El Ayuntamiento de Arteixo se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los responsables que trabajan en la Xunta intentando controlar el avance del coronavirus. Esta localidad limítrofe con A Coruña tenía a finales de año poco más de 30 casos entre su población. Antes de acabar el primer mes de 2021, el número de infectados es de 438. Otro dato: la incidencia acumulada se ha multiplicado en la última semana, pasando de 476 casos por 100.000 habitantes a casi 1.400. El Gobierno de Feijóo ha decidido incluir a Arteixo en una lista de tres poblaciones -junto a Xinzo de Limia en Ourense y Viveiro en Lugo- para las que se ha ordenado el cierre total de la hostelería y la clausura de todas las actividades no esenciales.
Con poco más de 30.000 habitantes, Arteixo recibe cada día la llegada de 25.000 vehículos. Su marcado carácter industrial hacen de ese lugar uno de los principales pulmones económicos de Galicia. El polígono de Sabón, creado en 1965, alberga en sus parcelas las sedes de una de las empresas más importantes de la economía a nivel mundial: Inditex. El gigante fundado por Amancio Ortega ocupa más de 600.000 metros cuadrados en esa ubicación desde donde dirige sus operaciones para todo el mundo.
La factoría textil no es ajena a los problemas del coronavirus. El pasado 29 de diciembre se detectó un caso positivo por COVID-19 en su área de logística. El día 2 de enero se confirmó el segundo contagio. Inditex optó por realizar un cribado masivo entre los trabajadores y los resultados de aquellas pruebas señalaron que no había de qué preocuparse: nadie más dio positivo. Sin embargo, en aquellos primeros días de enero la Xunta mantuvo abiertas las fronteras que unían Arteixo con A Coruña. Eran los llamados cierres en “almendra”. El relax de las fiestas navideñas y la permisividad de las administraciones hicieron el resto.
El alcalde de la localidad, Carlos Calvelo (PP), asegura que la mayor parte de los contagios del municipio se relacionan con los entornos familiares. En declaraciones a Radio Coruña el regidor aseguraba este martes que en algunas familias han llegado a confirmar hasta 15 infectados. Calvelo reconoce que el importante peso industrial del municipio no juega a favor para controlar la posible extensión del virus. Cada mañana entran en este municipio más de 24.000 vehículos.
Frente a este temor, la Xunta ha decidido cerrar todo lo que considera no esencial: los bares, la cultura, el deporte y las bibliotecas tendrán que echar la persiana hasta nueva orden. La actividad industrial seguirá a pleno rendimiento, convirtiendo al comedor de Inditex en el restaurante con más clientela de toda la localidad.
La compañía que dirige Pablo Isla ha diseñado un plan para impulsar el teletrabajo y minimizar los riesgos. Su planta de Arteixo acoge en circunstancias normales a un total de 3.000 personas (unos 1.500 en servicios centrales de Zara, Zara Home y corporativo de Inditex, y otros tantos en logística). Con la hostelería cerrada en todo el ayuntamiento, los empleados que acudan a su puesto tendrán que elegir entre llevarse la comida de casa o usar el gran comedor en el que diariamente se sirven miles de menús. Inditex decidió en mayo ampliar los comedores de su plantilla, reducir los aforos y aumentar los turnos de servicio. Además, la compañía ha reformado un servicio que denominan picnic y que permite al trabajador comer igualmente sin necesidad de ir a un “comedor”.
Durante una entrevista con elDiario.es, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, reconoció que los contagios en los centros de trabajo tienen su punto débil en los comedores de las empresas. El jefe de la sanidad gallega insistió en esa conversación en que los momentos en los que hay que quitarse la mascarilla es cuando la propagación del virus se dispara. Comer y beber son actividades de riesgo. La Xunta acostumbra a usar ese argumento para defender los cierres en la hostelería que mantienen al sector en pie de guerra. Sin embargo, sobre los comedores de las empresas, la Xunta ha dicho este mismo martes que no se prevé el cierre de estas infraestructuras porque “están vinculadas a los centros de trabajo”. En la misma línea, Comesaña aseguraba en la entrevista antes referida lo siguiente: “Cualquiera que no tome decisiones pensando en la economía en la gestión de una pandemia creo que se equivoca”.
Pero Inditex no es la única empresa amenazada por el descontrol del coronavirus en el ayuntamiento que la acoge. Arcelor, Dragados, Ferroatlántica o La Voz de Galicia son solo algunas de las compañías que comparten espacio en el polígono industrial de Sabón. Además, el municipio alberga el Puerto Exterior de A Coruña, uno de los principales centros de distribución marítima por el que paran los usuarios de las principales rutas de tráfico marítimo internacional. A sus muelles llegaron este lunes cinco mil toneladas de sal que se destinará a la lucha contra las heladas que afectan a multitud de carreteras del norte del país.