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Urkullu prevé desactivar la emergencia sanitaria por la COVID-19 a principios de octubre si se consolida la tendencia descendente

Urkullu y la consejera de Salud, este viernes en la última reunión del Labi

Iker Rioja Andueza

19 de septiembre de 2021 22:18 h

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, baraja ya desactivar la emergencia sanitaria por la COVID-19, lo que constituiría un gran gesto para la recuperación de la normalidad previa a la pandemia. Tres fuentes consultadas por este periódico coinciden en fijar principios de octubre como el momento en que Urkullu podría poner fin a un período excepcional que se inició a mediados de agosto de 2020 y que supuso el regreso a un carrusel de restricciones pocas semanas después de finalizado el primer estado de alarma, el del confinamiento. Este paso tendría un efecto simbólico de constatación de la mejora epidemiológica y de generalización de la vacunación. Pero también supondría, en el plano práctico, la disolución del Labi, la mesa de crisis que durante meses ha sido el órgano encargado de endurecer y suavizar medidas en las sucesivas olas, que han sido cinco en Euskadi en la segunda fase de la pandemia.

Este fin de semana ya ha entrado en vigor un nuevo decreto de medidas para controlar la COVID-19 que suaviza el marco anterior. Entre otras decisiones, se ha reabierto el ocio nocturno por vez primera en más de un año y también hay más aforos permitidos en bares, recintos deportivos, museos y otros lugares. Sin embargo, la propia consejera de Salud, Gotzone Sagardui, explicó que solamente era la primera de dos fases de desescalada y que las restricciones se volverían a revisar “en quince días”. Esto sitúa la próxima reunión del Labi precisamente a principios de octubre, aunque la prerrogativa para levantar la emergencia sanitaria es exclusiva del lehendakari.

Antes de la gran ola de contagios de este verano, Urkullu ya había expresado públicamente su deseo de salir del marco excepcional. Era junio y la tasa de incidencia había bajado a 99 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, el mínimo desde el agosto anterior. Pero llegaron los macrobrotes, los viajes de estudios, las supuestas no fiestas y el escenario optimista dio paso a los días con más casos de toda la pandemia. Ahora, la tendencia es claramente descendente y en pocos días podría llegarse a ese nivel de partida de la última ola. Urkullu no ha mencionado el asunto públicamente y el mensaje oficial continúa siendo el de “prudencia”, aunque sí ha manifestado que la Sanidad vasca debe trabajar ya en un escenario de COVID-19 “endémica” y no “pandémica”.

En cifras, los positivos notificados del 13 al 19 de septiembre (1.300) son solamente un 18% más que de aquel valle de junio (1.097) y no llegan ni al 13% de los de finales de julio (10.321), en pleno pico de la última ola. La tasa de positividad ha registrado la segunda semana seguida por debajo del 5%, que es el umbral indicativo de la existencia de elevada transmisión comunitaria. En concreto, en los últimos siete días se ha situado en el 3,42%. Una estimación puramente matemática refleja que la semana viene se igualaría el nivel de partida de la última ola y que en dos semanas se podría acariciar el escenario considerado como epidemiológicamente asumible, una tasa por debajo de 60 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Solamente cinco localidades de más de 5.000 habitantes tienen encendido ese semáforo verde en este momento y en esta segunda emergencia sanitaria ninguna capital ni ninguna provincia ha llegado nunca a ese nivel.

Mucho más lenta está resultando la caída de la presión hospitalaria. Si los positivos apenas representan el 13% del nivel máximo que se alcanzó en la última ola, los ingresos han caído un 50% únicamente. En los últimos siete días el descenso ha sido del 20% y 191 personas con COVID-19 han tenido que ser ingresadas. La mortalidad, además, ha arrojado datos muy malos en el último parte. Del 6 al 12 de septiembre las cifras fueron las más altas en cuatro meses. Todos los expertos insisten en que es un comportamiento habitual en todas las olas, pero es también el factor que más condiciona la adopción de medidas. En la UCI hay 45 personas en estado crítico, según el dato de este mismo domingo. Eran 14 cuando, el 15 de agosto de 2020, se anunció la reactivación de la emergencia sanitaria. Los vacunados hasta este viernes eran 1.694.350, el 77,79% de la población total.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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