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Sousa niega un agujero de 3.000 millones y dice que el valor de Pescanova “excede su pasivo”

Imputados el presidente, un consejero y dos accionistas de Pescanova

Miguel Pardo

Manuel Fernández de Sousa, presidente de Pescanova, ha roto su silencio y ha concedido una entrevista a la Cadena Ser, en Madrid, donde ha negado la mayor, incluso la deuda. Asegura que “no hay un agujero de 3.000 millones de euros” en la empresa y aclara que el valor de la compañía “excede en mucho su pasivo”.

El máximo responsable de Pescanova, que carece de funciones ejecutivas por mandato judicial, negó todas las acusaciones que se vierten sobre él desde hace meses y negó también que la situación de la multinacional sea tan grave como se dice. “No hay un agujero de 3.000 millones, lo que creamos estos años es valor para la empresa”, llegó a asegurar, tras aclarar que el valor de la marca, las explotaciones acuícolas o los proyectos de I+D no se encuentran valoradas en los libros de cuentas. “El valor de Pescanova hoy excede en mucho a su pasivo; no solo vale más, sino que va a valer mucho más”, añadió quien afirma que todo lo que se hizo -incluido el retraso en la presentación de las cuentas- “fue en beneficio de la firma”. “Y así se acreditará”, dijo.

En cuanto a la venta de parte de acciones y a las acusaciones que hablan de uso de información privilegiada, Sousa lo niega y aclara que fueron los “problemas de tesorería” los motivos que lo llevaron a esa operación que, aunque no lo dijo, le permitió recuperar en tres meses el dinero con medio millón de euros de beneficio. “Si tuviera información privilegiada, habría vendido todo”, añadió.

“Yo comuniqué la venta de las acciones; sigo siendo el mayor accionista de la compañía y entregué 10 millones para apoyar la empresa en problemas de tesorería”, insistió Sousa, que manifestó que si no hubiera creído en la empresa “no habría conservado las acciones ni hubiera dado 10 millones”. “Vendí todo lo que tenía que vender para salvar la empresa”, aclaró. Además, destacó que “en estos tres meses se pagaron las nóminas y se siguió funcionando” y justifica el retraso en la presentación de resultados del pasado mes de febrero en que estaban a la espera de realizar una desinversión o presentar el preconcurso de acreedores.

En cuanto a la influencia que la crisis de las cajas gallegas ha tenido en la situación de Pescanova, Fernández de Sousa reconoce que “sí afectó”, pero que afectó aún más la reestructuración de todo el sistema financiero español en general.

A pesar de no reconocer malas prácticas, Fernández de Sousa sí admitió un error: el de no “haberlo comunicado”. “Es algo que hay que corregir ahora”, aseguro, tras declararse “moralmente tranquilo”. “No tengo miedo a la justicia”. “Sacrifiqué mi vida, mi familia y mi patrimonio por Pescanova”, añadió, tras acabar advirtiendo de que su “mayor interés” es “que España no pierda la mayor empresa del sector”. “Lucharé para que no se liquide ni se fraccione la compañía”, terminó.

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