El predicador evangélico Fabricio Alvarado, derrotado en las elecciones presidenciales de Costa Rica
Los costarricenses se decantaron con contundencia en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales por Carlos Alvarado, del partido de centroizquierda Partido Acción Ciudadana (PAC), sobre el evangélico conservador Fabricio Alvarado, que había sido el más votado en la primera ronda.
Carlos Alvarado, de 38 años, obtuvo el 60,7%, frente al 39,3% de su rival. La participación fue cercana al 67%, mayor que la que el Tribunal Supremo de Elecciones y los mismos candidatos esperaban, e incluso un punto superior a la de la primera vuelta.
En la primera vuelta electoral, el 4 de febrero, el conservador Fabricio Alvarado fue el más votado con el 24,9% de los sufragios, y Carlos Alvarado consiguió el 21,6%. Las últimas encuestas conocidas a mediados de marzo arrojaban un empate técnico entre ambos.
“Mi deber será unir a esta República, unirla para sacarla adelante y que sea una república líder en el siglo XXI, que Costa Rica ocupe ese lugar que merece, esa nación unida es la que tenemos que construir juntas y juntos”, expresó Alvarado desde la plaza Roosevelt, en el este de San José, frente a cientos de sus simpatizantes.
El presidente electo es periodista, escritor, politólogo y músico, y fue ministro de Desarrollo Humano y luego de Trabajo durante el actual Gobierno de Luis Guillermo Solís, el primer mandato presidencial en la historia del PAC.
Carlos Alvarado ha prometido trabajar en un Gobierno Nacional con otros partidos políticos y líderes como el excandidato del Partido Unidad Social Cristiana Rodolfo Piza, con el fin de “gobernar para todos” los ciudadanos del país, sin discriminación alguna.
Alvarado está obligado a negociar con otros partidos, ya que en la Asamblea Legislativa su partido solo tendrá 10 de los 57 diputados.
La primera vuelta el 4 de febrero fue ganada por el predicador evangélico Fabricio Alvarado, la gran sorpresa de estas elecciones al irrumpir con un discurso basado en los valores cristianos y la defensa de la familia tradicional.
Ambos aspirantes estaban separados por visiones antagónicas en derechos humanos, ya que Carlos Alvarado favorecía la aplicación de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la legalización del matrimonio homosexual, así como la fecundación in vitro, mientras su rival prometió frenar los avances en esa materia.
El evangélico Fabricio Alvarado reconoció la derrota y se puso a las órdenes del nuevo Gobierno para apoyarle en lo que se le necesite y agradeció a sus seguidores, pues considera que su mensaje de valores cristianos caló en la sociedad.
“Nunca pensemos que él es el adversario, porque nuestros adversarios son la corrupción, la inseguridad, la ineficiencia, la vagabundería y la mediocridad, y todo eso es a lo que tenemos que derrotar desde donde quiere que estemos”, advirtió Fabricio Alvarado.
El presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Luis Antonio Sobrado, hizo un llamamiento a la prudencia y a aceptar los resultados con respeto: “Es la hora de la humildad, de la generosidad y del respeto. Los favorecidos deben tener la humildad para anticipar que les será imposible hacer buen gobierno sin la participación de otras fuerzas. No se pueden embriagar de triunfo”, dijo Sobrado en una discurso.
Esta fue la tercera ocasión en la que Costa Rica acudió a una segunda ronda para definir a su presidente tras las elecciones de 2002 y 2014.