Oposición y grupos feministas exigen la retirada de la “frívola” campaña de la Xunta por el 25-N
El próximo 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional contra la Violencia de Género. Con motivo de esa jornada, la Xunta presentó el pasado sábado su campaña bajo el lema O máis grande de Galicia non se maltrata (Lo más grande de Galicia no se maltrata). En el cartel, del que se distribuirán 35.000 copias por todas las villas y ciudades gallegas, aparecen tres mujeres tal gigantes sobre los monumentos más importantes de las urbes del país, como la Catedral de Santiago, la Muralla de Lugo o la Torre de Hércules. Al poco de ser presentado, surgieron críticas tanto desde la oposición como desde colectivos feministas, que denuncian la “cosificación”, la “frivolidad” y el “paternalismo” del mensaje, así como que no se aborden “ni causas, ni medidas ni soluciones contra la violencia machista”.
La campaña, tal y como destacó la secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, desarrollará acciones en prensa, radio, televisión y redes sociales desde el próximo miércoles y hasta el domingo 26 y el anuncio completo se podrá ver en la TVG el día 17. No obstante, tanto En Marea como BNG piden ya su retirada con iniciativas desde el Parlamento y son numerosas las voces que dentro de la oposición política y del movimiento feminista han censurado el mensaje.
“Las mujeres ni somos objetos ni monumentos, dejen de cosificarnos desde la Xunta por favor, no somos patrimonio de nadie”, advertía ya el fin de semana en las redes sociales la concejala de Igualdad de A Coruña, Rocío Fraga. “Ante este despropósito la Xunta debe retirar esta contraproducente campaña. Paternalismo y cosificación también son machismo”, añadió Ana Pontón, portavoz nacional del BNG. “¡Vergüenza de cartel y de campaña! ¡Cuánta ideología subliminal patriarcal!”, aseguraba la diputada de En Marea Alexandra Fernández. “Vergonzosa la campaña de la Xunta alrededor del 25 de noviembre. Tres mujeres como objetos y mensaje infantil y estúpido. Hacen falta protestas ya”, insistía la escritora y activista feminista María Reimóndez. Son sólo algunos ejemplos del revuelo que levantó el cartel.
Desde el BNG, este lunes, Pontón ha insistido en rueda de prensa en que la campaña “atenta contra la dignidad de las mujeres” por “reproducir los estereotipos machistas” e instó a la Xunta a “retirarla”. En Marea también ha pedido su supresión y ha culpado al Gobierno gallego de “seguir sin entender lo que significa realmente la violencia machista”.
“Esta campaña no aborda ni las causas de la violencia machista, ni el machismo, ni las posibles soluciones, ni medidas concretas en el ámbito de la prevención o la educación esenciales para finalizar con este tipo de violencia”, asegura En Marea, que critica la “visión patriarcal de las mujeres” que se da en el cartel al “compararlas con unos monumentos, con un patrimonio material que hay que proteger, como se las mujeres fosemos cosas u objetos sin más”. Por eso, califican el mensaje de “lamentable y vergonzosa” por “no reflejar ni aportar nada positivo”.
“Es inconcebible como se formula esta campaña y se demuestra que, cuando no crees en algo ni entiendes la reivindicación, lo único que haces es cubrir el expediente, como así fue”, destaca Ana Seijas, responsable del área de Feminismos de En Marea. La diputada de la formación Paula Quinteiro añade que el cartel elegido “desprende machismo y paternalismo”.
Por su parte, Xoaquín Fernández Leiceaga, portavoz parlamentario del PSdeG, ve en el cartel “una torpeza que se debería corregir”. “No es un acierto, se presta a interpretaciones cosifiadoras de la mujer”, ha añadido quien muestra su “preocupación” por los “errores” de la Xunta en diversas campañas institucionales. Por el PP, el portavoz Pedro Puy resalta que sólo supone “continuidad” con la elaborada el 8 de marzo y cree que lo importante es la “concienciación”.
Desde el BNG, la diputada Noa Presas dice que “por desgracia, sorprender no sorprende la campaña” y alude a la “muy parecida” publicidad llevada a cabo el pasado 8 de marzo. “El agravante ahora es que hablamos del 25-N, de violencia machista y de una posibilidad para concienciar y abordar un tema tan grave”, dice la parlamentaria, que califica el cartel de “ejercicio de frivolidad, con un enfoque paternalista y cosificante, sin pies ni cabeza”. “Además, se oculta el sentido de la campaña porque viéndolo lo que puedes pensar es que es de turismo y no contra la violencia machista; no cumple con su función y eso es grave”, añade antes de “confiar” en que la difusión viral de las críticas haga recapacitar al Gobierno “al igual que ocurrió con aquel anuncio turístico que mostraba residuos tóxicos” y que acabó siendo retirado.
También desde la Diputación de Pontevedra, su presidenta, Carmela Silva, calificó de “gravísimo error” la campaña. “No puede ser menos acertada, cosificando las mujeres cuando ya son 50 las asesinadas en el que va de año”, dijo tras pedir “rigor” a la Administración gallega.
La Xunta no rectifica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido de que la campaña “es muy parecida a la del 8 de marzo” y destaca que “entonces no hubo problemas pero ahora hay quien quiere buscarlos”. Además, se agarra al acuerdo alcanzado en el Parlamento gallego y en el Congreso contra la violencia de género. “Los mantengo y los defiendo y no voy a entrar en otras cuestiones”, ha dicho al ser preguntado por el polémico cartel. Mientras, En Marea presentaba una proposición no de ley en el Parlamento pidiendo la retirada de la campaña, algo que también tenía previsto hacer el Bloque.
La secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abeja, ha respondido a las críticas asegurando que “tratar de ver en esta campaña que se está utilizando la mujer como una cosa, como un patrimonio, es retorcer absolutamente las cosas”. Lejos de rectificar, la titular del departamento de la Xunta pide que lo haga la oposición. “Me gustaría que En Marea y el BNG rectificasen y respetasen una campaña bien intencionada”, dice, tras destacar que la mujer gallega es “grandiosa”.
Además, desde las organizaciones feministas también se ha criticado con dureza la campaña. La Plataforma Feminista Galega expresó en las redes que, “una vez más” tiene que “exigir a las administraciones que quien diseña las campañas sea alguien que realmente sepa sobre el tema y que tenga sensibilidad y empatía”. “Las mujeres no somos objetos, monumentos o patrimonio histórico”, defienden.
Pero, por el momento, la campaña sigue su camino y la Xunta ya ha anunciado que “por vez primera” facilitará a los 313 ayuntamientos del país carteles personalizados (que incluyen el nombre de cada municipio en lugar del de Galicia en el cartel) a través de una página web. Esta expansión llega justo cuando la campaña En negro, contra las violencias, iniciada hace tres años por el Concello de Santiago como Compostela en Negro, cuenta con llegar este año a 70 ayuntamientos y más de 3.000 establecimientos comerciales y entidades sociales después de difundir también su mensaje la pasada semana en el Parlamento europeo en Bruselas.
El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, preguntado por la polémica dice preferir “quedarse con la campaña” lanzada desde el ayuntamiento compostelano porque “tejió redes y se ha convertido en una campaña de país”. “De otras campañas prefiero no hablar”, remató.