La Xunta baja al nivel mínimo la alerta por el vertido de pellets porque asegura que la incidencia cayó “notablemente”
La Xunta ha decidido rebajar al nivel de emergencia por el vertido de pellets al 1, el mínimo. Sostiene que ha descendido “notablemente” la incidencia de estas pequeñas bolas de plástico en la costa gallega y que no se alcanzan ya “las ratios mínimas recomendadas por los organismos internacionales para su recogida”. Justifica así desactivar el nivel 2, que era el que permitía que participasen medios estatales en las tareas de limpieza.
La decisión la avanzó el subdirector xeral de Gardacostas de Galicia, Lino Sexto, tras una reunión de los técnicos del Plan Territorial de Continxencias por Contaminación Mariña Accidental de Galicia (Plan Camgal). El conselleiro do Mar, Alfonso Villares, la comunicó este jueves por carta al Delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, en la que señalaba que las condiciones meteorológicas que se prevén hacen pensar que los pellets continuarán dispersándose en mar abierto y, por lo tanto, que no llegarán a los arenales gallegos.
Sexto, por su parte, señaló a última hora del miércoles, tras la reunión del Camgal que las densidades “son mucho menores de 250 pellets por metro cuadrado”, que es la referencia, dijo, que se utiliza en Nueva Zelanda. También están por debajo de los 3.000 pellets por operario y día que fija el sistema utilizado en Sudáfrica. Salvo que la Delegación del Gobierno se oponga a que se baje el nivel, la decisión será efectiva esta misma semana. Si se dan las condiciones para volver a subir el nivel, aseguró que “así se hará”. La Xunta activó el plan anticontaminación en su nivel más bajo el 5 de enero, casi un mes después de que el buque Toconao perdiese el contenedor lleno de pellets que dio origen a la contaminación de las costas gallegas. No fue hasta el día 9 que lo elevó al nivel 2, tras varios días mostrando reticencias.
En cuanto a las limpiezas que todavía se estaban llevando a cabo en las playas gallegas, ha remarcado que “lo importante es no causar más perjuicio que beneficio al ecosistema”, para lo que deben ser “proporcionales” a la “situación real” de las costas.
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