EEUU se enfrenta a la amenaza de un nuevo cierre del Gobierno con su economía en un momento delicado

elDiario.es

30 de septiembre de 2023 12:46 h

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Estados Unidos se enfrenta este sábado a la amenaza de un nueve cierre del Gobierno federal, que solo podrá evitar si hay un acuerdo de última hora antes de la medianoche. Si cierra la Administración estadounidense, esta nueva crisis coincidirá con un momento delicado para la economía del país y con huelgas en un sector tan importante como el del automóvil.

ACTUALIZACIÓN - El Congreso de EEUU aprueba una medida provisional para mantener el Gobierno abierto 45 días

El cierre del Gobierno federal de EEUU ocurre cada vez que los legisladores de la Cámara de Representantes y el Senado no llegan a un acuerdo, antes del 1 de octubre, que garantice la financiación de los servicios públicos para el año fiscal siguiente. A falta de una solución, EEUU podría entrar este domingo en el cuarto cierre del Gobierno de la última década.

La imposibilidad de efectuar pagos con dinero público obliga a despedir a trabajadores públicos, a mantener a otros en su puesto pero sin poder pagarles y a detener servicios tan esenciales como los controles de seguridad alimentaria o cerrar los parques nacionales. Se estima también que más de 1,4 millones de militares y cientos de miles de funcionarios seguirán trabajando, pero dejarán de cobrar su salario hasta que haya un acuerdo.

En este caso, la falta de acuerdo entre los legisladores ha surgido una vez más en las filas republicanas, donde un grupo importante de representantes fieles al expresidente Donald Trump (2017-2021) ha manifestado su rechazo a las concesiones realizadas por Kevin McCarthy el pasado mes de mayo.

Y mientras que los republicanos, liderados por McCarthy, tienen mayoría en la Cámara, los demócratas les superan por un voto en el Senado, por lo que cualquier solución al cierre del Gobierno deberá contar con el apoyo de ambos partidos para salir adelante y que lo pueda ratificar el presidente, Joe Biden.

El portavoz de la Cámara de Representantes acordó con Biden en la primavera un plan a corto plazo para impedir que el país entrara en suspensión de pagos. Sin embargo, este grupo de legisladores ha utilizado la baza del cierre gubernamental para presionar y lograr que se revoquen concesiones en materia de salud, anticonceptivos, cobertura sanitaria para personas trans y una mayor regulación del tabaco, entre otras.

Ahora esa protesta puede causar un problema menos grave, pero no carente de impacto económico. La primera economía del mundo ya se ha enfrentado a anteriores cierres del Gobierno federal. Se estima que el ocurrido a finales de 2018, que duró 35 días, le costó a EEUU entre un 0,1% y un 0,2% del PIB, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.

“La vía para financiar el Gobierno ya ha sido acordada por el Senado, con acuerdo de los dos partidos, los republicanos de la Cámara de Representantes deben aceptarlo”, aseguró en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, declaró igualmente que “la falta de responsabilidad de los republicanos en la Cámara puede perjudicar a las familias americanas y provocar inestabilidad económica”.

La bolsa de Nueva York ya ha dado muestras de tensión por la incertidumbre y este viernes cerró el mes de septiembre con las mayores pérdidas acumuladas en los índices S&P 500 y Nasdaq, mientras que el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, también terminó el mes con pérdidas significativas.

Según Yellen, el daño causado por un posible cierre afectará a “funciones gubernamentales clave” como la entrega de préstamos a agricultores y pequeños negocios, a las inspecciones sanitarias y de seguridad en el ámbito laboral así como las obras en infraestructuras.

El impacto también se podría sentir en la próxima decisión sobre los tipos de interés. Las agencias que se encargan de recoger y publicar los principales indicadores económicos del país, como la inflación, el PIB, o los datos de empleo, dejarán de elaborar sus informes habituales. La Reserva Federal, por ejemplo, es una de las instituciones que requieren de esos datos para emitir su próximo dictamen sobre una posible subida de los tipos en EEUU.