La policía asegura que el interventor negó “dos veces” la llamada que pudo haber distraído al maquinista del Alvia
El policía nacional que ejerció como secretario de la instrucción del accidente del Alvia ocurrido en la curva de Angrois el 24 de julio de 2013 ha afirmado este martes que, en las primeras declaraciones tomadas en los días posteriores al siniestro, el interventor de Renfe negó hasta “dos veces” la llamada con el maquinista, Francisco Garzón, instantes antes del descarrilamiento. De hecho, a preguntas del Ministerio Fiscal y a los abogados de las partes durante la cuarta jornada del juicio, ha contestado que dicha llamada “no le constó” por ninguna de las declaraciones practicadas, sino que tuvo conocimiento de la misma el día 31 de julio, una semana después de los hechos, a través del registro telefónico, informa Europa Press.
El secretario del instructor -el propio instructor, que también estaba llamado a declarar en el juicio, ya falleció- ha explicado que fue el registro el que constató que, desde las 20,39 horas del 24 de julio de 2013, Garzón mantuvo esa llamada de 100 segundos con el interventor en los “momentos previos del accidente”. “Desde el primer momento intentamos valorar algún tipo de distracción”, ha ratificado el agente, al responder a las preguntas del fiscal Mario Piñeiro, para defender las actuaciones practicadas.
La “distracción” que supuso la llamada “se determinó al cabo de cinco días”, ya que no lo habían dicho ni el conductor que había llevado el tren hasta Ourense, ni el vigilante de seguridad ni el propio interventor de Renfe. “Nos comentaron que no tuvieron ningún tipo de contacto con el maquinista”, ha constatado. Y es más, el interventor les había asegurado que solo había hablado con Garzón por teléfono cuando iba por Ourense. Así, el policía secretario de la instrucción ha insistido en que “hasta el día 31”, cuando obtuvieron “la información” de uno de los tres móviles que portaba, no conocieron esa llamada.
Consultas a Renfe y Adif
Otra de las claves de la instrucción fueron las condiciones de seguridad de la vía, un hecho que podría determinar la responsabilidad del otro acusado en este macrojuicio: el exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte. En este contexto, aparte de las grabaciones realizadas al trayecto y a la curva de A Grandeira, se recibió información sobre las condiciones de la circulación en el tramo, pero solo como “un comentario”, por lo que la Policía pidió tanto al Administrador de Infraestructuras como a Renfe que lo acreditasen formalmente.
“La comunicación que nos hacen es que el maquinista debe conocer, por su habilitación, el cuadro de velocidades”, ha afirmado. En esta línea, sobre si había alguna baliza que saltase al superarse el máximo permitido, las dos empresas públicas comunicaron que el sistema de seguridad establecido era el Asfa y que había también el conocido como “pedal del hombre muerto”, que los maquinistas deben pulsar de manera continua y, si no lo hacen, el tren se detiene.
Algunos abogados de víctimas también han preguntado al secretario de la instrucción sobre por qué se incluyeron en el expediente unas capturas de pantalla de Facebook con una foto publicada por el maquinista -en fechas anteriores al accidente de Angrois- sobre un velocímetro de un tren a 200 kilómetros por hora. “Nosotros la relevancia no la valoramos inicialmente”, ha justificado el policía. “Aportamos todas las circunstancias que pueden influir en la conducción de ese tren. Cualquier detalle, por nimio que sea, se aportó porque aparecían una serie de comentarios sobre la velocidad, para que fuese valorado por el órgano judicial”, ha añadido.
Detención de Garzón
También han salido durante el interrogatorio las quejas manifestadas por el propio maquinista durante su declaración durante el juicio como acusado, el pasado 6 de octubre. Según criticó Francisco Garzón, cuando lo llevaron del Hospital de Santiago a calabozo como detenido todavía tenía “tres costillas rotas” y no se podía tumbar durante la noche, por lo que solicitó una silla que --según su versión-- se le negó.
Con todo, a preguntas del abogado defensor del maquinista, el policía secretario de la instrucción ha rechazado que se forzase su salida del centro sanitario -“Únicamente lo trasladamos cuando tiene el alta hospitalaria”, ha alegado- y que aquella noche Garzón manifestase alguna queja, porque “así hubiese constado” en el expediente. Asimismo, se activó “un protocolo para evitar que se autolesionara”, porque el detenido “obviamente no estaba en sus mejores circunstancias”.
La jueza ha intervenido para cortar el rumbo del interrogatorio, porque el trato del conductor del tren en su paso por calabozo “no es el objeto” del juicio. “Si tiene algún problema sobre el trato que se le dio a su cliente como detenido o como investigado en sede judicial, tenía que haberlo puesto de manifiesto en su momento. Ahora ya no viene a cuento de nada”, ha zanjado, tajante, Fernández Currás.
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