Todo esto viene de hace exactamente dos meses. El 1 de febrero. El día en que trascendió que los países de la Unión Europea (UE) definían en un documento del Consejo Europeo, exactamente en un pie de página de un documento del Consejo Europeo, al territorio de Gibraltar como “colonia británica”. Pero no es un documento cualquiera, es el documento en el que proponían que los británicos puedan viajar sin visado al espacio Schengen tras un Brexit sin acuerdo, si realizan estancias cortas.
“Gibraltar es una colonia de la Corona británica. Hay una controversia entre España y el Reino Unido en cuanto a la soberanía de Gibraltar, un territorio para el cual se debe encontrar una solución a la luz de las resoluciones y decisiones relevantes de Naciones Unidas”, apuntaba la nota a pie de página del documento.
Fuentes diplomáticas han defendido que Gibraltar figura en el listado de “territorios no autónomos pendientes de descolonización” de Naciones Unidas, por lo que la mención en el pie de página no supone ninguna novedad, y este mismo organismo recomienda que esta disputa se resuelva “mediante negociaciones bilaterales entre España y el Reino Unido”.
Sin embargo, el Gobierno británico considera “totalmente inapropiado” que Gibraltar sea definido como colonia. “Gibraltar está plenamente integrado en la familia del Reino Unido, con quien tiene una relación constitucional madura y moderna”, explican.
En ese sentido, Londres advierte de que la relación entre el Reino Unido y Gibraltar no cambiará tras el Brexit y llama a “todas las partes” implicadas a “respetar el deseo democrático del pueblo de Gibraltar de querer ser británico”.
El Ejecutivo comunitario presentó la propuesta legislativa sobre los visados el pasado 13 de noviembre. Si la retirada del Reino Unido se produce sin acuerdo, esta iniciativa entraría en vigor al día siguiente. Sin embargo, si se cierra un acuerdo, el plan se adoptaría tras la conclusión del periodo de transición, que en principio se prolongará desde la fecha en que Londres deje la UE hasta el 31 de diciembre de 2020 y durante el cual se seguirá aplicando la legislación comunitaria en el Reino Unido.
Y este 1 de marzo, dos meses después de la publicación de aquella nota a pie de página, 'populares' y socialistas han forzado la salida de la negociación de visados al eurodiputado británico que se negaba a describir Gibraltar como “colonia”, el eurodiputado laborista británico Claude Moraes.
La decisión se ha tomado en una reunión de los coordinadores de los grupos políticos en la comisión de Libertades, Justicia e Interior (LIBE), en la que populares y socialistas han votado a favor de apartar a Moraes y han justificado su posición en la “urgencia” de cerrar esta medida de contingencia esta misma semana, ante el riesgo de un Brexit caótico el próximo 12 de abril.
PPE y S&D suman una mayoría suficiente que se ha impuesto al resto de grupos que, a excepción de la abstención de los liberales, han votado en contra, según han informado fuentes conocedoras de la reunión citadas por Europa Press. El eurodiputado apartado, que también es el presidente de LIBE, ha declinado estar presente en la reunión.
En un comunicado difundido poco después de su cese, Moraes ha criticado la “enorme presión de políticos y prensa españoles” en este caso y dice haber resistido el “acoso” al que considera que se ha sometido tanto al Parlamento europeo como al estatus de Gibraltar.
“No estaba preparado para ver a España tomar como rehén este caso en el Consejo, con un anejo que describe legalmente Gibraltar como una colonia. Es un abuso de nuestros deberes legislativos”, ha censurado el laborista.
También ha subrayado que en las rondas de negociación defendió en todo momento la posición que le asignó LIBE, acotado en un mandato adoptado por la “unanimidad” de los eurodiputados, con el apoyo incluido de los representantes españoles.
En una entrevista al diario The Guardian el pasado martes, Moraes sí alertaba que de prosperar una redacción de la norma en la que Gibraltar fuera descrita como “colonia” se abriría la puerta a que España “iniciara estas reclamaciones en el Derecho internacional”.
La decisión tiene carácter inmediato, por lo que Moraes ya no estará este martes en la mesa de negociación, explica Europa Press, en el que será el sexto encuentro entre Consejo y Parlamento Europeo para tratar de superar el bloqueo. Le sustituirá el vicepresidente búlgaro de la comisión europarlamentaria LIBE, el también socialista Sergei Stanishev.
La reforma del reglamento de visados, cuyos cambios suelen dirimirse de manera casi “automática”, lleva bloqueada desde hace meses, porque los negociadores de la Eurocámara no aceptan la redacción que acordaron los 28 a instancias de España y que define Gibraltar como una “colonia”.
Para el Gobierno español, ese rechazo tiene que ver con que el negociador del Parlamento es un británico. Varios eurodiputados españoles también han defendido ese argumento, aunque hasta ahora ningún otro eurodiputado de otra nacionalidad se había sumado en los debates públicos a estas posiciones.
La referencia a Gibraltar como colonia británica es una reivindicación de España que quiere dejar claro en los textos europeos que la situación jurídica del territorio cuando se produzca el Brexit, y deje por tanto de aplicarse el Derecho europeo, deberá de volver a enmarcarse dentro de las resoluciones de Naciones Unidas.
En cualquier caso, fuentes europeas señalaron a principios de mes que se trata de una nota cuya función es “aclarar” una situación ya conocida, en línea con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE y que “no altera en nada” el estatus del Peñón con respecto a la UE, que en sus Tratados se refiere a Gibraltar como “un territorio europeo cuyas relaciones exteriores son asumidas por una Estado miembro”.
Para otro de los eurodiputados integrante del equipo negociador de LIBE, el liberal Petr Jezec, es “escandalosa” la decisión de destituir a Moraes “únicamente por su nacionalidad” y ha asegurado que la Eurocámara se ha pegado “un tiro en el pie” por ceder a las presiones para relevar a su jefe negociador.
Jezec, además, ha defendido la labor de Moraes y ha asegurado que si este cambio supone ceder también para admitir la redacción que defiende España será un “tiro en la cabeza” para la institución que representan.
“Esto supondría que el Parlamento no es necesario para redactar la legislación, que puede ser abolido y que el Consejo podría decidir por él mismo sobre la legislación europea”, ha criticado Jezec en un comunicado.