El comisario de Orbán, en su examen en la Eurocámara: “Tengo tres hijas y vivo con mi esposa, ¿no soy aliado de las mujeres?”
“¿Por qué piensa que no soy un aliado de las mujeres? Vivo con cuatro mujeres, tengo tres hijas y vivo con mi esposa, ¿no me considera un aliado de las mujeres?”. Así se defendió el candidato a repetir como comisario europeo del ultraderechista húngaro Viktor Orbán de las acusaciones de misoginia y del interrogatorio sobre el derecho al aborto que le hicieron este miércoles en la Eurocámara, donde se sometió este miércoles al examen para continuar en la Comisión Europea, esta vez en la cartera de Sanidad y Bienestar Animal.
Las fuerzas progresistas le preguntaron sobre los derechos del colectivo LGTBI y de las mujeres, en concreto sobre el aborto ante las trabas que su Gobierno ha puesto en Hungría, donde se impuso a las mujeres que fueran a interrumpir su embarazo la obligación de escuchar antes el latido del feto. Antes de eirigirse como “aliado” de las mujeres por el hecho de tener una esposa e hijas, el aspirante de Orbán había dejado en el tejado de los estados miembros la legislación en materia de aborto.
“Es una cuestión de derecho constitucional y derechos humanos, y no tanto médica. También es una prerrogativa nacional, no existen competencias europeas en materia de aborto”, afirmó: “Cada estado miembro adopta una posición distinta. Son opciones y decisiones de las sociedades”. Lo que sí aseguró es que los derechos sexuales y reproductivos “forman parte de los derechos humanos” e, interrogado por las personas LGTBI, señaló que el “acceso a la salud es un derecho fundamental” y que “no importa el género”.
Varhely es una de las piezas flojas del Colegio de Comisarios que Ursula von der Leyen ha ideado a partir de las propuestas que le han hecho los gobiernos, a pesar de que le ha relegado desde la cartera de Vecindad y Ampliación, que será uno de los asuntos más relevantes en la legislatura, a Salud y Bienestar Animal. Pero la relación del político ultraderechista con los parlamentarios, a los que en una ocasión se refirió como “idiotas” en el pasado mandato, no ha sido buena.
Pero la venganza de la Eurocámara se ha quedado a medias. A Varhely no le han tumbado, aunque sí se ha llevado una advertencia. Tras el examen de este miércoles, no obtuvo la confianza de dos tercios de los coordinadores de las comisiones que le examinaron, como sí han hecho los otros 15 nominados que han pasado por el Parlamento Europeo hasta ahora. Socialistas, liberales, verdes y la izquierda se opusieron a darle el visto bueno. Finalmente, la decisión adoptada fue obligarle a responder preguntas por escrito.
“No nos convenció en su primera audiencia. Parecía demasiado centrado en los negocios, carecía de compromiso con el bienestar animal y no cumplía con las normas de salud de las mujeres ni de los derechos reproductivos”, señalan los socialdemócratas, que esperan “aclaraciones” por escrito. “¿Cómo podemos apoyar a un Comisario de Sanidad que no es capaz de criticar a un Estado miembro -el suyo- que eligió la vacuna rusa y china contra el covirus en lugar de las aprobadas en Europa, que no es capaz de explicar cómo va a ayudar a las mujeres de la UE a tener un acceso seguro a sus cuidados y derechos sexuales y reproductivos, y que afirma que está del lado de las mujeres porque tiene cuatro en casa?”, se pregunta el eurodiputado liberal Pascal Canfin.
Una vez que responda las preguntas por escrito, los coordinadores de las comisiones parlamentarias que examinan a Varhely tendrán que volver a reunirse para ver si pasa el filtro, para lo que necesita dos tercios de respaldo (tiene el de las tres fuerzas de la extrema derecha, pero necesita más respaldo del resto de grupos). En el caso de que no obtenga ese porcentaje, sería convocado a un nuevo examen oral tras el que requeriría el apoyo de dos tercios de los coordinadores o, de no conseguirlo, la mayoría simple (más síes que noes) del conjunto de eurodiputados de las comisiones implicadas (Medio Ambiente y Agricultura).
Si es rechazado, Orbán tendría que hacer una nueva propuesta, que se sometería al proceso de nuevo. En ocasiones anteriores, el Parlamento Europeo siempre ha tumbado candidatos, como a la de Emmanuel Macron la pasada legislatura o el primer aspirante húngaro. El problema ahora es que se retrasaría (aún más) la puesta en marcha del nuevo gobierno comunitario, prevista para el 1 de diciembre.
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