Cae una red que robó 20 camiones valorados en 5 millones y actuaba en Badajoz y Zafra

Agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil han desarticulado en Madrid y Toledo una organización criminal que había robado 20 camiones valorados en cinco millones de euros, en una operación conjunta que se ha saldado con la detención de 34 personas y que operaba en Badajoz y Zafra.

A los arrestados, cinco de los cuales han ingresado en prisión provisional, se les imputan delitos como robos con violencia, robos con fuerza, usurpación de estado civil, atentado a agentes de la autoridad, lesiones, daños y receptación. Los investigadores continúan realizando gestiones para detener a otros posibles integrantes de la estructura criminal.

A principios de año, los agentes detectaron el robo de camiones articulados cargados con diferentes productos alimenticios que, posteriormente, eran puestos en circulación en supermercados de precios bajos. En concreto, fueron dos robos los que alertaron a los agentes: un tráiler con bebidas alcohólicas valoradas en unos 300.000 euros, en la localidad pacense de Zafra, y un camión con 700 robots de cocina en el municipio madrileño de Getafe que superaban el millón de euros.

Durante las pesquisas, las fuerzas de seguridad localizaron una nave en la localidad madrileña de Humanes en la que la organización criminal almacenaba la mercancía sustraída, que se saldó con un dispositivo para detener al grupo criminal en el que, además, se recuperó tanto el camión como el género. Varios de los agentes sufrieron lesiones después de que los presuntos autores del robo, que lograron escapar, les intentaran atropellar durante su huida.

El grupo criminal estaba dividido en dos redes: una dedicada al robo de los vehículos y otra a la puesta en circulación en el mercado negro de la mercancía que transportaban los camiones. Los líderes, dos hombres residentes en Madrid, se encargaban de seleccionar los camiones de interés y la logística para la puesta en circulación posterior de la mercancía sustraída en el mercado negro, cuyos precios negociaban de antemano en algunas ocasiones.

La rama operativa del grupo criminal se encargaba del robo de vehículos de alta gama que posteriormente utilizaban para desplazarse hasta el lugar donde sustraían los camiones por todo el territorio nacional.

Operaban en Madrid, Valencia, Cuenca, Cáceres, Badajoz y Salamanca y contaban con medios técnicos avanzados para el robo de vehículos, como inhibidores que les permitían neutralizar las señales de posicionamiento instaladas en los camiones de mercancías.

Por su parte, la rama logística alquilaba naves en polígonos industriales de Madrid y Toledo en los que descargaban la mercancía sustraída. Después, la trasladaban en furgonetas de alquiler a diversos establecimientos desde los que se daba salida comercial a los productos robados a precios muy inferiores a los del mercado. De hecho, los establecimientos se publicitaban en campañas en la que justificaban el reducido precio al saltarse los intermediarios de la cadena logística.

Una vez identificados y localizados todos los integrantes de la estructura criminal, se llevó a cabo un dispositivo en el que participaron más de 100 agentes. Se detuvo así a un total de 34 personas y se practicaron nueve registros, siete de ellos en domicilios y dos en naves industriales, en las provincias de Madrid y Toledo.

Durante los registros se intervinieron cuatro vehículos, 100.000 euros en efectivo con la ayuda de canes adiestrados en la búsqueda de billetes, efectos procedentes de los robos y útiles para llevar a cabo las acciones delictivas como inhibidores de frecuencias. Además, se recuperaron cuatro vehículos sustraidos.