Putin amenaza a cualquier país que intente imponer en Ucrania una zona de exclusión aérea para frenar a Rusia
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado una contundente advertencia contra la sola posibilidad de que una zona de exclusión aérea sea decretada sobre Ucrania como forma de intentar frenar a Rusia. “Cualquier movimiento en esa dirección será considerado por nosotros como una participación en el conflicto armado”, ha asegurado el mandatario, que ha amenazado a “cualquier Estado” desde el que se lleve a cabo. Desde hace días, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclama a la OTAN la imposición de esta medida, pero de momento, la alianza la ha descartado.
La organización quiere evitar una escalada militar y da por hecho que hacerlo implicaría entrar en guerra con los aviones rusos, lo que sería “más peligroso y devastador”, justificó el viernes el secretario general Jens Stoltenberg. Menos de 24 horas después, Putin ha señalado a los países desde los que, en teoría, podría materializarse la zona de exclusión: “Hacerlo es imposible desde el propio territorio de Ucrania, solo se puede hacer desde algunos Estados vecinos”, añadió el presidente ruso, para el que, en ese caso, serían considerados como implicados en la guerra.
Zelenski, por su parte, sigue reclamando un mayor apoyo a Occidente para defender el país frente a las tropas rusas y mantiene su petición de una zona de exclusión. El presidente ucraniano considera que el argumento de evitar la confrontación directa entre la OTAN y Rusia es “una narrativa” creada por la alianza, a la que ha criticado por tomar la decisión “sabiendo que los nuevos ataques y víctimas” en Ucrania “son inevitables”.
Los corredores humanitarios frustrados
El décimo día tras la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas ha estado marcado también por el intento de establecer corredores humanitarios en Mariúpol y Volnovaja. Las primeras vías seguras pactadas para intentar evacuar a civiles no han llegado a ser una realidad y han sido paralizadas. La población de ambas ciudades debería haber podido escapar del asedio durante una ventana de cinco horas, según había anunciado Moscú a primera hora de este sábado, pero las autoridades ucranianas han acusado a Rusia de no respetar el alto el fuego acordado.
La población ya había sido avisada y cuando ya “estábamos listos para salir”, en palabras del Ayuntamiento de Mariúpol, las tropas rusas “comenzaron a bombardear” puntos de la ruta establecida. Las autoridades rusas han acusado con diferentes versiones a Ucrania de impedir las evacuaciones y no dejar salir a los ciudadanos, pero unas horas después han aprovechado para retomar la ofensiva contra ambas ciudades al sur del país, que Rusia quiere tomar por ser claves para el control de la salida ucraniana al mar. Países como Reino Unido han acusado al Kremlin de desviar la atención con el anuncio de los corredores humanitarios y utilizarlo para “reestablecer posiciones”.
“Debido a que la parte rusa no respeta la tregua y continúa el bombardeo tanto de la propia Mariúpol como de sus alrededores, por motivos de seguridad, se aplaza la evacuación de la población”, manifestó el consistorio, que ha pedido a los habitantes de la ciudad “en la medida de lo posible, mantener la calma y no dejarse llevar por el pánico”. Las previsiones del Gobierno de Zelenski eran que unas 215.000 personas salieran de ambas ciudades, que han sido asediadas por las tropas rusas y en las que la ciudadanía vive una situación crítica. Apenas tienen agua y están sin electricidad, calefacción ni red de telefonía móvil, según ha denunciado Médicos Sin Fronteras.
Cruz Roja, encargada de facilitar los corredores, ha reclamado que se pongan en marcha vías seguras para permitir que la ciudadanía pueda salir ante el asedio de las ciudades, donde la organización humanitaria está viendo “imágenes desgarradoras”. En total, la ONU ha elevado a 351 los civiles fallecidos en Ucrania desde la invasión de las tropas rusas.
Ambos países habían pactado el pasado jueves establecer estos pasos temporales seguros tras la celebración de dos mesas de negociación. Tras las evacuaciones frustradas de este sábado y antes de que Rusia reanudara su ataque contra Mariúpol y Volnovaja, las autoridades ucranianas aseguraron que las conversaciones para reactivar los corredores estaban en marcha. Pasadas las 18:00 horas de la tarde, hora española, Rusia ha anunciado que retomaba su ofensiva en ambas ciudades.
Ucrania anuncia una tercera ronda de negociaciones
El líder del equipo negociador de Ucrania en las conversaciones con Rusia, David Arakhamiya, ha anunciado que el lunes habrá una tercera ronda de diálogo para buscar una solución al conflicto, aunque desde el Gobierno ruso no han sido tan tajantes al respecto y han limitado esa fecha a una mera posibilidad.
De confirmarse definitivamente el encuentro, sería la tercera reunión entre las delegaciones de los dos países desde que comenzara la invasión rusa en Ucrania. Durante el último encuentro, este jueves, ambas partes acordaron establecer corredores humanitarios para que los civiles ucranianos pudieran huir a salvo de las zonas de combate, en concreto en Mariúpol y Volnojaba.
En paralelo, el primer ministro Israelí, Naftalí Bennett, ha ejercido de moderador improvisado entre ambos Ejecutivos este sábado. En primer lugar ha trascendido que viajó esta tarde en secreto hasta Moscú, donde mantuvo una reunión con Putin de casi tres horas. Tras ese encuentro, Bennet telefoneó a Zelenski para profundizar en la mediación y tiene previsto por último reunirse con el canciller alemán Olaf Scholz.
El papel de Israel en este conflicto es interesante toda vez que mantiene buenas relaciones con ambos países. Israel mantiene una coordinación estrecha con Rusia desde el comienzo de las hostilidades en Siria para bombardear posiciones de fuerzas proiraníes que se han mantenido en estos días desde el inicio de la guerra en Ucrania, algo que para el Estado judío es prioritario en su agenda exterior, según informa EFE. Además en Israel viven unos 1,2 millones de judíos provenientes de la antigua URSS, la mayoría de Rusia y Ucrania; países donde también residen importantes comunidades judías a las que el gobierno israelí no quería perjudicar posicionándose de forma clara ante la invasión.
El propio Zelenski trasladó el pasado fin de semana a Bennett en otra llamada telefónica que confiaba en el papel mediador de Israel e incluso planteó una cumbre en Jerusalén, aunque al parecer Putin habría rechazado esa opción al decantarse por las conversaciones en Bielorrusia.
Protestas en Jersón
La ofensiva continúa en diferentes frentes y las tropas rusas intentan avanzar por distintos puntos del sur del país, además de tomar el control de la capital, Kiev, o ciudades como Járkov. El Ministerio de Defensa ruso anunció hace algunos días que ya ocupan la ciudad de Jersón, muy cerca de Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014 y Odesa, plaza clave para Putin. A pesar de ello, miles de ciudadanos han salido a las calles para protestar contra la invasión, con banderas ucranianas en mano. “El hecho de que las tropas rusas estén en la ciudad no significa que la ciudad esté ocupada”, escribió en Twitter la periodista ucraniana Nataliya Gumenyuk.
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