La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Familias exigen a la Xunta frenar la digitalización de las aulas de primaria por sus efectos negativos sobre los alumnos

El malestar contra la digitalización irreflexiva de las aulas se extiende por los colegios gallegos. Nueve años después de que la Xunta de Galicia implantase el programa E-dixgal, en teoría “una serie de elementos que permiten desarrollar una enseñanza digital”, se multiplican las familias y los docentes que alertan contra sus efectos dañinos sobre el alumnado. Excesiva exposición a las pantallas, falta de capacidad lectora, pérdida de concentración o un acceso sin control a Internet son algunas de las quejas que las asociaciones de madres y padres (ANPA) están elevando a los consejos escolares. Preguntado por elDiario.es acerca de estas protestas, el Gobierno gallego no ha respondido nada concreto.

En el centro de educación infantil y primaria (CEIP) Río Tella, en Teo (A Coruña), las alarmas saltaron cuando los estudiantes pasaron de primaria a la ESO. Tras cursar 5º y 6º de primaria -entre 10 y 12 años-, algunas familias detectaron que los niños y niñas tenían dificultades para hacer un resumen o un esquema. “Empezamos a indagar en la problemática y nos encontramos con E-dixgal”, explica a este periódico una portavoz del ANPA de la escuela. Bajo la iniciativa de la Consellería de Educación, activa desde el curso 2014-2015 y en la actualidad en 634 colegios que la solicitaron voluntariamente, el profesorado relega los libros en papel y el entorno se convierte en digital. Según la propia Xunta, docente y alumnos reciben equipamiento de uso personal, programas de formación, variedad de contenidos digitales o herramientas de intercomunicación.

Pero las consecuencias reales distan de los discursos triunfalistas con los que se introdujo la tecnología en las aulas. Al menos eso es lo que el ANPA del Río Tella acertó a sintetizar en un manifiesto en el que denuncia como E-dixgal “no aporta competencias digitales reales al alumnado, sino que convierte a los niños y las niñas en meros consumidores de contenidos digitales”. “En algunos casos, llegan a pasar, solo en clases, cinco horas ante una pantalla. Después en casa todavía hacen los deberes, también en los ordenadores personales”, denuncia la portavoz. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los menores de dos años no utilicen pantallas, los de dos a cuatro años un máximo de una hora diaria, y los de entre cinco 17 años nunca más de dos.

El programa E-dixgal, que afecta a 64.200 estudiantes entre 5º de primaria y 4º de ESO, dura cuatro años y se renueva automáticamente si ninguna de las partes lo cuestiona. Son ahora varias las ANPA que quieren echar el freno. “Nos preguntamos si estaba cumpliendo su función y tenemos serias dudas”, comenta el ANPA de A Rabadela, también en Teo, “la tecnología está bien si se usa bien. Y no estamos conformes tal y como está”. Los problemas que señala coinciden con los que encontraron en el Río Tella: la aptitud para concentrarse desciende, empeora la comprensión lectora y de escritura, la multitarea asociada a Internet impide centrar la atención, la sobreexposición a pantallas puede causar problemas de vista o dolores de cabeza en usuarios tan jóvenes.

Las asociaciones de madres y padres críticas con el sistema E-dixgal solo admiten un argumento claro a su favor, el ahorro que supone para las familias en lo que respecta a los libros de texto en papel. Estos fueron gratuitos en Galicia durante el bipartito de Partido Socialista y BNG (2005-2009) pero una de las medidas iniciales adoptadas por Feijóo en su primer mandato fue liquidar esa prestación. En todo caso, la Xunta de Galicia no ha respondido a las preguntas específicas de este periódico sobre si le consta este malestar o sobre si algún centro ha comunicado su intención de darse de baja en E-dixgal. El departamento de comunicación de la Consellería de Educación ha remitido a declaraciones del presidente, Alfonso Rueda, la semana pasada, en las que anunció “el refuerzo de la navegación segura del alumnado” en los equipos de E-dixgal. Las familias critican que el estudiantado, alguno de diez años de edad, acceda a redes sociales y webs inapropiadas sin supervisión adulta.

Contradicción entre ciencia y discurso político oficial

“Esta sensación de malestar no es novedosa”, asegura, en conversación con elDiario.es Xulio Carmona, responsable de digitalización de Ecologistas en Acción. En los últimos meses ha impartido conferencias en colegios e institutos en las que aborda la situación y el uso de la tecnología informática en las aulas. “La investigación y la bibliografía científica no tienen nada que ver con el discurso oficial, más propio de un anuncio de televisión”, asegura, “y lo que dice la evidencia científica es que la digitalización perjudica el aprendizaje”. A partir de los informes sobre la materia que el Ministerio de Educación sueco pidió a más de 60 expertos e instituciones, Carmona enumera los aspectos negativos, que en parte coinciden con lo señalado por las ANPA consultadas: menor concentración y comprensión lectora del alumnado, dificultades en el desarrollo del lenguaje, sobreestimulación y falta de acompañamiento que conduce a conocimientos superficiales y acríticos, brecha de clase según la que las familias de mayor poder adquisitivo dedican más tiempo a actividades sin pantallas.

El Gobierno de Suecia paralizó hace unos meses su plan de digitalización. “La contradicción entre estos programas y lo que aconsejan pedagogos, pediatras o psicólogos es cada vez más grande”, añade Carmona, “el descontento en el ámbito docente y entre las familias es amplio”. A la Xunta, de momento, no le consta: “El proyecto E-dixgal lleva años afianzado y funcionando de manera satisfactoria”.