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La Xunta admite diferencias de 82 minutos en la atención a infartos en función del lugar de residencia

Hospital Lucus Augusti, en Lugo

David Lombao

Hace un año el INE acreditó que los datos de mortalidad por infarto en la provincia de Lugo duplicaban la emdia estatal. Aquella información encendió los ánimos de la plataforma vecinal que reclama desde hace años la apertura durante las 24 horas del servicio de hemodinámica en el Hospital Lucus Augusti, que funciona solo en horas de oficina -de 8 de la mañana a 3 de la tarde, de lunes a viernes- desde su apertura, realizada en 2014 aunque la Xunta la había anunciado para 2011. Apenas dos meses después de la publicación de estos datos el Servizo Galego de Saúde ponía en marcha el Registro Gallego de Infarto (Regaliam), cuyo primer balance acredita que la diferencia en el acceso al tratamiento de una persona que infarte en Lugo con respecto a otras áreas de Galicia supera los 80 minutos.

El balance presentado por el Sergas abarca los 602 casos de infarto registrados en Galicia entre junio y noviembre de 2015 y las diferentes variables de su tratamiento. Una de ellas es el tiempo que transcurre desde que la persona afectada contacta con el servicio sanitario -caso por ejemplo de la llamada al 061- hasta que se procede a la apertura de la arteria afectada por el infarto. En el caso de Lugo este lapso supera las tres horas, mientras que en el área sanitaria más rápida en este proceso, la de Santiago, es de algo más de una hora y media.

Según los datos facilitados por Sanidad, desde que una persona avisa en el área de Lugo que ha padecido un infarto “hasta que se inicia el procedimiento en la sala de hemodinámica” pasan 192 minutos. La segunda mayor demora es la de Ourense, donde este servicio tampoco funciona las 24 horas, con 169 minutos. En el término medio se encuentra Pontevedra, con 151 minutos, y los menores tiempos de intervención son los de Vigo, 121 minutos, y Santiago, 110 minutos. En A Coruña y Ferrol, aclara el Sergas, los datos se encuentran “en la media” y no son especialmente reseñables con relación al resto de áreas.

A pesar de la estas obvias diferencias la Consellería de Sanidade afirma que los dispares tiempos de atención no tienen “influencia sobre la mortalidad de los pacientes según su localidad de residencia”. Además, dicen, “esta diferencia de atención no existe cuando se estima el tiempo que va desde el inicio de los síntomas hasta que se inicia el procedimiento”. No obstante, el director de Asistencia Sanitaria del Sergas, Jorge Aboal, y el responsable del Registro en A Coruña, Guillermo Aldana, admiten que es necesario tomar estos datos con cautela, toda vez que se está trabajando con cifras acumuladas muy bajas de pacientes y, por lo tanto, cualquier caso de muerte altera notablemente los porcentajes generales.

La ausencia de relación entre el tiempo de inicio del tratamiento y la mortalidad que argumenta el Sergas contrasta con la opinión emitida en diversas ocasiones desde el Hospital de Lugo. Allí el jefe del Servicio de Cardiología, Carlos González Juanatey, se mostraba seguro el pasado año de que la apertura de la unidad de hemodinámica durante las 24 horas tendría un “impacto indudable” en las tasas de personas que fallecen por esta dolencia. Tras la aparición de los primeros síntomas “lo que hay que hacer es correr”, destacaba el doctor, según cuyas cifras sólo un tercio de las personas que sufren un infarto en la provincia de Lugo pueden ser atendidas en el tiempo recomendado, menos de 120 minutos. Atendiendo a ese criterio, las recomendaciones solo estarían cumpliéndose en Vigo y Santiago.

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