- Una adolescente de 16 años, Nermín, guarda en su diario personal la historia de sus siete hermanos y sus padres. Nadie en la casa sabe cuánto tiempo durará la calma, pero al sentarse en la sala de estar alrededor del diario de Nermín, los padres recuerdan el largo periplo que ha traído a toda la familia hasta aquí.
Una familia numerosa descansa en un caserón del depauperado norte de Siria. La vivienda, destartalada, se asienta sobre un paisaje rural típico de la provincia de Alepo: llanura y olivares.
Una adolescente de 16 años, Nermín, guarda en su diario personal la historia de sus siete hermanos y sus padres. Nadie en la casa sabe cuánto tiempo durará la calma, pero al sentarse en la sala de estar alrededor del diario de Nermín, los padres recuerdan el largo periplo que ha traído a toda la familia hasta aquí.
Durante más de medio año han estado huyendo de la guerra en una de las zonas más pobres de Siria. Este es el relato cotidiano de una familia desplazada a causa del conflicto sirio y de los refugiados que salen del país huyendo de la violencia.
El padre de la familia, Mohamed, recuerda con dolor aquel 28 de febrero: “Era un sábado, estaba trabajando y la gente empezó a correr”. No sabía lo que estaba pasando. La guerra había llegado a su tierra. Estas son las calles de una localidad del norte de Siria donde MSF facilita atención sanitaria a la población.
El padre de la familia, Mohamed, recuerda con dolor aquel 28 de febrero: “Era un sábado, estaba trabajando y la gente empezó a correr”. No sabía lo que estaba pasando. La guerra había llegado a su tierra. Estas son las calles de una localidad del norte de Siria donde MSF facilita atención sanitaria a la población.
“Ya sabía por los vecinos que los tanques se acercaban –interviene Sabah, su esposa–, así que había preparado a los niños para huir. Se oían helicópteros y nos quedamos en la esquina de una sala rezando. Pensábamos que moriríamos”. Vivienda de una familia que ha estado huyendo del conflicto.
“Ya sabía por los vecinos que los tanques se acercaban –interviene Sabah, su esposa–, así que había preparado a los niños para huir. Se oían helicópteros y nos quedamos en la esquina de una sala rezando. Pensábamos que moriríamos”. Vivienda de una familia que ha estado huyendo del conflicto.
Nermín escribe en su diario los nombres de su abuelo y varias de sus tías, que acogen a la familia en su huida de los combates entre la oposición armada y el ejército sirio. Son parte de los dos millones de sirios que se han visto desplazados dentro del país a causa de la guerra. La población civil en el norte de Siria se enfrenta a necesidades humanitarias urgentes.
Nermín escribe en su diario los nombres de su abuelo y varias de sus tías, que acogen a la familia en su huida de los combates entre la oposición armada y el ejército sirio. Son parte de los dos millones de sirios que se han visto desplazados dentro del país a causa de la guerra. La población civil en el norte de Siria se enfrenta a necesidades humanitarias urgentes.
Empieza el éxodo y la familia acabará en la gran ciudad del norte sirio: Alepo, el principal centro económico del país. Tras cuatro meses de calma, la guerra llegó a Alepo. En verano de 2012 el ejército sirio y la oposición armada empezaron una lucha calle a calle para controlar uno de los principales centros industriales del país. La familia de Azaz se vio atrapada en esta vorágine de violencia. Hospital de campaña de MSF en el norte del país.
Empieza el éxodo y la familia acabará en la gran ciudad del norte sirio: Alepo, el principal centro económico del país. Tras cuatro meses de calma, la guerra llegó a Alepo. En verano de 2012 el ejército sirio y la oposición armada empezaron una lucha calle a calle para controlar uno de los principales centros industriales del país. La familia de Azaz se vio atrapada en esta vorágine de violencia. Hospital de campaña de MSF en el norte del país.
‘Lo que pasó con nosotros desde el comienzo de la revolución’ se lee en la primera página del diario de Nermin. La familia tomó un autobús a la frontera con Turquía. Allí, pasó dos días en un campo de tránsito junto a la frontera pero decidió quedarse en Siria. Encuentran una casa no muy lejos de allí, aislada de los núcleos de población. “La casa estaba vacía. Nos quedamos desde el 19 de septiembre hasta…”. El diario se detiene aquí.
‘Lo que pasó con nosotros desde el comienzo de la revolución’ se lee en la primera página del diario de Nermin. La familia tomó un autobús a la frontera con Turquía. Allí, pasó dos días en un campo de tránsito junto a la frontera pero decidió quedarse en Siria. Encuentran una casa no muy lejos de allí, aislada de los núcleos de población. “La casa estaba vacía. Nos quedamos desde el 19 de septiembre hasta…”. El diario se detiene aquí.
El personal médico en Siria se enfrenta a una difícil tarea: debe afrontar la inseguridad y adaptarse a una situación volátil. Los hospitales y centros de salud en ruinas son testigos de ello. Restos calcinados de una camilla en lo que fuera un centro médico improvisado en el norte de Siria.
El personal médico en Siria se enfrenta a una difícil tarea: debe afrontar la inseguridad y adaptarse a una situación volátil. Los hospitales y centros de salud en ruinas son testigos de ello. Restos calcinados de una camilla en lo que fuera un centro médico improvisado en el norte de Siria.
Además de los desplazados internos, casi 700.000 refugiados sirios han buscado refugio en los países vecinos. Sólo en Líbano hay más de 220.000 sirios de los cuales muchos no tienen acceso a los servicios médicos necesarios, según un informe elaborado por MSF bajo el título ‘Miseria más allá de la zona de guerra’. Un refugiado sirio lleva en brazos a su hija en el campo improvisado de Taybeh en el valle libanés de la Bekaa.
Además de los desplazados internos, casi 700.000 refugiados sirios han buscado refugio en los países vecinos. Sólo en Líbano hay más de 220.000 sirios de los cuales muchos no tienen acceso a los servicios médicos necesarios, según un informe elaborado por MSF bajo el título ‘Miseria más allá de la zona de guerra’. Un refugiado sirio lleva en brazos a su hija en el campo improvisado de Taybeh en el valle libanés de la Bekaa.
El estudio ha revelado un deterioro preocupante de la situación humanitaria en Líbano, Líbano es el país que está acogiendo a más refugiados del país en guerra. Un refugiado sirio enciende una estufa en una casa a medio construir en la localidad de Majdal Aanjar en el valle de la Bekaa.
El estudio ha revelado un deterioro preocupante de la situación humanitaria en Líbano, Líbano es el país que está acogiendo a más refugiados del país en guerra. Un refugiado sirio enciende una estufa en una casa a medio construir en la localidad de Majdal Aanjar en el valle de la Bekaa.
Los refugiados sirios dentro de Líbano no tienen acceso a atención médica gratuita y una vivienda decente. Las condiciones de vida para la mayoría son extremadamente precarias. Más del 50% de las personas consultadas por MSF, registradas de forma oficial o no, están hospedadas en estructuras deficientes. Letrina en el campo de refugiados improvisado en Deir Zenoun. El campamento, en un campo empapado por la lluvia y el barro, es el hogar de cerca de 500 personas que huyeron del conflicto en Siria.
Los refugiados sirios dentro de Líbano no tienen acceso a atención médica gratuita y una vivienda decente. Las condiciones de vida para la mayoría son extremadamente precarias. Más del 50% de las personas consultadas por MSF, registradas de forma oficial o no, están hospedadas en estructuras deficientes. Letrina en el campo de refugiados improvisado en Deir Zenoun. El campamento, en un campo empapado por la lluvia y el barro, es el hogar de cerca de 500 personas que huyeron del conflicto en Siria.
El informe fue realizado por MSF a partir de entrevistas con 2.100 familias de refugiados. Un 75% de los encuestados no están preparados para afrontar el rigor del invierno. Un anciano enfermo de Parkinson duerme en una habitación en una casa destartalada en Trípoli, Líbano, junto a su nuera y su nieta y 16 miembros de su familia. La familia paga 175 dólares por el refugio, que carece de calefacción.
El informe fue realizado por MSF a partir de entrevistas con 2.100 familias de refugiados. Un 75% de los encuestados no están preparados para afrontar el rigor del invierno. Un anciano enfermo de Parkinson duerme en una habitación en una casa destartalada en Trípoli, Líbano, junto a su nuera y su nieta y 16 miembros de su familia. La familia paga 175 dólares por el refugio, que carece de calefacción.
En gran parte de Líbano, la capacidad de las comunidades de acogida de absorber refugiados ha llegado a su límite. Las familias que llegaron al inicio del conflicto se están quedando sin dinero para pagar la comida y la vivienda y no tienen acceso a cuidados médicos básicos. Campo de refugiados improvisado de Taybeh. La falta de condiciones higiénicas en el campo está conduciendo a la aparición de enfermedades transmisibles, especialmente entre los niños.