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La consellera catalana de Igualdad trabaja por el feminismo sin culpabilizar a los hombres
Barcelona, 16 nov (EFE).- La consellera de Igualdad y Feminismo, Eva Menor, ha defendido que “el feminismo es, simple y llanamente, un movimiento que busca la igualdad real entre hombres y mujeres” y que, en cualquier caso, desde su visión, “no pasa por identificar a los hombres como culpables”.
“No buscamos identificar culpabilidades sino discriminaciones, y remar todos juntos para avanzar y trabajarnos ante un machismo con el que a todos nos han educado”, ha explicado a EFE desde su despacho del distrito administrativo en la que es la primera entrevista que concede la exalcaldesa de Badía del Vallès desde que asumió el cargo.
Una educación machista que da tradicionalmente menos valor a la mujer en la esfera pública y que, reconoce, la llevó a sentir un “enorme síndrome de la impostora” cuando el president de la Generalitat, Salvador Illa, la llamó para confiarle la consejería catalana de Igualdad y Feminismo.
“Lo primero que tuve es un miedo enorme a no estar lo suficientemente preparada”, rememora la consellera, quien reflexiona que las mujeres son educadas para tener “arraigados” ese tipo de sentimientos.
Una de sus primeras acciones, de gran carga simbólica, fue quitarle la “s” a 'Feminismos', como se llamaba oficialmente el departamento cuando Tania Verge (ERC) estaba al mando.
“Debemos simplificar el lenguaje (...) Creo que se ha perdido un poco la concepción de lo que es el feminismo. Debemos simplificarlo para que todo el mundo lo entienda”, ha defendido Menor.
Hablar de feminismo de otra manera
“No digo que debamos simplificar el feminismo desde la perspectiva de la acción, pero sí del mensaje”, ha elaborado la consellera, para quien en los últimos años ha habido “un exceso de retórica filosófica” sobre el patriarcado.
En esa línea, llama la atención sobre lo “bien que lo hace” la ultraderecha con sus mensajes misóginos y contra colectivos como los de LGTBI o inmigrantes, de gran calado entre los más jóvenes a través de las redes sociales. Un capacidad de comunicar que pasa por mensajes “sencillos” y sin demasiadas aristas.
Aunque deja claro que la lucha feminista es interseccional y compleja, aboga porque se empiece a hablar a los más jóvenes “de otra manera” para poder sumarlos al movimiento y evitar que se sientan excluidos de la causa de la igualdad.
“No podemos dejar que vayan identificando como enemigo a todo el que piensa diferente, el que habla diferente o ha nacido en un lugar distinto. Eso genera discursos de odio. Debemos aprender de todo ello porque es preocupante”, ha añadido.
“Las mujeres somos el 50 % de la población y, simplemente, aspiramos a tener el 50 % del espacio en todo. Solo queremos eso. Yo estoy convencida de que hay muchos hombres que quieren lo mismo. El feminismo no es solamente una cosa de mujeres, es un movimiento humanista que trabaja por el beneficio del conjunto de la sociedad”, ha explicado.
Y ese es el razonamiento, cuenta, que da a todos aquellos que no se sienten identificados con la etiqueta de 'feminista' y que, según la consellera, simplemente no tienen “claro” lo que significa realmente.
A ese respecto, se hace eco de los “contradictorios” datos de la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de Cataluña, que señala que un 90 % está “a favor de la igualdad entre hombres y mujeres” pero, en cambio, solo un 45 % se consideran “feministas”.
Experiencias machistas en primera persona
Licenciada en Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), explica a EFE que en su primer despacho de abogados los clientes pensaban invariablemente al verla que no se trataba de una letrada más sino de la “secretaria”.
El machismo también le trajo episodios en su larga experiencia como alcaldesa de Badia del Vallès, con la oposición regalándole apodos como “la princesa” o “la alcaldesa más guapa del Vallès” con el ánimo de “ridiculizarla”.
“Han sido no una, ni dos, sino mil cosas porque soy una mujer que no ha seguido el rol tradicional de estar en casa y cuidar a sus hijas, y he tenido además una carrera. Mientras, a mi esposo le llueven las felicitaciones por ser el 'padre del año'. Hasta le han llegado a felicitar el día de la Madre”, confiesa.
Frente a todo ese machismo latente e invisibilizado, Menor asegura querer poner el foco y hacerlo con datos que sean irrefutables sobre las discriminaciones que afectan a las mujeres. Para ello quiere convertir el observatorio del Instituto Catalán de la Mujer en “un auténtico 'gender lab' (laboratorio de género, en inglés).
“Las discriminaciones hay que revertirlas porque, además, al final, más allá de desigualdad, tienen un alto coste social”, defiende. “Si no movilizamos el talento presente en la sociedad de las mujeres, estamos desperdiciando el talento del 50 % de la población, y esto tiene un impacto económico y social que yo creo que como sociedad no podemos permitirnos”, apunta.
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