Londres y Bruselas constatan “las grandes diferencias” en la negociación del Brexit y se dan hasta el domingo
Otra patada hacia adelante ante la evidencia de la falta de acuerdo. Una más, desde 2016. Pero, esta vez, es corta. De apenas cuatro días. Después de una cena de tres horas que debía suponer un punto de inflexión en las negociaciones para un acuerdo comercial y de relación futura entre la UE y Reino Unido una vez sea efectiva la salida británica del bloque comunitario el 1 de enero de 2021, la solución no parece estar al alcance de la mano.
Tres horas después de llegar, poco después de las 23.00, el primer ministro británico abandonaba el edificio de la Comisión Europea. Una fuente de Downing Street explicaba al final de la reunión: “El primer ministro y la presidenta de la Comisión Europea han tenido una discusión franca sobre los importantes obstáculos que permanecen en las negociaciones. Sigue habiendo grandes diferencias entre las dos partes, y todavía no está claro si se pueden salvar. El primer ministro y la presidenta acordaron continuar las discusiones durante los próximos días entre sus equipos de negociación. El primer ministro no quiere dejar ninguna ruta hacia un posible acuerdo sin probar, y han acordado que para el domingo se debe tomar una decisión firme sobre el futuro de las conversaciones”.
A diferencia de las últimas conversaciones, esta vez no ha habido comunicado conjunto de Londres y Bruselas.
“Hemos tenido una discusión viva e interesante sobre la situación de las cuestiones pendientes”, ha explicado Von der Leyen en un comunicado difundido tras la reunión: “Comprendemos claramente las posiciones del otro, que siguen muy distantes. Acordamos que los equipos deberían volver a reunirse de inmediato para tratar de resolver estos problemas esenciales. Tomaremos una decisión al final del fin de semana”.
Johnson llegó a Bruselas después de haber enviado señales positivas tras haber reculado en algo fundamental para los 27 al comprometerse a retirar las cláusulas de la ley del Mercado Interior que se está tramitando en el Parlamento británico que reescribían el acuerdo de retirada del Brexit, firmado por el propio Boris Johnson, en lo relativo al protocolo de Irlanda.
A pesar del gesto de Londres, la situación aún es muy delicada. El primer ministro británico ha advertido este martes de que las negociaciones para lograr un acuerdo están siendo “muy, muy complicadas”, aunque confió en sus “poderes” de persuasión para cerrar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).
El líder conservador efectuó esas declaraciones antes de viajar en los próximos días a Bruselas para dialogar cara a cara con la presidenta Von der Leyen, en un intento de salir del punto muerto en el que se encuentran las conversaciones, atascadas por la falta de avances sobre varios asuntos.
Londres y Bruselas coinciden en que aún existen diferencias significativas en torno a tres asuntos, como son las garantías para asegurar una competencia justa entre las empresas británicas y comunitarias, la pesca y los mecanismos para resolver disputas sobre el futuro acuerdo.
“Nuestros amigos tienen que entender que el Reino Unido ha abandonado la UE para poder ejercer un control democrático sobre la manera en que hacemos las cosas”, declaró Johnson a los medios: “Hay límites más allá de los cuales ningún Gobierno sensato e independiente, o un país, puede llegar y la gente tiene que entenderlo”.
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