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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

“El Chapo” morirá de viejo y preso: esta es su historia

La Silla Rota

Rodrigo Gutiérrez González —

Joaquín Guzmán Loera nació en abril de 1957, en el poblado de La Tuna, en Badiraguato, Sinaloa, semillero de los más peligrosos narcotraficantes. Su padre, Emilio Guzmán Bustillos, y su madre, María Consuelo Loera Pérez.

De familia pobre, su vida siempre fue el campo. Dejó a un lado el sembradío de maíz y frijol, para cultivar marihuana, ingresando así al mundo del narcotráfico. Bajo el respaldo de Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”, Guzmán Loera fue subiendo peldaños en el Cártel de Guadalajara.

Los inicios

“El Chapo”, apodado así por su baja estatura −apenas 1.64 metros−, dejó los sembradíos para comenzar a traficar droga del Triángulo Dorado, conformado por los estado de Chihuahua, Sonora y Sinaloa, hacia Estados Unidos. Se forjó en esta práctica criminal desde la década de 1980.

La captura de “El Jefe de Jefes”, así como de Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, significó la caída del Cártel de Guadalajara, como consecuencia del asesinato del agente antidrogas estadunidense Enrique Camarena, cambió totalmente el panorama del narcotráfico en México.

Frente al imperio criminal heredado por el Cártel de Guadalajara quedó Amado Carillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, quien decidió, en respaldo de Félix Gallardo, dividir las plazas de la organización extinta.

Mientras los Carrillo Fuentes, formando el Cártel de Juárez, quedó en Chihuahua; los Arellano Félix y su organización el Cártel de Tijuana, se mantuvo en Baja California; y “El Chapo”, junto con Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, permanecieron en Sinaloa, formando el cártel homónimo. Guzmán Loera ya era jefe de plaza.

La marihuana pasó a segundo plazo, “El Chapo” incursionó en el tráfico de cocaína, haciendo acuerdo con los capos colombianos, prometiendo rutas más rápidas para que su producto llegara a Estados Unidos.

“El Señor de los Cielos” ofrecía su flotilla de aviones como la forma más efectiva de hacer llegar la droga a tierras norteamericanas, pero Guzmán Loera fue más allá: submarinos, trenes, barcos y hasta túneles para consumar el trasiego de cocaína.

“El Chapo” se convirtió en uno de los traficantes favoritos de los colombianos, siendo el Cártel del Norte del Valle el mayor beneficiario de las redes del sinaloense. Esto provocó roces con otros cárteles mexicanos, principalmente con los Arellano Félix.

La primera captura

Armando López, “El Rayo de Sinaloa”, amigo de Guzmán Loera y narcotraficante del Cártel de Sinaloa, había asistido a una fiesta en Tijuana para charlar con uno de los Arellano Félix a nombre “El Chapo”, al no traer invitación no lo dejaron pasar, provocando un altercado, que acabó con los tijuanenses disparando contra el narcotraficante sin mediar una sola palabra. Así comenzó la guerra del Cártel de Tijuana contra el Cártel de Sinaloa.

El brutal asesinato de la esposa y dos hijos pequeños de Héctor “El Güero” Palma, mano derecha de “El Chapo”, fue una de las consecuencias de esta batalla entre narcotraficantes, la cual se trató más de índole personal que por negocios.

La guerra derivó en uno de los pasajes más oscuros del narcotráfico: el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara. El religioso habría sido asesinado tras una confusión, los gatilleros, quienes le preparaban una trampa al líder del Cártel de Sinaloa, lo confundieron con “El Chapo”.

El gobierno de Carlos Salinas de Gortari emprendió una cacería contra Guzmán Loera culpándolo del magnicidio de Posadas Ocampo. Joaquín fue detenido el 9 de junio de 1993 en Guatemala, recluido en el Penal Federal de Puente Grande, en Jalisco.

La prisión fue su jaula de oro. Corrompió autoridades de todo tipo dentro de Puente Grande, fiestas, comida, lujos, visitas y demás facilidades mantuvo con el apoyo de sus socios desde fuera de la cárcel. Más de nueve años estuvo encerrado, hasta el 19 de febrero de 2001, cuando se fugó.

La versión oficial, respaldada por socios y testigos, señaló que Guzmán Loera escapó escondido dentro de un carrito de lavandería, versiones periodísticas refieren que Guzmán Loera abandonó la prisión por su propio pie vestido de Policía Federal. La leyenda de “El Chapo” se consolidaba.

Dentro del penal de Puente Grande conoció a una de las personas que se convertirá en uno de sus hombres de máxima confianza: Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, subdirector de dicha cárcel, quien, tras la fuga de Guzmán Loera, ingresó a las filas del Cártel de Sinaloa.

La Federación

Con la repentina muerte de “El Señor de los Cielos”, en 1997, tras una fallida cirugía plástica, el hueco del máximo capo de las drogas en México quedó vacío y Joaquín Guzmán Loera estaba dispuesto a tomarlo.

Al salir de prisión formó lo que el mismo llamó “La Federación”, varios cárteles de la droga unidos en una sola organización bajó su mando. “El Mayo”, “El Azul”, Ignacio “Nacho” Coronel, los hermanos Beltrán Leyva y los Carrillo Fuentes, estos últimos del Cártel de Juárez, formaron la asociación delictiva.

Con tremendo poderío criminal sacó del camino a los Arellano Félix: Ramón Arellano Félix fue asesinado en febrero del 2002 en Mazatlán, Sinaloa; en marzo del mismo año, Benjamín Arellano Félix fue detenido en Puebla; y Francisco Javier Arellano Félix fue capturado en agosto de 2016 en Baja California.

Durante la primera década de los 2000, el Cártel de Sinaloa se consolidó como la mayor organización de drogas en el mundo. Sin embargo, las aguas tambalearon la cima de “El Chapo” dentro de “La Federación”.

Los roces se presentaron entre los chihuahuenses y los sinaloenses. Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy” y “El Chapo” protagonizaron desacuerdos. Guzmán Loera siempre se quiso hacer de la plaza de Ciudad Juárez, pero el peso histórico estaba en las manos de la familia Carrillo Fuentes.

Rodolfo Carrillo Fuentes, hermano de “El Viceroy”, fue la primera víctima de la rivalidad entre ambos cárteles. En 2004 fue asesinado junto a su esposa al salir de una plaza comercial en Culiacán, Sinaloa.

El hecho que culminó con el asesinato de Rodolfo fue el rechazo de éste de estrechar la mano con Guzmán Loera, en una reunión para limar asperezas entre ambos bandos. El homicidio de Carrillo Fuentes fue respaldado por Zambada García, quien concedió el “permiso” para concretar el crimen.

La venganza fue rápida. Tres meses después, Arturo Guzmán Loera, “El Pollo”, hermano de “El Chapo”, fue asesinado a balazos dentro del penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México. La guerra había empezado.

Con una victoria parcial de Guzmán Loera, “El Viceroy”, Vicente Carillo Leyva, “El Ingeniero”, primogénito de “El Señor de los Cielos”, Carlos Arturo Quintana, “El 80”, líder máximo de “La Línea”, fue detenido en mayo del año pasado; y Eduardo Ravelo Rodríguez, “El Tablas”, cabecilla de “Los Aztecas”, ambas organizaciones brazos armados del Cártel de Juárez, fueron detenidos.

El auge

Durante los dos sexenios panistas, “El Chapo” se presume se hizo aliado de uno de los personajes más oscuros de la función pública: Genaro García Luna, titular de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) con Vicente Fox y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) con Calderón. Se dice recibió 50 millones de dólares primero de los hermanos Beltrán Leyva, luego 6,5 millones más de la organización como tal.

Trascendió que Calderón también habría recibido sobornos del cártel, sin embargo ni el monto ni el resto de detalles sobre esta corruptela han sido aclarados, poniendo en duda la veracidad de las acusaciones. Sin embargo, sí ha sido señalado constantemente de intentar un pacto, sin éxito, con todos los líderes del narcotráfico.

En el mismo lapso “El Chapo” también concretó su tercer matrimonio con una joven reina de belleza: Emma Coronel Aispuro. Su boda fue en Durango, en 2007, en una enorme celebración donde familiares, amigos, aliados y hasta políticos asistieron. La unión no fue coincidencia, su padre, Inés Coronel Barreras, es familiar de “Nacho” Coronel, cabecilla del Cártel de Sinaloa.

La primera esposa de “El Chapo” es Alejandrina Salazar, con quien tuvo cuatro hijos: Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, César y Alejandrina. Los dos primeros conocidos como “Los Chapitos”, la última fue quien hace poco creó una marca de ropa basada en la figura de su padre. Con su segunda esposa, Griselda López, tuvo cuatro hijos: Édgar, Ovidio, Joaquín y Griselda. Mientras que con Coronel Aispuro tuvo dos niñas gemelas: María Joaquina y Emali Guadalupe.

La tercera guerra de “El Chapo” se consumó entre su familia, con sus primos los Beltrán Leyva. Guzmán Loera los habría traicionado al entregar a Alfredo, “El Mochomo”, en Culiacán, Sinaloa, en 2008. Arturo, “El Barbas”, sospechó de la traición de Guzmán Loera, pues fueron detenidos por la AFI, organización que habían sobornado a través de García Luna.

Así, los Beltrán Leyva rompieron con el Cártel de Sinaloa y comenzaron una guerra aliándose con “Los Zetas”, viejos enemigos de “El Chapo”. Sin embargo, Guzmán Loera y el Cártel de Sinaloa salieron beneficiados en la disputa criminal.

En diciembre del 2009, Arturo Beltrán Leyva fue acribillado por elementos de la Marina en Morelos; a los pocos días fue detenido Carlos Beltrán Leyva, en Sinaloa; Héctor Beltrán Leyva, “El H”, fue capturado en octubre de 2014 en Guanajuato.

No todas las bajas fueron de los Beltrán Leyva, “El Chapo” sufrió también una de las pérdidas más dolorosas en su vida: la de su hijo. En mayo de 2008, unos meses después de la captura de “El Mochomo”, pistoleros acribillaron a Edgar Guzmán López.

Para 2009, Joaquín Guzmán Loera entró en la lista de los hombres más ricos del mundo de la Revista Forbes, el lugar 701, número que se convertiría en toda una insignia para el líder del Cártel de Sinaloa.

Ese mismo año se efectuó un duro golpe contra la organización de “El Chapo”. Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, primogénito de “El Mayo” y coordinador logístico del cártel en Sudamérica y Centroamérica, fue capturado en la Ciudad de México.

Rápidamente extraditado a Estados Unidos, “El Vicentillo”, dio un golpe certero al Gobierno de Estados Unidos: declaró que la DEA le permitía realizar operaciones al Cártel de Sinaloa a cambio de información de organizaciones rivales. El cártel favorito de los gobiernos mexicano y estadunidense.

La cacería del hombre más buscado

Todo cambió para Guzmán Loera en mayo del 2011, cuando el Ejército de Estados Unidos asesinó a Osama Bin Laden. “El Chapo” pasaría entonces a ser el hombre más buscado del mundo y comenzó su cacería.

Sin embargo, los resultados no fueron inmediatos, quizá por la corrupción desde la cúpula de Gobierno mexicano. Enrique Peña Nieto habría recibido 100 millones de dólares del Cártel de Sinaloa por protección, en octubre del 2012, semanas antes de tomar posesión como presidente.

No fue hasta tres años de investigaciones, operativos y trabajo de inteligencia entre la DEA y la Secretaría de Marina (Semar) dieron frutos tres años después cuando el 22 de febrero del 2014 fue capturado por segunda ocasión en un hotel de Mazatlán, Sinaloa, junto con Coronel Aispuro y sus gemelas.

El Gobierno de Enrique Peña Nieto se jactó de la captura que ni Fox ni Calderón lograron. Sin embargo, la hazaña no les duró mucho cuando la noche del 11 de julio de 2015 escapó del penal federal del Altiplano, en el Estado de México, por un túnel construido por debajo de la cárcel hasta el desagüe de la ducha.

Esta segunda fuga de Guzmán Loera fue supuestamente orquestada por Emma Coronel y efectuada por “Los Chapitos”, así como con “El Licenciado”, según lo relatado por el propio López Núñez.

La administración de Peña Nieto quedó expuesta, más cuando la Revista Rolling Stone publicó una entrevista realizada por el actor estadunidense Sean Penn al mismo Guzmán Loera. Él no lo había hecho solo, la actriz mexicana Kate del Castillo le ayudó a consolidar el encuentro.

Entonces, salieron a relucir mensajes entre del Castillo y Guzmán Loera, se especuló que ambos tenían una relación. Ella tuvo que mudarse a Estados Unidos, asegurando que era una perseguida del Gobierno de México.

Kate del Castillo no fue la única mujer de la “vida pública” alcanzada por “El Chapo”. Lucero Guadalupe Sánchez López, exlegisladora local del PAN, también lo fue. La joven sinaloense fue detenida acusada de tráfico de drogas en Estados Unidos. En México también fue evidenciada por visitar al capo en el Altiplano con documentación falsa.

Apodada como la “Chapodiputada”, fue amante y traficante de marihuana de Guzmán Loera, sin embargo, habría sido abusada sexualmente por el capo de la droga, según señalan documentos de la fiscalía de Estados Unidos.

Más casos de delitos sexuales aparecieron, pero en este caso pederastia. “El Chapo”, supuestamente pagaba 5 mil dólares por cada niña de 13 años que le consiguieran para abusar sexualmente de ellas. El líder del Cártel de Sinaloa las drogaba para facilitar la violación, además, les apodaba como “las vitaminas” porque, como eran muy jóvenes, le daban vida.

La tercera captura, la extradición y la sentencia

Seis meses después de la fuga, Guzmán Loera fue detenido por elementos de la Policía Federal en calles de Los Mochis, Sinaloa, luego de escapar de un operativo de la Semar. Fue regresado al penal del Altiplano y meses después trasladado al penal de Ciudad Juárez, Chihuahua.

El 19 de enero del 2017, un día antes de que Donald Trump tomara posesión como presidente de Estados Unidos, “El Chapo” fue extraditado y recluido en un penal de Manhattan, en Nueva York.

Su extradición significó una ruptura en el Cártel de Sinaloa. Los primeros en enfrentarse por el poder fueron “Los Chapitos” y “El Licenciado”.

De un lado estaban “Los Dámaso”, que además de “El Licenciado” contaba con su hijo, Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”, y una supuesta alianza con Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Mientras que “Los Chapitos” contaban con el respaldo del viejo socio de su padre: Ismael “El Mayo” Zambada.

Uno de los hechos que más evidenció la batalla interna fue el secuestro de “Los Chapitos” de un bar de Puerto Vallarta, Jalisco, realizado por miembros del CJNG aliados con Dámaso, en enero del 2016. A los días y tras un pago millonario, los Guzmán fueron liberados.

Con la disputa ya conocida, “Los Chapitos” enviaron una carta al periodista Ciro Gómez Leyva donde aseguraban que la traición la comenzó “El Licenciado”, cuando el 4 de febrero del 2017 los citó a ellos y a “El Mayo” Zambada, pero fueron recibidos por hombres armados que dispararon contra ellos, apenas lograron escapar. Había sido una trampa de Dámaso.

En respuesta, Dámaso López proporcionó información al fundador de semanario Río Doce, Javier Valdez, donde aseguró que él no disparó contra “Los Chapitos” y “El Mayo”, y acusó a los primeros de no respetar los acuerdos y de generar la violencia en su contra.

En mayo del 2017, López Núñez fue detenido en un lujoso departamento de la zona de Polanco en la Ciudad de México. Casi dos meses después su hijo Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”, se entregó a las autoridades estadunidenses en California. Poco más de un año después de su captura, en julio del 2018, “El Licenciado” fue extraditado a Estados Unidos.

“Los Chapitos” quedaron al frente del cártel, mientras que “El Mayo” solo funge como un consejero político dentro de la organización dada su edad, pues tiene 71 años. Versiones periodísticas sostienen que Aureliano Guzmán Salazar, “El Guano”, hermano de “El Chapo”, también busca hacerse del liderazgo de la organización criminal.

El juicio contra “El Chapo” comenzó el 5 de noviembre del año pasado. Pasaron tres meses, 56 testigos, miles de documentos y una inusual semana de deliberaciones para que Guzmán Loera fuera hallado culpable, ahora tendrá que esperar hasta el 25 de junio para oír la sentencia en su contra, la cual muy probablemente será una cadena perpetua.