Hubo un día en que Extremadura sacaba pecho por no tener que acudir a los préstamos del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) estatal, a diferencia de lo que sí hacían Cataluña, Andalucía o Valencia. Dos años después lamenta no haberlo hecho, y espera como un maná que el Gobierno central vuelva a abrir el grifo, ya que lo que entonces parecía un buen negocio, financiarse más barato en créditos bancarios, se ha demostrado a la larga como algo “ruinoso”.
“Estamos pagando medio punto más de interés que los que se acogieron al FLA”, se indigna Damián Beneyto, portavoz del grupo parlamentario regionalista PREx-CREx en la Asamblea de Extremadura.
Ya le advirtió entonces al entonces consejero de Economía y Hacienda, Antonio Fernández, que se trataba de unos préstamos estatales “que seguramente no se devuelvan”, y cuyos intereses por otro lado irían bajando. “Hemos sido unos quijotes”.
A esa financiación más cara que hay que pagar a los bancos, únase el que la economía privada en la región “no funciona” según el diputado regionalista, lo que provoca una caída de ingresos públicos frente a unos gastos ya fijos e ineludibles, y de la coctelera sale la comunidad con el déficit más alto, que además carece de margen de maniobra al tener el tejido económico más débil del país.
Los datos de septiembre asignan a la Comunidad un déficit presupuestario del 2,02%, equivalentes a 341 millones de euros, el setenta por ciento de los cuales son facturas de la Sanidad que están sin pagar.
Un “desastre”
El secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara, ha reprochado escuetamente la situación recordando lo que el entrante gobierno regional del PP dijo de su gestión en 2011, cuando el déficit estaba en el 1,95% sobre el PIB. “Quienes calificaban ese dato como un verdadero desastre, le están poniendo ellos mismos apellido a la situación actual”.
En la actualidad, en las arcas de la Junta de Extremadura hay poco más que para pagar las nóminas. El Gobierno nacional ha anunciado un nuevo Fondo de Liquidez con rapidez, para diciembre, pero hay quienes dudan de que pueda ser realidad antes de un año, y tampoco ha llegado el pago por la deuda histórica, anunciado por el actual consejero de Hacienda y Administración Pública, Clemente Checa, para septiembre pasado.
El problema de fondo continúa siendo una pésima situación económica general, que está arrastrando a las instituciones oficiales.
La economía en Extremadura “no funciona” según el diputado regionalista Beneyto. “Cada vez menos gente paga impuestos, se recauda menos, y dependemos de lo que nos mandan el Gobierno central y la Unión Europea, a los que no reclamamos lo suficiente, y el Gobierno ha sido muy cicatero con Extremadura en esta legislatura”.
El consumo no sube y a los proveedores no se les paga. El sector privado está “totalmente dormido”, y por ejemplo “de los autónomos que se crearon hace dos años, el ochenta ha cerrado por falta de negocio”.
Hipólito Pacheco, diputado regional del PP, está seguro por contra de que la Junta cumplirá este año el objetivo de déficit, establecido en el 1% sobre el PIB.