Exposición: Paret, el pintor rococó de La Cebra al que el destierro relegó a la cara b de la historia
La Cebra, una de las obras más conocidas del pintor Luis Paret, realizada en 1774, cubre ahora mismo la fachada del edificio del número 4 de la Plaza de Herradores, en el centro de Madrid. La lona está situada junto al Mercado de San Miguel y la calle Mayor, en una de las zonas más turísticas y con más historia de la capital.
El modelo de la obra fue una cebra de origen casi aristocrático, la que pertenecía al infante don Luis –una rareza, la única de su tiempo en España–. Aunque ya no se conserva, su cuerpo se disecó y fue conservado en su gabinete durante años. Esta ascendencia social se puede apreciar en la obra de Paret, en la que aparecen representados una manta de lana o un cepillo y el cubo para su cuidado.
La lona contiene un código QR que dirige a la información acerca de la exposición sobre el artista en el Museo Nacional del Prado. La muestra, que se ha llevado a cabo con la ayuda de la Fundación AXA, fue inaugurada el pasado 25 de mayo.
La exposición se presenta en nueve secciones, que incluyen sus dibujos, retratos, pinturas de asuntos bucólicos, asuntos eróticos, puertos del País Vasco, las pinturas realizadas para la capilla de San Juan del Ramo o el cuadro Jardín Botánico desde el Paseo del Prado.
El papel del pintor rococó en la historia de la pintura española ha quedado ensombrecido por su largo destierro en Puerto Rico y Bilbao, además de por el peso de otros pintores coetáneos, como Francisco de Goya. El motivo de su destierro fue la acusación de procurar mujeres jóvenes al infante don Luis, quien era su mecenas. Su hermano, el rey Carlos III, le expulsó de la corte.
El infante Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio, XIII Conde de Chinchón, tuvo un pequeño zoológico en su Palacio de Boadilla del Monte cono conocido como El Gallinero, pequeña muestra de la moda de las casas de fiera de la Ilustración.
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