Merkel y su política de refugiados se enfrentan a las urnas

The Guardian

Philip Oltermann - Nürtingen —

En la localidad rural de Suabia, ante un ayuntamiento abarrotado de gente, los fieles seguidores del partido de Angela Merkel no sabían bien si aplaudir o abuchear cuando la escuchaban quejarse de los alemanes “que siempre ven los riesgos pero no las oportunidades”. 

En teoría, la canciller alemana estaba allí, en la zona más remota del Estado federado de Baden-Wurtemberg, para brindar su apoyo al candidato conservador de la región por las elecciones del domingo. Pero medio año después de que Alemania abriera sus puertas a los miles de refugiados varados en la estación de Budapest, el giro que ha dado el panorama político del país es tan dramático que era difícil darse cuenta si sus palabras eran un ataque contra los rivales políticos de los demócratas cristianos de la región (el Partido Socialdemócrata y el Partido Verde) o reprimendas para su propio partido.

“Una gran parte del país está descontenta y puede pensar que este es el momento de darle una lección al gobierno”, dijo Merkel, señalando a la audiencia. “Pero esto se trata de ustedes y de lo que eligen”.

12 millones de votos

La jornada electoral conocida como “súper domingo” se llevará a cabo este fin de semana en tres estados alemanes, en los que votarán 12 millones de personas. Es la primera oportunidad en que podrán dar su opinión sobre la forma en que Merkel manejó la crisis de los refugiados. En el estado de Baden-Wurtemberg, donde en las encuestas de septiembre la CDU de Merkel figuraba con un 40% de los votos, su partido se enfrenta ahora a una derrota catastrófica. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, es probable que los conservadores dejen de ser la principal fuerza de la región.  

Algunos analistas especulan que una derrota humillante en la que antes era una plaza fuerte del partido sumada al escepticismo con el que Alemania recibió el principio de acuerdo sobre los refugiados firmado este lunes con Turquía, podría provocar que las voces críticas dentro del partido de Merkel intenten desplazar a su líder.

Mientras tanto, el AfD, el partido que rechaza la política de asilo a los refugiados, llega a cifras de dos dígitos en las encuestas realizadas en los tres estados, un logro histórico para un partido fundado hace tres años y que estuvo a punto de desaparecer luego de que su fundador abandonara sus filas en julio.

“Perderemos entre un 8% y un 10% de los votos en favor del AfD”, dijo Hans-Günther Knaupp, abogado y miembro de la CDU, en un mitin el martes por la noche. “El rumbo que sigue la canciller con el tema de la crisis de los refugiados es el correcto para el mundo, pero no es el indicado para su propio partido aquí en Baden-Wurtemberg”, dijo Knaupp, a quien le gustaría preguntar a Merkel por qué no pudo dar un paso para acercarse a sus críticos de la derecha.

Partido Verde, el probable ganador

Durante los últimos siete meses, Merkel ha resistido en varias ocasiones los pedidos de ponerle un tope a la inmigración. La canciller insiste en un sistema de cuotas obligatorias para distribuir a los refugiados, sistema que ha sido ampliamente rechazado por la mayoría de los Estados Miembros de la UE. “Es un desastre total”, dijo otro miembro del partido, que prefirió mantenerse en el anonimato. 

Pero en la extraña lógica de la situación política actual, una derrota del partido de Merkel también podría interpretarse como una señal de apoyo a la gestión de la canciller. Winfried Kretschmann, el ministro presidente del Estado federado de Baden-Wurtemberg por el Partido Verde y probable gran ganador en las elecciones del domingo, ha defendido tanto la postura de mantener las fronteras abiertas que pregona la canciller que los conservadores lo han calificado de “acosador” de Merkel. 

Por otro lado, Guido Wolf, el candidato de la CDU, se ha distanciado en varias ocasiones de las políticas de Merkel con respecto a los refugiados. El martes se negó a compartir la apreciación de “gran avance” con que Merkel calificó el principio de acuerdo con Turquía.

El martes, un grupo de alrededor 30 partidarios de La Izquierda y del Partido Verde, que se habían congregado frente al mitin en Nürtingen para protestar contra el tratado comercial TTIP entre la UE y EEUU, admitió tener sentimientos ambivalentes sobre la canciller. “Ya ha cometido muchos errores antes, pero el verano pasado no se equivocó. Merkel es la única mujer que entendió que el derecho de asilo es fundamental”, dijo Peter Meisel, un pensionista con un letrero reciclado del momento más crítico de la crisis de la deuda griega. 

En vez de significar la pérdida de su cargo como canciller de Alemania, el acto electoral del domingo podría fácilmente terminar consolidando su poder. Es muy probable que los socialdemócratas sufran una gran derrota en Sajonia-Anhalt y que el AfD sea el gran ganador, con cifras de hasta un 19%. No obstante, también es muy probable que el partido de Merkel siga siendo la principal fuerza de ese estado del este de Alemania. 

En Renania-Palatinado, la ministra presidente socialdemócrata se encuentra cabeza a cabeza en las encuestas junto a la candidata de la CDU Julia Klöckner, señalada como la posible sucesora de Merkel en el caso de que hubiera un golpe interno en el partido. Una victoria ajustada sería tomada como un resultado favorable para el partido de Merkel, mientras que una derrota por escaso margen, le cortaría las alas a la potencial líder disidente.

Pragmatismo o flexibilidad

Aunque el camino que tomó Merkel durante la crisis de refugiados le ha significado la pérdida de muchos partidarios tradicionales y de derecha, también le ha servido para ganar nuevos admiradores de centro y de izquierda. “A Merkel le está quedando chico el papel de política cotidiana. Da la impresión de tener la conducta propia de lo que sería un hombre de Estado; se está convirtiendo en la primera mujer de Estado de Alemania”, la elogió Heribert Prantl en el diario de centro-izquierda Süddeutsche Zeitung.

Según un sondeo publicado por Forsa este miércoles, la imagen positiva de la canciller se disparó al 50%, el porcentaje más alto en lo que va de año. 

No todo el mundo cree que Merkel haya abandonado su conocido pragmatismo. Según Hajo Schumacher, un periodista que hace 10 años escribió su tesis de doctorado sobre la gestión de Merkel en la CDU, “el secreto de su éxito sigue siendo su increíble flexibilidad”. “La canciller es capaz de actuar con una amplia variedad de metodologías políticas: desde una venganza brutal o basada en los principios hasta la diplomacia de chequera, como la vemos actuar actualmente en su trato con Turquía o como la vimos en su trato con David Cameron el mes pasado. Es difícil de imaginar que hubiera hecho esa clase de concesiones con alguien de su propio partido”.

Según Schumacher, con las últimas medidas tomadas en la crisis de refugiados, la canciller alemana ya ha dado un giro de 180 grados en su postura del verano de mantener las fronteras abiertas. “Merkel maneja el sentido de la oportunidad de manera extraordinaria, en especial en tiempos de crisis. Tiene la tendencia a cambiar cuando las encuestas cambian, ni un minuto antes”.

Tradución de Francisco de Zárate