Gdansk, el bastión progresista polaco con un alcalde asesinado que ha recibido el Princesa de Asturias
Fue una de las primeras batallas de la Segunda Guerra Mundial. Se convirtió en símbolo de la lucha contra la falta de libertades bajo el gobierno comunista. Y actualmente es un modelo de convivencia, solidaridad y tolerancia para un continente que sufre una ola de fanatismo, nacionalismo y odio. La ciudad polaca de Gdansk ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de la Concordia “en un punto crucial donde el espíritu de Europa consigue renacer una y otra vez frente a la intolerancia o la opresión”, ha indicado el jurado.
Gdansk acogió la que está considerada como la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial, cuando el 1 de septiembre de 1939 el ejército nazi invadió Polonia. Uno de los objetivos de los nazis fue la oficina postal de Polonia en la ciudad –entonces era una ciudad independiente llamada Danzig–. Allí, el personal polaco resistió unas 15 horas la ofensiva nazi antes de caer derrotados.
Tras la guerra, la ciudad quedó destruida en un 90% y fue integrada en Polonia. Décadas más tarde, se convirtió en foco de las movilizaciones contra los diferentes gobiernos comunistas. En 1970, Gdansk fue una de las cuatro ciudades que se levantaron contra la subida de precios. Unas 40 personas murieron por la represión policial en estas protestas que acabaron forzando la dimisión de Władysław Gomułka, líder del Partido Obrero Unificado de Polonia.
Diez años más tarde, en 1980, y bajo el liderazgo de Lech Wałęsa –quien posteriormente se convertiría en el primer presidente democrático de Polonia– nació en el astillero Lenin de la ciudad el sindicato Solidaridad. El primer sindicato en un país del Pacto de Varsovia que no estaba controlado por el Partido Comunista. Wałęsa ganó el premio Nobel de la Paz en 1983. Las negociaciones entre el sindicato y el Gobierno tras las huelgas de 1988 desembocaron en comicios y la organización de Wałęsa acabó formando un gobierno de coalición.
El sindicato moderno tiene actualmente poca influencia política y es un fuerte aliado de la formación ultraconservadora gobernante en el país, el Partido Ley y Justicia. “Solidaridad ya no existe”, tuiteó Lech Wałęsa en abril de este año tras la decisión del sindicato de no apoyar una gran huelga nacional del profesorado. Poco después, el expresidente llegó a lanzar una petición para impedir al sindicato utilizar el nombre de Solidaridad. Wałęsa cortó lazos con el sindicato por las diferencias políticas con su líder actual, Piotr Duda.
Modelo europeo de integración
Pero buena parte de la historia de la ciudad está marcada por Pawel Adamowicz, su alcalde durante 20 años. Adamowicz estuvó al mando de la ciudad desde 1998 hasta su asesinato en enero de este año. Adamowicz, conocido por su apoyo a la comunidad LGTBI, a los inmigrantes y a otras minorías, fue asesinado delante de miles de personas durante un concierto benéfico. El asesino era un delincuente con antecedentes que culpaba al partido del alcalde de su paso por prisión. Adamowicz fue uno de los líderes de las huelgas de 1988 que forzaron al Gobierno a entablar conversaciones con el sindicato Solidaridad.
De su casi medio millón de habitantes, más de 20.000 son extranjeros, la mayoría refugiados procedentes de países de la antigua URSS, como Chechenia o Ucrania. En 2016, el Ayuntamiento de Gdansk publicó el documento modelo de integración de los inmigrantes, que desarrolla un sistema de gestión en las instituciones públicas y organizaciones sociales de la ciudad para facilitar la integración de refugiados e inmigrantes en áreas como la educación, la cultura, la asistencia social, el alojamiento, el empleo y la salud.
Además, el año pasado el ayuntamiento creó un consejo consultivo, compuesto por doce representantes de inmigrantes y dos de refugiados, que se encarga de transmitir a las autoridades locales las necesidades y preocupaciones de este grupo de población. También este año el alcalde aprobó el modelo para la igualdad de trato con el objetivo de mejorar la situación de los grupos sociales más vulnerables.
“El impulso de las políticas sociales desarrolladas por Gdansk se atribuye al que fue su alcalde durante las últimas dos décadas, Paweł Adamowicz, quien estuvo en el cargo desde 1998 hasta su apuñalamiento y posterior fallecimiento”, sostiene el jurado del Princesa de Asturias. Adamowicz era un firme opositor del partido gobernante en Polonia, el Partido Ley y Justicia, uno de los principales protagonistas de la ola ultraconservadora que recorre actualmente el continente.