Dos días después de que un joven de 18 años matara a 19 niños y dos profesoras fueran asesinados en una clase de un colegio de primaria de la localidad de Uvalde, en Texas, el escrutinio en torno a la respuesta policial a la matanza aumenta a medida que testigos y familiares cuestionan públicamente la actuación de las autoridades al tiroteo.
Según ha informado Associated Press, algunos testigos cuentan que hubo personas que pidieron a los agentes que entraran en el colegio. La agencia recoge el testimonio de Juan Carranza, que vio la escena desde el exterior de su casa, al otro lado de la calle de la escuela, y dice que hubo mujeres cercanas a los agentes que, poco después del comienzo del ataque, gritaron: “¡Entren ahí! Entren ahí!”. Carranza no vio entrar a los agentes, según su testimonio.
La hija de Javier Cazares murió en el ataque. Cuenta que corrió hasta el colegio al enterarse del tiroteo y vio a algunos agentes fuera del edificio. Molesto porque las autoridades no parecían entrar, Cazares relata que él y otros transeúntes querían entrar en la escuela, según ha confirmado NBC News. En declaraciones a The Washington Post, ha contado que, cerca de la puerta principal, se unieron a él varias personas más que tenían hijos en el colegio.
“Éramos cinco o seis padres, escuchando los disparos, y [los agentes] nos decían que retrocediéramos”, dice Cazares. “No nos preocupamos por nosotros. Queríamos irrumpir el edificio. Decíamos: 'Vamos'. Porque estábamos preocupados y queríamos sacar a nuestros bebés”. El hombre dice que “se podría haber hecho más”. “No estaban preparados”.
Vídeos de familias frustradas
Un video del exterior de la escuela publicado en redes sociales y analizado por The Washington Post parece mostrar a familias frustradas por la respuesta policial y que querían intentar entrar en el edificio. El vídeo comienza a las 11:54 de la mañana, después de que el autor del tiroteo, identificado como Salvador Ramos, entrara en el colegio, que se cree que fue sobre las 11.30.
El hombre que graba el vídeo afirma que los policías “están diciendo a todo el mundo que se vaya” y más adelante asegura que los niños “están todos dentro y los policías no hacen (...) más que quedarse fuera”. También se escucha a una mujer que dice que su hijo está dentro del colegio y pide a la policía que dispare: “Son niños (...) voy a ir”. El vídeo muestra a adultos discutiendo con un agente de la que les grita que crucen al otro lado de la calle y, al menos en un caso, parece empujar a la fuerza a un hombre para que se aleje del colegio. “Sabes que hay niños, ¿verdad? Son niños pequeños, no saben defenderse”, grita el autor del vídeo.
La CNN también informa de imágenes en las que se ve a agentes de la ley impidiendo a los padres, detrás de una cinta amarilla, entrar en la escuela, mientras se oyen llantos y gritos de fondo. “¡Están disparando ahí dentro! y estos hijos de puta están aquí fuera preocupados por nosotros”, se oye decir a alguien, según la cadena estadounidense. “Tenemos hombres que van a buscar a los niños”, dice un agente. “Están trabajando, están trabajando”.
Durante una entrevista con CNN este jueves, el portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Chris Olivarez, ha dicho que en una situación de atacante activo, las autoridades quieren evitar más pérdidas de vidas y no pueden permitir que la gente entre en la escuela.
Las autoridades defienden la actuación policial
El concejal de la ciudad de Uvalde, Everardo Zamora, ha dicho este jueves al programa Today de NBC que mientras la gente afuera acusaba a la policía de inacción, los agentes ya estaban en el edificio. Zamora ha dicho que llegó a la escuela alrededor de las 11:45 a.m. y ya vio a numerosos agentes de la Patrulla Fronteriza tratando de hacer retroceder a la gente y evitar que entraran al edificio. “Todo el lugar estaba lleno de policías”.
El jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Raúl Ortiz, ha declarado en medios estadounidenses que sus agentes “no dudaron” y actuaron “con rapidez”.
Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, dijo que las fuerzas del orden “estaban allí” y s“e involucraron inmediatamente”. Pero un portavoz del departamento dijo el jueves que las autoridades aún estaban trabajando para aclarar el cronología “precisa” del ataque, sobre cuánto tiempo estuvo en el aula o cuánto duró el tiroteo.
Lo que se sabe
Las autoridades de Texas convocaron este jueves una rueda de prensa para aclarar la cronología del ataque, proporcionó fragmentos de información previamente desconocidos.
“Nuestro trabajo es informar sobre los hechos y tener respuestas, pero todavía no las tenemos”, admitió el director regional para el Sur de Texas del Departamento de Seguridad Pública estatal, Víctor Escalón. La impresión de que la Policía actuó lenta o indebidamente se ha reforzado sobre todo después de que las autoridades confirmaran que el atacante pasó más de una hora en el edificio antes de ser abatido a tiros por los agentes.
Escalón explicó este jueves que, al contrario de lo que indicaron horas antes fuentes del distrito escolar, no hubo un enfrentamiento entre un guardia de seguridad y el atacante, cuando este entró a la escuela primaria Robb hacia las 11.40 de la mañana del martes. “No es verdad. (Ramos) Entró a la escuela sin oposición”, subrayó, según recoge EFE.
Escalón reconoció además que “aparentemente”, el cerrojo de una de las puertas de la escuela se habría encontrado abierto cuando Ramos llegó al centro, por razones que todavía se investigan.
Tras disparar a su abuela en la cara en su casa, Ramos se subió a un vehículo y condujo hasta las cercanías de la escuela primaria, donde se estrelló su automóvil alrededor de las 11.28 de la mañana. Desde allí caminó con un rifle y munición durante 12 minutos hasta que entró en la escuela, sobre las 11.40 hora local. Cuatro minutos más tarde, la policía irrumpió en el colegio.
En su recorrido a pie hasta el centro escolar, Ramos disparó contra dos personas que se encontraban en una funeraria en la calle de enfrente, sin causarles heridas. Cuando los agentes de la Policía local llegaron al lugar, oyeron disparos e identificaron el aula en que se encontraba el agresor, pero no pudieron acceder a ella porque Ramos abrió fuego contra ellos cada vez que lo intentaron.
Esos agentes pidieron refuerzos e iniciaron la evacuación de estudiantes y profesorado del resto del colegio, mientras Ramos seguía atrincherado en un aula donde disparó indiscriminadamente contra los asistentes, matando a los 19 niños y dos maestras e hiriendo a otros tantos. Fue aproximadamente hacia las 12.40 cuando llegaron los agentes especiales de la Patrulla Fronteriza, que mataron al atacante. A las 12:58, las fuerzas estadounidenses dijeron por radio que Ramos había sido abatido y que el asedio había terminado.