Parcelar la playa: las reservas para el verano empujan los protocolos estivales en Sanxenxo
Con algunos de los hoteles completos de reservas para el mes de agosto, el turístico ayuntamiento de Sanxenxo, en Pontevedra, no ha esperado al protocolo del Gobierno central para presentar su propio sistema que permita mantener el distanciamiento social en la playa. Su solución se basa en parcelar las playas urbanas del municipio con estacas de maderas y cuerdas para diferenciar cinco sectores con sus respectivos accesos. “Es un sistema sencillo y respetuoso con el entorno”, explica el regidor del municipio, el popular Telmo Martín, “que ha tenido muy buena acogida”.
El sistema ha despertado el interés de otros alcaldes “que han llamado todo el día” para conocer los detalles del plan y también de Costas, que es de quien depende el uso del litoral en España. Por el momento, nadie ha frenado el plan de Sanxenxo, un municipio de las Rías Baixas que cada verano triplica su población y es lugar habitual de veraneo de turistas nacionales. Con una economía que depende de los veraneantes, Sanxenxo comienza a preparse para recibir a los visitantes “que son muy fieles”. A pesar de que no se sabe si estarán permitidos los movimientos entre comunidades en el verano, el alcalde explica que algunos establecimientos hoteleros tienen todo lleno para la segunda quincena de julio y todo el mes de agosto “y hay gente que sigue llamando”.
“Tenemos un turismo muy leal y que creen que en Sanxenxo se van a sentir muy seguros”, explica Martín. Con esa máxima, están trabajando para tener todo listo a finales de junio. El turismo que concentra este municipio es sobre todo familiar y se desplaza en los meses de julio y agosto, sobre todo, por lo que desde el ayuntamiento no tienen prisa por abrir las playas. El control previsto se aplicaría a las playas más urbanas del municipio, con control en los accesos, y sin sistemas de reserva como el que se han planteado en otras playas del sur del Estado o el que la Xunta aplica, sin ir más lejos, para controlar el aforo de la visitadísima playa de As Catedrais, en la costa de Lugo. En este caso es necesario reservar cita a través de una web y conseguir un código QR para acceder al arenal. “No queremos hacer eso porque la playa es de todos y debería haber libertad para ir”, explica Martín, que plantea un sistema sin reserva pero con el aforo controlado y a la mitad de su capacidad habitual.
El caso de la costa gallega es muy diferente al del Levante español. Martín tiene claro que el litoral de Galicia “no va a sufrir tanto” como otras costas del Estado que dependen más de turistas extranjeros. El informe del CSIC que indica que la probabilidad del contagio en la playa no es alto, las altas temperaturas que se empiezan a alcanzar en mayo y el borrador que el Gobierno central ha enviado sobre los protocolos a aplicar en los arenales han motivado que muchas localidades costeras hayan presentado sus ideas para mantener una distancia segura a nivel sanitario. En Salobreña (Granada), por ejemplo, apuesta por la instalación de cuadrantes, paneles y cámaras de vigilancia.
Mientras, las playas urbanas de las ciudades de A Coruña y Vigo están abiertas para los paseos del público o la práctica de deportes individuales como el surf. En la ciudad herculina no tienen aún previsto un plan para gestionar el acceso y el control de la seguridad durante el verano, esperan a las directrices del Gobierno central, pero ya han contratado el servicio de socorrismo para este año.
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