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ENTREVISTA
Javier Castrillo

El ginecólogo al que la Xunta propone sancionar tras protestar contra el cierre del paritorio de Verín: “No quieren admitir que no hay base para expedientarme”

Javier Castrillo, jefe de Ginecología del Hospital de Verín, (a la derecha en la imagen) durante una protesta en su apoyo

Beatriz Muñoz

26 de febrero de 2021 06:00 h

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Javier Castrillo firmó el pasado 22 de febrero el acuse de recibo de una carta en la que se le comunicaba que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) propone sancionarlo por una falta grave con dos días de suspensión de sus funciones. Él es una de las caras más visibles de las protestas que sanitarios y vecinos organizaron en 2019 contra la decisión de la Xunta de cerrar el paritorio de Verín. Castrillo es el jefe de Ginecología en ese centro comarcal y alzó la voz contra la medida, que obligaba a las mujeres a desplazarse hasta Ourense para dar a luz.

La movilización obligó al Gobierno gallego a dar marcha atrás y reabrir el paritorio a principios de 2020, solo dos meses después de cerrarlo. Pero el que iba a ser el último parto de Verín, a finales de noviembre de 2019, derivó en un desencuentro con una compañera y, casi un año después, el Sergas le abrió un expediente disciplinario. El parto había ido bien, según el ginecólogo, pero la médica pidió trasladar al bebé a la capital provincial. Él le pidió explicaciones ante los padres y ella terminó denunciando lo sucedido. Ahora el Sergas propone sancionarlo y Castrillo cree

¿Esperabas que la propuesta fuese sancionarte por una falta grave?

No me sorprende. Creo que lo que han querido hacer es poner una vela a dios y otra al diablo, es decir, quedar ellos bien y que yo me quedase contento, digamos, porque dos días de suspensión no son nada. Pero no lo voy a hacer, voy a seguir peleando porque no quiero dejar que se considere una falta grave, aunque la sanción sea mínima. No tiene ni pies ni cabeza y voy a seguir intentando demostrarlo. Hay otras muchas cosas que son cuestionables de la instrucción, como el posicionamiento de entrada del gerente del área –sanitaria– motivando a un trabajador para que pusiera una denuncia contra otro trabajador sin haber oído la versión del denunciado. Eso roza la prevaricación. El gerente es gerente de la pediatra igual que es gerente mío. Otra cuestión es su jefe de servicio, que tiene todo el derecho a asesorar, motivar y aconsejar a la médica a que haga esto.

¿Qué otras partes del proceso ves cuestionables?

Hay una una modificación de las 14:00 horas en el historial de lo que pasó ese día. Un instructor no puede decir que se versionó la historia clínica en la mañana entre las 9:30 y las 14:00 y que no se puede acceder a la primera versión. Sí hay formas de acceder. Y habría que preocuparse por saber de la manera más exacta lo que ocurrió. Si se le da la orden a informática, se pueden recuperar las versiones anteriores archivadas.

La sanción propuesta no te parece elevada.

La sanción son dos días, pero a mí me parece injusta porque nadie respalda la versión de la pediatra. Ella dice que le falté al respeto, pero yo no lo reconozco y nadie de los presentes lo hace. Yo reconozco que le pedí que explicara delante de los padres por qué motivo quería trasladar al niño. Los padres demandaban esa información y tienen derecho a ella. Y yo también quería saberlo. Ella dice que lo dije de forma poco respetuosa. De los testigos, nadie lo confirma, pero prevalece su versión.

¿Interpretas que había intención de cerrar el expediente con una sanción, aunque fuese mínima?

Este tema se politizó, no sé si para mi bien o para mi mal. Se llevó al Parlamento, se dijo que era una persecución política, que lo es. Hubo un rifirrafe y entiendo que no quieren dar el brazo a torcer y reconocer que no había base para incoar un expediente por unos hechos nimios. Esto ocurre todos los días en cualquier trabajo: hay roces, o le dices algo a alguien en un tono más seco o menos seco...Para no reconocer eso, porque quedaría en evidencia que hay una persecución y daría un poco la razón a la oposición, pues han mantenido la hipótesis de que cometí una falta grave y han puesto dos días de sanción, que no es nada. Supongo que lo hicieron con la intención de que con eso yo me quedara tranquilo y no moviera más el chocolate y se acabase ahí el tema. Pero no, no lo voy a hacer. Voy a seguir adelante.

¿Por qué quieres hacerlo?

Porque me parece injusto. Me haría mucho más daño si me meten dos años de inhabilitación, pero me parece igual de injusto dos años que dos días que dos minutos, si siguen catalogándolo de falta grave.

¿Vas a presentar alegaciones contra la propuesta de sancionarte?

Esto que me han mandado no es la sanción definitiva. Es lo que ha hecho la instructora de Vigo y lo que, a su juicio, procede. Yo ahora tengo un plazo para presentar alegaciones, que las presentaré y seguramente no van a cambiar nada las cosas. Luego, cuando esto quede cerrado, la instructora lo elevará al órgano competente en la Consellería –de Sanidade– en Santiago y ese es el que realmente impone la sanción, si lo considera.

¿Si finalmente hay castigo, seguirás luchando?

Sí, claro, lo voy a hacer. Ahí tendría que ir ya por la vía de la justicia ordinaria.

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