Puede que la evasión fiscal sea legal, pero está corrompiendo nuestro orden social
- Los Papeles del Paraíso subrayan, una vez más, la injusticia, inmoralidad y ruptura de nuestro orden social
“Lo expuesto por los Papeles del Paraíso es legal, ¿cuál es el problema?”
Familiarízate con esta frase, porque en los próximos días la escucharás de la boca de los defensores de nuestro corrompido status quo. Por supuesto que lo hacen con una intención subyacente, quieren demonizar el pago de impuestos como concepto. El fin último es construir un “utopía” de libre mercado que, para la gran mayoría, sería más bien una distopía.
Analicemos este razonamiento. Usar vacíos legales para evitar pagar impuestos a nivel industrial es una decisión, una decisión consciente, que un individuo o un negocio tiene que tomar. Muchos deciden no hacerlo. Lewis Hamilton nació sin problemas en el hospital Lister de Stevenage en Hertfordshire, Inglaterra, cortesía del sistema de salud público, la NHS. Después fue educado a expensas del estado. A lo largo de su vida, ha circulado por carreteras y raíles de tren públicos, ha sido protegido por las fuerzas policiales y los bomberos, y sin duda ha contratado los servicios de contables que han usado sus diplomas de universidades públicas para encontrar vacíos legales en el sistema tributario para Hamilton. Ha expresado su agradecimiento a su país eligiendo evitar los impuestos europeos en su jet privado de más de 18 millones de euros.
Los que alardean de la “legalidad” de la evasión fiscal están siendo poco sinceros. El estado no ha aprobado leyes que permitan llevar a cabo ciertas tramas de la misma manera en la que, por ejemplo, ha aprobado la venta legal de alcohol. Este nivel de evasión fiscal requiere un conocimiento enciclopédico fiscal y legal, junto a gran astucia, pedantería y sofisticación. Al fin y al cabo, estás intentando encontrar vacíos legales y zonas grises que los legisladores no habían planificado. Es por esto que se necesitan contables extremadamente caros, que la vasta mayoría de individuos y negocios no pueden permitirse.
La mayoría de trabajadores en Reino Unido están bajo el PAYE (Pay-as-you-earn, “paga según ganes”) así que no pueden explotar vacíos legales para disminuir sus deducciones fiscales. Los pequeños negocios se encontrarán con que la Administración de Hacienda y Aduanas de Reino Unido llama a sus puertas en cuanto cometan el más mínimo error en sus declaraciones fiscales, y además se están quedando sin negocio por culpa de los gigantes corporativos que evaden impuestos. No, este tipo de evasión fiscal es el dominio de los super ricos que pueden permitirse darle la vuelta a la ley. Y ningún individuo ni negocio puede hacer dinero sin infraestructuras públicas, educación pública, sistema de salud público, investigación pública, prestaciones de trabajo, el orden público y la ley, un sistema bancario salvado a costa del Estado, lo que quieras poner como ejemplo. Los evasores fiscales prosperan a expensas de un Estado al que se niegan a contribuir de manera adecuada.
Casualmente, dos profesores de derecho tildan los tejemanejes de Hamilton de potencialmente “abusivos”, y uno de ellos señala que las leyes existentes no se están poniendo en práctica. Para mí, éste es el meollo del asunto. El estado castiga cuando tiene que ver con el fraude de gente con prestaciones sociales o de gente joven penalizada a causa de drogas prohibidas de manera arbitraria, pero trata con pinzas a la élite adinerada sin vergüenza alguna. El comportamiento destructor de los ricos está permitido; las infracciones de los pobres son intolerables.
Los Papeles del Paraíso subrayan, una vez más, la injusticia, inmoralidad y ruptura de nuestro orden social. Unas reglas para la élite, otras para todo el resto. Austeridad sin fin para cientos de millones por todo Occidente, justificada en base a que “no hay dinero”, mientras que una élite rica hasta niveles grotescos acumula su riqueza en paraísos fiscales. No podemos arreglar este sistema, hay que reemplazarlo. Una revolución democrática viene de camino al mundo occidental, y esta élite sinvergüenza, decadente, sólo puede culparse a ella misma.
Traducido por Marina Leiva