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Hong Kong aumenta la represión contra la creciente violencia de las manifestaciones

La policía lanzó gases lacrimógenos contra manifestantes en la manifestación no autorizada del domingo 28 de julio.

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“Recuperad Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo” o “No hay revuelta, solo tiranía”, eran algunos de los cánticos que entonaban los cientos de simpatizantes que se congregaron el miércoles a las puertas del juzgado de Hong Kong en el que han sido procesados, y finalmente absueltos, los 43 manifestantes acusados de 'revuelta' por la manifestación no autorizada del pasado domingo.

En total han sido 44 el número de detenidos por rebelión, pero uno no acudió a la comparecencia y se le ha impuesto una orden de detención. Otra persona que se enfrentaba a la acusación de agresión a un agente de policía también fue liberado. Entre los absueltos había una adolescente de 16 años.

Los cargos de rebelión son graves. Tanto, que las autoridades de Hong Kong no utilizaban estos términos desde la mayor crisis política que ha sufrido la ciudad autónoma: en 1997 cuando volvió a depender de China. Las condenas, impuestas a aquellas personas que “rompen la paz”, pueden ascender a hasta una década en prisión, recuerda The Guardian.

Esta escalada en el discurso acompaña al aumento de la violencia en las manifestaciones y las críticas a las fuerzas de seguridad. El pasado 21 de julio una organización criminal apaleó con varas metálicas de bambú a las personas que transitaban una estación de metro después de una manifestación. El ataque, que dejó 45 heridos, conmocionó a la población por la violencia indiscriminada y la tardanza y poca efectividad de la policía.

Y en esta jornada, la represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes también se ha hecho notar. En internet han circulado fotos de un agente golpeando a un fotógrafo, y después amenazando con la porra un periodista que llevaba puesto un chaleco amarillo. También ha sido notoria la fotografía de otro miembro de las fuerzas de seguridad apuntando con una escopeta, que según el diario South China Morning Post estaba cargada con bolsas de garbanzos.

A eso de las tres de la mañana (hora local), desde un coche se han lanzado fuegos artificiales cerca de una comisaría de policía donde estaban concentrados los manifestantes, hiriendo a seis personas. La policía desconoce la autoría de esta agresión y en un comunicado oficial ha explicado que las personas que fueron detenidas por rebelión habían armado barricadas, roto vallas y señalas de tráfico y lanzado ladrillos y varas de hierro contra agentes.

Pekín pide “ley y orden”

“Lo más importante ahora para Hong Kong es encargarse de las actividades criminales con arreglo a la ley y restaurar la ley y el orden”, declaraba el lunes la portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) Xu Luying, en una rueda de prensa. El Gobierno chino también está endureciendo sus palabras sobre la situación en Hong Kong, llegando a insinuar la entrada de tropas chinas para mejorar la seguridad frente a los manifestantes.

Hong Kong, una ciudad autónoma dentro de China, es escenario de masivas protestas ciudadanas desde junio, cuando miles de manifestantes inundaron las calles contra la ley que permitiría la extradición de sospechos de haber cometido un delito a territorio chino. Los partidarios del proyecto de ley señalan que esta reforma legal es clave para garantizar que la ciudad no se convierta en un refugio para delincuentes.

Sin embargo, los detractores temen que la ley se convierta en una herramienta para que las autoridades chinas puedan extraditar a opositores políticos y otros enemigos del régimen para juzgarlos en China continental donde, aseguran, no estarían garantizados sus derechos.

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