Siete casos de ciudadanos europeos que no podrán entrar en EEUU tras las medidas migratorias de Trump
Miles de europeos podrían ver vetada su entrada en Estados Unidos, después de que Donald Trump haya cerrado la puerta del país americano a todos aquellos que provengan de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán. Porque haber conseguido la nacionalidad europea no eximirá a nadie (de estos siete países) de no ser bienvenido. No obstante, todavía existe mucha confusión sobre la aplicación de la norma, ya que Canadá podría haber logrado que sí se autorice su pasaporte. El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU había asegurado que la doble ciudadanía solo sería aceptada si, además de ser de uno de estos siete países, también se era estadounidense de nacionalidad.
Entre los afectados más destacados se encuentra el atleta y medallista olímpico por Reino Unido, Mo Farah. De origen somalí, abandonó su país en el año 1993 y desde entonces se ha convertido en uno de los mejores atletas de la historia. Su reacción no se ha hecho esperar, y con un post en su página de Facebook ha resaltado que mientras el Reino Unido le ha nombrado Caballero Real este año, la medida de Trump parece haberle convertido “en un extranjero”.
Asimismo el campeón mundial ha dicho que la decisión de Trump “viene de la ignorancia y los prejuicios” y pone de ejemplo su exitosa historia personal “como un ejemplo de lo que puede pasar cuando se siguen políticas de compasión y entendimiento, y no de odio y aislamiento”.
Además del caso de Mo Farah existen varios más que han llamado la atención por la relevancia de los nombres. Es el caso de Omid Nouripour, diputado atlantista del Bundestag y miembro de Los Verdes, nacido en Irán en 1975 y que según “Der Spiegel” está entre los miles de alemanes con doble nacionalidad que no podrán viajar temporalmente a Estados Unidos. El diputado, natural de Teherán, tiene desde 2002 la nacionalidad alemana, pero mantiene también el pasaporte de su país de origen.
Nazanin Boniadi, actriz (Homeland, Scandal, Cómo conocí a vuestra madre) y abogada británica de origen iraní, tampoco podrá viajar a Estados Unidos. Desde su cuenta oficial de Twitter, no ha dudado en criticar una medida que no solo ataca a los musulmanes.
Nadhim Zahawi, miembro del parlamento británico, nació en Baghdad (capital iraquí) hace ya 50 años. Vive en Reino Unido desde los nueve y a pesar de contar con un pasaporte europeo, Zahawi tampoco sería bienvenido en Estados Unidos.
Una joven británica, Hamaseh Tayari, se ha encontrado atrapada en sus vacaciones. Su vuelta a Glasgow se ha visto quebrada, porque el vuelo de regreso hace escala en Nueva York. Tayari tiene pasaporte iraní pero fue criada en Reino Unido. Ahora tiene un doctorado y trabaja como veterinaria. Pero no puede volver a su casa tras la revocación de la visa de tránsito a EEUU.
La activista iraní y británica, Leila Zadeh, nunca ha vuelto a su país de origen desde que lo abandonó a los 13 años. Con pasaporte británico e iraní, también está vetada.
Amin Karbasi es profesor en la Universidad de Yale. Y es muy probable que tarde varios meses en volver a ver a su mujer y a su hijo recién nacido. Hace tres semana viajaron a Irán para ver a su familia.
Google y Microsoft tienden la mano a sus empleados
Según ha cifrado The Guardian, en Estados Unidos residen al menos 781.235 personas que hayan nacido Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán. Y el presidente de Microsoft, Brad Smith, no ha dudado en tender una mano a todos sus empleados. A través de un correo interno y en respuesta a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, Smith les ha advertido de que cuentan con 76 compañeros afectados.
A través de LinkedIn, Smith aseguró que desde Microsoft “creemos que las leyes de inmigración pueden y deben proteger a la gente, sin sacrificar la libertad de expresión o religión de las personas”. “Como inmigrante y como CEO, he experimentado y visto el impacto positivo que la inmigración tiene en nuestra compañía, en el país y en el mundo, y seguiremos abogando por este importante tema”, agregó.
Por su parte, el presidente ejecutivo de Google, Sundar Pichai, también ha criticado la última orden ejecutiva de Trump, en una nota dirigida a sus empleados y en la que ha querido destacar que más de 100 empleados podrían estar afectados. “Estamos verdaderamente preocupados por el impacto de esta medida, que podrían imponer restricciones a nuestros compañeros y sus familias, y que crean barreras para atraer talento hacia los Estados Unidos”.