros de los 2.835 euros de multa penal.
Respecto a los trabajos comunitarios, el expediente pasa ahora del juzgado al servicio de ejecución de penas, una oficina dependiente del Gobierno vasco conocida por sus siglas SVGP-ZKEZ. Será allí donde se analice el perfil de la condenada y donde se decida su destino final. Eso sí, las fuentes consultadas indican que es una ventanilla que acumula importantes retrasos, incluso de “meses”. El auto de Ramos, conocido este lunes, explica que son “condiciones necesarias” para la suspensión de la pena que el penado “haya delinquido por primera vez” o que se haya abonado la indemnización a la víctima (en este caso simbólica, de apenas 50 euros), así como que no se delinca durante los cuatro años en que está vigente esta suspensión.
“Deben valorarse o tenerse en cuenta -explica el juez- las siguientes circunstancias o datos. Por un lado, que en la sentencia condenatoria objeto de ejecución se apreció una atenuante analógica de alteración psíquica o trastorno mental que afectó o influyó en la comisión de los hechos por los que fue condenada. Por otro, que se ha acreditado documentalmente por la defensa que actualmente sigue en tramitación psicológico y/o psiquiátrico [sic] en relación a dicha patología. Finalmente, que cuenta con un adecuado apoyo familiar y social tal y como se deduce de la documentación que ha sido adjuntada por la defensa”. Respecto a los trabajos comunitarios, se estima que es una alternativa “simbólica” de reparación “a la vista de las circunstancias” singulares de este caso.
Así fue la resolución del caso
Tras meses de investigación, en mayo se emitió una sentencia en la que se dio por acreditado que Larrion, ya retirada de la política desde estos hechos, cometió un delito leve de hurto por haber robado la cartera a su colega, en la que guardaba un billete de 50 euros y toda su documentación y tarjetas. A ello se le añade otro cargo por usurpación del estado civil con el agravante del “disfraz”, porque Larrion se caracterizó como la víctima en el banco, ante la Policía cuando fue arrestada o en las redes sociales (usaba su fotografía en WhatsApp). Finalmente, se ha considerado probado otro delito “continuado” de falsedad documental, ya que imitó firmas y actuó en nombre de una tercera en todo momento. Aunque el primero no pasa de delito leve, los dos últimos tipos sí llevaban aparejada condenas de uno y dos años de cárcel, respectivamente. No obstante, procesalmente, se suelen admitir suspensiones en caso de que ninguno de los delitos individualmente pase de los dos años y el culpable no tenga antecedentes, como es el caso. Estas penas vinieron pulidas tras un acuerdo del abogado de la expolítica, Ramón del Valle, con la Fiscalía, aunque ella ya había dado por supuesto públicamente muchos meses atrás lo que sólo ahora se ha confirmado, que no entrará realmente en la cárcel.
La sentencia contra Larrion revela un “plan preconcebido” por el cual el 22 de diciembre de 2020 se “apoderó” de la cartera de su colega en EH Bildu “con ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito” con una serie de operaciones bancarias que fueron cortadas por la Ertzaintza en sus primeros compases. Así, en enero acudió a Vodafone y dio de alta una línea telefónica con la documentación robada. Y el 26 de enero hizo lo propio con una cuenta de correo electrónico y con un apartado de correos, el 6004 de Vitoria. El 29 de enero fue cuando apertura el depósito en Bankinter y el 9 de febrero realizó un primer ingreso de 300 euros. El 22 de febrero se le tendió una trampa: no se le dieron las claves digitales de modo telemático para que acudiera a la oficina y se delatara. “Alteró su aspecto físico habitual” para esa visita. Se ha contemplado que Larrion tenía “estrés agudo y trastorno de ansiedad” pero también que “mantenía el sentido de la realidad” en todo momento.
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