La presidenta del Grupo Parlamentario de Unidas por Extremadura (UPE), Irene de Miguel, ha denunciado este jueves ante la Policía Nacional a la diputada del PP Sandra Valencia Ramos por amenazas durante el pleno de la Asamblea.
Las amenazas se habrían producido durante el debate de la propuesta de impulso presentada por UPE para incluir la educación afectivo sexual en todas las etapas educativas desde los tres años, que ha sido rechazada por PP y Vox.
Irene de Miguel ha relatado a EFE que cuando volvía a su escaño esta diputada la ha agarrado del brazo y le ha dicho “ten cuidado y protege a tu hijo”, ante lo que ha reaccionado con un insulto y pidiéndole que no vuelva a nombrar a sus hijos en su vida. Posteriormente, ha pedido amparo a la Mesa de la Asamblea porque cree que estas actuaciones son “inaceptables” en la Cámara, y la vicepresidenta, Lara Garlito, ha dicho que se analizarán y se tramitarán como se considere oportuno.
Por su parte, el portavoz del PP, José Angel Sánchez Juliá, ha dicho que durante el pleno a este partido “se le han estado dando lecciones de cómo educar a sus hijos” y ha acusado a De Miguel de querer entrar “en un debate absurdo y poner a esta Cámara al pie de los caballos y entrar en el circo que Podemos ha querido traer”.
La diputada popular niega los hechos
Por su parte, la diputada del PP en la Asamblea de Extremadura Sandra Valencia ha negado haber amenazado a la portavoz del Grupo Parlamentario de Unidas por Extremadura (UPE), Irene de Miguel. “Tras un debate bronco”, explica, “me he acercado a ella y le he trasladado una reflexión en privado. En ningún momento ha sido una amenaza, sino un comentario en un tono comedido y sin intención alguna de ofender”.
Añade que cuando defiende un argumento lo hace “pensando en el futuro, en nuestros hijos; en los suyos y en los míos porque también soy madre”. “Es lo que quise transmitirle, pero veo que un comentario sin maldad ha sido usado de manera desmedida y no voy a callarme”, ha agregado la diputada del PP, que asegura que “jamás amenazaría a nadie, y mucho menos a un niño”.