Rusia intensifica su ofensiva en el este de Ucrania
La segunda fase de la ofensiva rusa en Ucrania ha comenzado. Tras 55 días desde el inicio de la invasión, la retirada de las tropas de Moscú de la región de Kiev que ha dejado al descubierto los horrores de la ocupación, Ucrania asume el inicio de la “batalla por el Donbás”. “Podemos decir ya que las tropas rusas han empezado la batalla por el Donbás, para la que llevan tiempo preparándose”, dijo este lunes el presidente Volodímir Zelenski en un vídeo difundido a última hora de la noche, mientras las sirenas antiaéreas sonaban en casi todas las regiones del país. “No importa cuántas tropas puedan enviar allí, lucharemos. Y nos defenderemos”, dijo Zelenski. “La segunda fase de la guerra ha empezado”, remató el jefe de gabinete del presidente, Andriy Yermak.
El anuncio de las autoridades ucranianas llega tras la escalada de los últimos días, donde los ataques rusos no solo han golpeado más duramente en el este -en el Donbás pero también en Járkov y Mykolaiv- sino han alcanzado de nuevo el oeste, con varios ataques con misiles este lunes en Leópolis, donde por primera vez desde el comienzo de la guerra se han registrado víctimas civiles, al menos siete, según el responsable de la administración militar regional, Maksim Kozitskyi. El ataque en la ciudad, que ha sido la principal puerta de salida de los refugiados hacia la frontera polaca, ha causado muchos retrasos en el tráfico ferroviario.
Medios ucranianos, citados por Reuters, hablan de fuertes explosiones en la línea del frente en la región de Donetsk con bombardeos en las localidades de Marinka, Sloviansk y Kramatorsk. El Gobernador de la región de Lugansk, Sergiy Gaiday, dijo este lunes que las tropas rusas habían conquistado la ciudad de Kreminna. “El control de la ciudad está perdido. Hay combates calle a calle”, dijo.
En una rueda de prensa este martes, el gobernador estimó que alrededor de 200 civiles han fallecido. “Es imposible calcular el número de muertos entre la población civil. Tenemos estadísticas oficiales -unos 200 muertos-, pero en realidad son muchos más”, dijo, sin aclarar qué periodo abarca esta estimación.
Gaiday no precisó cuándo tomaron las fuerzas rusas la ciudad pero dijo que habían atacado “desde todos los lados”, informa Reuters. “Nuestros defensores tuvieron que retirarse. Se han atrincherado en nuevas posiciones y siguen luchando contra el ejército ruso”, dijo el gobernador.
“Maniobras más agresivas”
Rusia ha ido reposicionando sus tropas después de la retirada de los territorios ocupados en el norte de Ucrania, para concentrar la ofensiva en las autoproclamadas repúblicas populares del este, Donetsk y Lugansk, donde el conflicto empezó hace ocho años. El Pentágono aseguró este lunes que hay ya 76 grupos tácticos de batallones rusos en la zona, y que 11 se han sumado en los últimos días. “Están tratando de establecer las condiciones para maniobras terrestres más agresivas, más abiertas y más grandes en el Donbás”, dijo este lunes el portavoz del Pentágono, John F. Kirby. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantendrá este martes una reunión por videollamada con los países aliados para definir el esfuerzo conjunto de apoyo a Ucrania.
La batalla en el Donbás está estrechamente vinculada también a la de Mariúpol, bajo asedio desde hace semanas y donde los rusos tratan de doblegar la resistencia de las tropas ucranianas para hacerse con un territorio clave para crear un corredor entre el Donbás y la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. La situación en la ciudad portuaria, donde según las autoridades ucranianas han muerto más de 20.000 personas, es catastrófica. Y hay miles de civiles aún atrapados. La viceprimera ministra ucraniana Iryna Vereshchuk ha anunciado este martes que, por tercer día consecutivo, no habrá corredores humanitarios para evacuar a la población desde la ciudad, mientras continúan las negociaciones para la apertura de rutas de evacuación en las regiones de Jersón y Járkov.
Según el Instituto de Estudios de la Guerra, es poco probable que la ofensiva rusa en el este tenga más éxito que las anteriores, pero Rusia sí podría desgastar a las fuerzas ucranianas o lograr avances limitados. La organización dice que es improbable que los militares rusos hayan abordado los problemas de las ofensivas anteriores: mala coordinación, incapacidad de llevar a cabo operaciones a través del país y baja moral.
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