Cuatro explicaciones políticas de los atascos en la autopista gallega reinaugurada por Rajoy en diciembre

El puente de Rande que da acceso a Vigo sobre su ría a través de la principal autopista gallega, la AP-9, se amplió a tres carriles por sentido para agilizar el tráfico y evitar los atascos que de manera recurrente se producían en ella por accidentes o por la elevada afluencia de tráfico procedente de la primera ciudad de Galicia en días no laborables, especialmente cuando hace buen tiempo. Esa ampliación se inauguró por todo lo alto el pasado 30 de diciembre con la presencia del propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pero cinco meses después el puente sigue registrando atascos por accidentes y elevada afluencia de tráfico. Sobre todo porque las obras aún no están terminadas a pesar de la decisión política de inaugurar la ampliación en diciembre. Pero esa no es la única decisión que explica los atascos.

Inauguración anticipada

La ampliación del puente de Rande corre por cuenta de la concesionaria de la autopista, Audasa, que según el acuerdo que firmó con el Ministerio de Fomento podría comenzar a recuperar la inversión a través de una subida de los peajes en toda la autopista “a partir del 1 de enero del año siguiente a aquel en que finalicen las obras de ampliación”. Para garantizarse cobrar lo antes posible, Audasa aceleró las obras de los carriles exteriores que se añadieron al puente original, terminados con la inauguración oficial de diciembre, pero dejó pendientes otras actuaciones en su tablero principal que son las que se vienen realizando en los últimos cinco meses y que han motivado el corte de los carriles centrales del viaducto y el aumento de los atascos. Sin embargo, Fomento aún no ha autorizado a Audasa la subida de peajes. De hecho, el acuerdo con la concesionaria contempla que ese incremento “se aplicará simultáneamente con las revisión comunes de tarifas”, algo que se produce en enero, por lo que la subida no se debería aplicar hasta el próximo año.

Obras pendientes en horario diurno

Cuando el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, avanzó el pasado 20 de diciembre en Santiago que, a pesar de la inauguración que se produciría diez días después, las obras continuarían en el puente de Rande, dijo que esos trabajos pendientes se realizarían “en período nocturno”. Pero no ha sido así y el 12 de febrero, mes y medio después de la inauguración, Fomento anunció que las obras pendientes implicarían cortes de carriles durante varios meses, hasta el verano, y que estos serían permanentes y no sólo en horario nocturno, como había anunciado el ministro.

Ampliación mal planificada en Chapela

Las obras en la plataforma central del puente de Rande no fueron las únicas que quedaron pendientes tras la inauguración. La autopista se amplió también a lo largo de varios kilómetros de acceso a Vigo, a su paso por el barrio de Chapela, en el vecino municipio de Redondela, donde el nuevo carril de circulación se aproximó tanto a un colegio que obligó a Fomento a admitir que no había planificado bien la obra, debiendo añadir un muro de contención que protegiera el centro escolar del posible choque de un vehículo pesado. La medida no fue suficiente y la presión de las familias obligó al ministerio a una segunda rectificación de sus planes iniciales y a trasladar el centro educativo a otro emplazamiento. Pero mientras no se construye el nuevo colegio, Fomento ha decidido restringir el tráfico del carril añadido en las cercanías del centro escolar, donde además hay restricciones de velocidad. Otro obstáculo que sumar para dificultar la supuesta mayor fluidez del tráfico que iba a lograr la ampliación de la AP-9.

Fomento culpa a las obras de la Xunta en la Autovía del Morrazo

De manera simultánea a las obras de ampliación del puente de Rande, al otro lado de la ría de Vigo la Xunta estuvo realizando las obras de conversión en autovía del Corredor del Morrazo, con el que enlaza la AP-9. Unas obras que, para facilitar los trabajos de las constructoras y a pesar de la promesa inicial del Gobierno gallego de que se mantendría la circulación, han supuesto el corte al tráfico del Corredor durante varios meses y el desvío a la antigua carretera convencional. A raíz de los atascos producidos en las últimas semanas, el Ministerio de Fomento aprovechó, en declaraciones divulgadas por la agencia Europa Press en su web, para cargar contra la Xunta y decir que “la principal restricción en estos últimos meses ha sido la que generaba el corte de tráfico en el corredor del Morrazo para su conversión en autovía”. El ministerio evidenciaba así de manera implícita que el Gobierno gallego no había cumplido con su compromiso de mantener abierto al tráfico el Corredor mientras se desdoblaba en autovía, lo que evitaría ese tercer embudo consecutivo, tras el de Chapela y el de los carriles cortados en el propio puente, que están detrás de los atascos de los últimos meses. La apertura de la Autovía del Morrazo la pasada semana debería contribuir a mejorar ese punto.

A pesar de que estos elementos que condicionan la circulación por la AP-9 son conocidos por Fomento desde hace meses e incluso años, no fue hasta este miércoles que el ministerio puso sobre la mesa de Audasa la posibilidad, muy remota tal y como se planteó, de no cobrar peaje cuando se produzcan atascos motivados por las obras aún en marcha. Lo hizo al mismo tiempo que la Defensora del Pueblo acaba de iniciar una nueva queja por esa cuestión ante Fomento y Audasa. Y lo hace también cuando las obras, ahora sí, según sus últimas previsiones, están ya a punto de terminar después de más de tres años y cinco meses después de su inauguración por Rajoy.