Sigue viva en la retina de todo el mundo aquella imagen del Guadiana convertido en un tupido mando verde de camalote. La la historia se repite de nuevo, aunque con un diagnóstico mucho peor.
En zonas como Valdetorres el río ha desaparecido por completo para convertirse en una masa flotante verde. El jacinto de agua también se deja ver con fuerza en tramos de Medellín. Aguas abajo invade las márgenes de los cauces con completa naturalidad. Unas barreras contienen su entrada en la ciudad de Mérida y otros entornos.
El hecho de que no inunde las orillas urbanas de Mérida y Badajoz no es sinónimo de tener unas aguas libres de camalote. Porque la especie invasora más peligrosa de Extremadura nunca se fue este año en la época invernal. Un indicativo de que las cosas no iban a ir bien cuando llegara el calor.
La realidad que dibuja la plataforma SOS Guadiana es cuanto menos desalentadora. Los últimos vuelos aéreos y los muestreos de los biólogos que colaboran con esta organización apuntan a que en junio el río custodiaba ya el doble de jacinto de agua que un año atrás por las mismas fechas.
Estiman igualmente que donde no se actuó esta pasada temporada puede llegar hasta triplicarse las dimensiones la invasión. Y a las pruebas se remiten. Por el entorno de Valdetorres han identificado brotes de camalote de más de un metro de altura. Algunas incluso que llegan por la cintura a una persona adulta según denuncia Javier Romero, de la plataforma ciudadana.
“El camalote no ha sido retirado por completo”
Todas las estimaciones indicaban que el camalote iba a rebrotar imparable. Pero los primeros síntomas indican que el enfermo está peor de lo que se pensaba. Denuncia SOS Guadiana que la confederación hidrográfica no llegó a retirar por completo los brotes del rio, a lo que se une ahora la eclosión de las semillas.
Y es precisamente esta la peor parte parte. Porque son los esquejes y plantas la parte de la reproducción más peligrosa.
Llega la floración
Ahora la planta se encuentra a una altura elevada en entornos de Don Benito en un momento en el que aún no se ha producido el momento de la floración, explica el portavoz de la plataforma. Una vez que pase este periodo se desprenden unas cápsulas en forma de cacahuete que viajan en el agua, y que cuando se detienen expulsan entre 400 y 1.000 semillas.
Más elementos en contra: la Plataforma SOS ha detectado que este año hay temperaturas más elevadas, con un río con menos cauce que por tanto se calienta más. Las condiciones de crecimiento favorecen su eclosión.
Es por ello que afirman que el Guadiana es un semillero de camalote, “y aquí hay que hablar de la dejación de los trabajos que se tienen que hacer durante todo el año”.
¿Cuándo hay que hacer los trabajos de contención?
SOS Guadiana insiste en que la solución no es un sobre esfuerzo de trabajo cuando la planta haya eclosionado, sino en mantener esa intensidad de trabajos ahora mismo. Justo antes de la floración.
A los representantes de esta plataforma no les convence el modo de trabajo de la confederación y se preguntan por qué no ha sido retirada la masa por completo, y a qué obedece este hecho. Y ese es justo el motivo que les llevó a reclamar la intervención de los militare. Su convencimiento de que los efectivos de la UME no hubieran dejado ni un solo esqueje en las aguas del Guadiana.
“Este es un asunto en el que tendríamos que haber dejado a un lado los colores políticos, porque estamos poniendo en peligro a la agricultura, y el bienestar de un río al completo”.
Crónica de un año negro
Mientras la Universidad de Extremadura hablaba de un “crecimiento espectacular, parecido al de una bacteria o un hongo”, a comienzos de este año 2016 la Junta de Extremadura declaraba el nivel 1 de peligrosidad y reclamaba al Gobierno de Rajoy que permitiera la llegada de la Unidad Militar de Emergencias para limpiar el río. Una posibilidad que el Gobierno en funciones denegó.
Las estimaciones son aterradoras si se tiene que en cuenta que lo menos malo que puede pasar es que se repita la situación del pasado año, cuando esta planta procedente del Amazonas llegó a colonizar más de 100 kilómetros de cauce, llegando a los límites del lago Alqueva, lo que además le daba un componente de amenaza ambiental internacional.
Hubo zonas en el entorno de Mérida que se vaciaron por completo, pero la plataforma critica que en los ríos las limpiezas drásticas hay que hacerlas por lógica donde comienza el problema, de arriba a abajo, por el simple hecho de que allí donde hay camalote la planta irán bajando. Piensan que lo lógico hubiera sido actuar desde la Encomienda hacia abajo, porque el resto se llena de nuevo.
La respuesta de la plataforma SOS es que no. Lamenta que ha habido investigaciones y consejos desde la universidad de Extremadura que no han sido tomadas en cuenta por el organismo responsable de la gestión de la cuenca.
Denuncia igualmente que no ha habido respuesta oficial hacia el denominado 'Proyecto Camalote', puesto en marcha en colaboración con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex), que plantea el uso de drones conectados con servicio de tierra “detectar para saber en cada milímetro de río la cantidad de camalote que hay y en qué etapa se encuentra.
Además advierten que el uso de las barreras flotantes como método de contención tampoco es una solución si se tiene en cuenta que cuando la planta mide 1,40 no vale de nada, siendo en todo caso más un método de ‘apaño’ que otra cosa, “y de hecho no está siendo efectivo”.