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Los compostelanos Ataque Escampe bucean en cierto pop sintético de los 80 para su sexto disco largo

La banda gallega Ataque Escampe en una imagen promocional de su disco 'Cabalgata'

Daniel Salgado

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El disco arranca moroso. “Conducindo case me sinto alegre, / a neve é preciosa: aloumiña montañas [Conduciendo casi en siento alegre / la nieve es preciosa: acaricia montañas]”, canta Álex Charlón sobre un colchón de leve suciedad electrónica entre la que se va adivinando una batería. Falsa alarma. Para y vuelve, esta vez con sintetizadores restallantes y ecos de superpop ochentero. Estará presentes a lo largo de toda esta Cabalgata, título del sexto disco largo de Ataque Escampe, banda con sede en Santiago de Compostela y más de 20 años de trayectoria. “Es un homenaje a nuestra vulnerabilidad, quizás a la de cualquiera”, afirma en las notas interiores. Lo estrenan el 29 de abril en la Sala Capitol de su ciudad.

Cierta poética de la nostalgia ha sido una de las señas de identidad, literaria y sonora, de Ataque Escampe. Lo sigue siendo, aunque matizada por la sombra del pensamiento de Walter Benjamin. “Arde la ternura por lo que dejamos atrás: el pasado como espacio que nos interpela y no como espacio de nostalgia”, dice la promoción. El ángel de la historia que mira hacia atrás comparece en uno de los cortes. Pero esto es finalmente pop, con letras repletas de referencias personales y generacionales a la cultura popular -la vida abrigada que desapareció, Kurt Cobain, Twin Peaks, el poeta Lois Pereiro, el futuro pasado-, y sonidos que esta vez remiten a, explican, el hi-NRG, el synth-funk, el rap de vieja escuela, el electro, la no wave (sector no ruidista). Los años 80, cuando los miembros del grupo eran niños. Veleidades tropicalistas como las de su anterior elepé, Primeiros bicos (2017), o country soul como las del celebrado Violentos anos dez (2011), han quedado diluidas en su proverbial eclecticismo.

La facilidad para el estribillo, con todo, se mantiene, a veces incluso sin versos: es el caso de Lamborghini, primer adelanto del trabajo y cuyo clímax lo alcanzan los sintetizadores, Pet Shop Boys en el retrovisor. También su particular habilidad para tejer materiales líricos de diversa procedencia y convertirlos en coreables. “Hai karaoke. Alma. / Moito me doe: alma. / Ata Feijoo ten alma. / Soño que volves. / Fantasmas do pasado, / a canción «Amigo» de Roberto Carlos”, cantan en Amigo, punk funk autocrítico: “E a xente é tan imbécil, / pero a xente somos ti e mais eu”. Canciones como homenaje, declaran, “a lo que fuimos y a lo que seguramente ya no seremos; al mundo de los sueños”.

Cabalgata es además el disco del regreso de Charlón. Aunque ya incorporado al EP A alma (2019) -su anterior incursión en el estudio-, con la vuelta del cantante -ausente entre 2015 y 2019- la banda reconstruye su núcleo inicial, del que también forman parte los guitarristas Miguel Mosqueira y Samuel Solleiro. Los tres son fundadores del grupo, allá por 2001. La formación actual la completan Lois G. Carlín al bajo y sintetizadores y Cibrán Tenreiro en la batería y percusiones. La producción corrió a cargo de Hevi. “Quizás también, sin pretenderlo, es nuestra manera de celebrar que el proyecto de Ataque Escampe, este caballito blanco, este caballito lento que empezó con el siglo, siga con vida”, concluyen las notas de un disco disponible en versión electrónica y del que habrá versión en vinilo.

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