El FBI investigó a un grupo de derechos civiles por terrorismo tras un enfrentamiento con el Ku Klux Klan
El FBI abrió una investigación por “terrorismo doméstico” contra un grupo de derechos civiles en California a cuyos miembros calificó de “extremistas” tras sus protestas contra neonazis en 2016, según muestran nuevos documentos a los que ha tenido acceso The Guardian.
Las autoridades federales dirigieron una operación de vigilancia sobre el colectivo de izquierdas By Any Means Necessary (BAMN) [Por todos los medios que sean necesarios], que fue espiado por el FBI después de que a uno de sus miembros fuera apuñalado durante una marcha de supremacistas blancos. Los archivos BAMN del FBI revelan lo siguiente:
- El FBI investigó a BAMN por posible “conspiración” contra los “derechos” del Ku Klux Klan y de los supremacistas blancos.
- El FBI consideró a los miembros del KKK como víctimas y a los manifestantes de izquierdas como una posible amenaza terrorista y minimizó las amenazas del clan con frases como: “El KKK estaba formado por miembros que algunos percibían como defensores de las ideas del supremacismo blanco”.
- El control del FBI incluyó vigilancia en persona. La agencia consideró que el activismo del BAMN contra “la violación y la agresión sexual” y contra la “brutalidad policial” eran bases suficientes para abrir una investigación por terrorismo.
Mike German, exagente del FBI experto en extrema derecha que ha ayudado a The Guardian con el estudio de los documentos, señala que la descripción que hace la agencia del KKK en las 46 páginas de su archivo sobre BAMN es “asombrosa”. El informe del FBI ignora “100 años de terrorismo del Klan, que ha matado a miles de estadounidenses y sigue utilizando la violencia hasta el día de hoy”, denuncia German. “Debería avergonzar a los líderes del FBI”, añade. Los documentos se han obtenido a través de una petición de transparencia presentada por Property of the People.
Según la presidenta nacional de BAMN, Shanta Driver, “el interés del FBI por BAMN lleva siendo parte de su política desde hace mucho tiempo”. “Desde su campaña de persecución y calumnias contra el doctor Martin Luther King, tienen un historial racista de ataques a organizaciones no violentas de derechos civiles y lucha contra el racismo; así como de no hacer nada para procesar a los racistas y fascistas que cargaron contra el doctor King y contra el movimiento que él construyó”.
El FBI comenzó a vigilar y a investigar por terrorismo a BAMN tras la marcha neonazi de Sacramento de 2016 en la que unos supremacistas blancos armados con cuchillos se enfrentaron a cientos de participantes de la contramanifestación, entre los que también había activistas de BAMN.
Pese a las fuertes sospechas de que durante ese enfrentamiento los neonazis apuñalaron al menos a siete antifascistas, provocando heridas casi mortales en algunos de ellos, la investigación que el FBI decidió abrir fue sobre las actividades de los manifestantes de izquierdas.
Los documentos tienen mucha información clasificada, pero en lo que se puede leer no hay ningún dato concluyente del FBI que indique que el grupo representaba una amenaza o que había violado la ley. A nivel nacional, ninguno de los miembros de BAMN ha sido procesado.
La agencia se ha negado a hacer declaraciones sobre la organización, pero según Shanta Driver, “queda claro que el FBI abandonó la investigación sin obtener pruebas de ningún delito”. “Una investigación que, para empezar, nunca debió haberse iniciado”.
El FBI minimiza la amenaza del KKK
Dos grupos de supremacistas blancos organizaron el encuentro neonazi de 2016: el Partido Obrero Tradicionalista (TWP, por sus siglas en inglés) y los Golden State Skinheads, de California.
Tras el enfrentamiento, las fuerzas policiales de California trabajaron junto a los neonazis para identificar a los manifestantes de la contramanifestación, denunciaron a las víctimas de apuñalamiento y a otros activistas antifascistas y decidieron no abrir investigaciones contra los militantes de extrema derecha por los apuñalamientos.
Es el mismo enfoque que parece haber adoptado el FBI. En un documento de octubre de 2016 lleno de partes ocultas, la agencia clasifica su investigación a BAMN bajo la siguiente categoría: “TN [terrorismo nacional] - EXTREMISMO ANARQUISTA”. La oficina del FBI en San Francisco escribió que estaba investigando una denuncia contra miembros de BAMN por supuestamente “asistir a una manifestación del Ku Klux Klan y atacar a un simpatizante nazi”. Así resumía el incidente de Sacramento:
“Las fuerzas de seguridad se enteraron en 2016 de que el Ku Klux Klan estaba organizando una marcha en el Capitolio del estado.... El KKK estaba formado por miembros que algunos percibían como defensores de las ideas del supremacismo blanco. Varios grupos reaccionaron organizando una protesta contra la marcha. Distribuyeron volantes pidiendo a la gente que asistiera para frenar la marcha”.
Aunque de ideologías similares, el KKK y el Partido Obrero Tradicionalista son grupos distintos. No se entiende por qué el FBI calificó la marcha como un evento del KKK.
Con las puñaladas, el informe del FBI tampoco parece tener claridad a la hora de anotar las diferentes afiliaciones políticas de víctimas y perpetradores. “Varias personas fueron apuñaladas y hospitalizadas”, dice, a pesar de que los investigadores de la policía de California aseguraron tener grabaciones en vídeo de los neonazis llevando cuchillos y luchando con los miembros de la contramanifestación (que sufrieron graves heridas de arma blanca).
En la investigación sobre BAMN, los documentos del FBI dicen que el grupo “ejerció legalmente derechos recogidos en la Primera Enmienda de participar en protestas pacíficas”. Pero después agrega que sus “miembros se dedicaron a otras actividades cuando se negaron a dispersarse, entraron de forma ilegal en edificios cerrados, obstaculizaron la acción policial y gritaron y perturbaron reuniones públicas”.
El BAMN lleva mucho tiempo luchando por los derechos de los inmigrantes y la igualdad racial, a menudo mediante la organización de manifestaciones y de protestas durante actos públicos. En su informe, el FBI consideró “posible que las acciones de ciertos miembros del BAMN excedieran los límites de las actividades permitidas y constituyeran una violación de la ley federal”.
Apuñalada por neonazis y acusada de revueltas
Según el FBI, las “posibles violaciones a la ley federal” incluían “disturbios” y “complots contra derechos”. El FBI citó la página web de BAMN, en la que se animaba a los partidarios a protestar contra el KKK con eslóganes como “MACHACAR AL FASCISMO” y “NO HAY LIBERTAD DE EXPRESIÓN PARA FASCISTAS”. La web también celebraba la “multitudinaria y militante manifestación” que “frenó” la marcha neonazi. El FBI incluyó capturas de pantalla de las páginas de BAMN en las que se hacía referencia a otros activismos del grupo, como sus campañas contra “la violación y la agresión sexual” y contra “la brutalidad policial”.
Los archivos del FBI también incluyen menciones a Yvette Felarca, miembro de BAMN. Apuñalada en la manifestación de Sacramento, Felarca ahora se enfrenta una demanda en el estado por agresiones y revueltas. En la corte, sus abogados han argumentado que los investigadores de la policía y los fiscales tenían un prejuicio contra los antifascistas y se dedicaban a proteger a neonazis.
Según Driver, que además hace de abogada para Felarca, el FBI debió mencionar en sus informes que su representada había sido “apuñalada y golpeada en Sacramento por un fascista”: “En lugar de encontrar a la persona que atacó a los que protestaban contra el racismo, el FBI decidió perseguir al BAMN, que, como la propia agencia ha reconocido, estaba protestando de acuerdo con los derechos protegidos por la Primera Enmienda”.
Ryan Shapiro, director ejecutivo de Property of the People, encuentra “inquietantes” los argumentos de la agencia policial para justificar la investigación y vigilancia sobre BAMN: “El FBI descubrió que estos manifestantes gritaron una vez en una reunión y, de alguna manera, esa prueba les alcanzó para montar toda una investigación por terrorismo”.
Según los documentos sobre BAMN, el FBI vigiló una protesta que tuvo lugar en los alrededores del distrito escolar de Berkeley en noviembre de 2016. Debido a los tachones, no está claro a quién vigilaba el FBI, aunque el informe señala que se observó a “varios niños.... sentados fuera... con letreros junto a ellos”.
De acuerdo con los papeles del FBI, la investigación y vigilancia no tenían “la intención de vincular actividades permitidas con actos criminales o con amenazas a la seguridad nacional, ni de inferir que dichas actividades permitidas violaban la ley federal”. El informe continuaba así:
“Sin embargo, teniendo en cuenta informes de inteligencia conocidos y/o observaciones históricas, es posible que las actividades permitidas provoquen una reacción violenta o que la actividad en cuestión pueda usarse como una forma de intimidar a las autoridades. En caso de que no ocurra una reacción violenta, la política del FBI y las leyes federales dictaminan que no se debe hacer ningún otro registro de la actividad protegida”.
La ONG Property of the People solicitó el acceso a documentos del FBI sobre antifascistas en general. En los registros entregados por la agencia no hay más menciones a BAMN desde de 2016.
“El FBI no vigila la ideología”
Al exagente del FBI Mike German (en la actualidad es uno de los miembros del Brennan Center for Justice), le resulta poco comprensible la insinuación que hace el FBI sobre los actos violentos que las actividades del BAMN podrían desencadenar. Según él, han sido los supremacistas blancos “los que usaron esa táctica durante décadas”.
Las provocaciones violentas de las organizaciones de derechas eran bien conocidas, recuerda, cuando él trabajaba en el departamento de terrorismo nacional del FBI durante los años noventa. En su opinión, los documentos del FBI sobre BAMN hacen pensar en un “favoritismo hacia uno de los grupos terroristas más antiguos y activos de la historia”. El informe, dice, debería haber dejado claro que el “KKK está formado por miembros con un sangriento historial de intimidación y violencia racial y antisemita, conocido por organizar espectáculos con el objetivo específico de incitar a la violencia”.
“No podemos abrir una investigación que se base exclusivamente en la raza de un individuo, su grupo étnico, su origen, su religión o el ejercicio de derechos recogidos en la Primera Enmienda”, respondió el FBI en un comunicado tras consultar a la agencia si la investigación de BAMN seguía en curso y si había abierto alguna indagación equivalente sobre los neonazis de California. Un portavoz de la agencia respondió que la oficina no confirma ni niega la existencia de investigaciones específicas.
De acuerdo con el comunicado, “el FBI no vigila ni vigilará la ideología”. Lo que sí investiga, según el mismo texto, son “las actividades que puedan constituir delito federal o suponer una amenaza para la seguridad nacional”.
El caso de BAMN es uno más en la serie de polémicas recientes por ataques del FBI a grupos de izquierdas, incluyendo una investigación por terrorismo contra los activistas de Standing Rock, la vigilancia de activistas afroamericanos y el espionaje a ciudadanos que se manifestaban de forma pacífica contra el cambio climático.
Según German, el inspector general del Departamento de Justicia ya criticó en el pasado al FBI por argumentar que la desobediencia civil pacífica y la posibilidad de crímenes futuros eran bases suficientes para abrir investigaciones de terrorismo contra grupos activistas nacionales. Los documentos sobre BAMN le hacen pensar que la agencia “no ha aprendido nada de sus antiguos excesos”.
Incluso conociendo el historial del FBI persiguiendo a activistas, Ryan Shapiro sigue considerando estremecedora la investigación de BAMN. “Un grupo de antifascistas se presentó en una marcha nazi, fueron atacados por los nazis y la reacción de la agencia fue abrir una investigación nacional sobre los antifascistas”, dice. “En lo esencial, el FBI sigue siendo lo que siempre ha sido: un cuerpo de policía política que persigue fundamentalmente a la izquierda”.
Traducido por Francisco de Zárate