¿Demasiado tarde? El veto del Parlamento griego a la ultraderecha llega con las elecciones a la vuelta de la esquina
Durante dos años, Ilias Kasidiaris, exlíder del hoy disuelto partido neonazi Amanecer Dorado, ha utilizado las redes sociales para dirigirse a sus seguidores desde la prisión de Domokos, en el centro de Grecia.
Mes a mes, en una retahíla de discursos llenos de odio, el exdiputado ha arremetido contra la incapacidad del “régimen político corrupto” para gobernar el país. Para sus 135.000 suscriptores en YouTube, estos llamamientos son un balón de oxígeno para él y para Griegos por la Patria, el pequeño partido nacionalista creado por Kasidiaris poco antes de ser condenado a 13 años y medio de cárcel por su papel en Amanecer Dorado. Y parecen estar dando sus frutos.
30 meses después de que se descubriera que el violento grupo neofascista —que atacaba a inmigrantes, asesinó a un rapero griego y arremetía contra la izquierda— era una banda criminal haciéndose pasar por una organización política, el atractivo del irascible Kasidiaris no parece haberse desvanecido.
“Al contrario, parece haber crecido”, dice Kostis Papaioannou, director de Signal, un grupo de investigación que estudia el extremismo de ultraderecha. “Incluso se le ha dado la oportunidad de conducir programas de radio desde su celda y ha sido muy eficaz en el uso de las redes sociales para granjearse apoyo entre los jóvenes. Es preocupante. Si mañana se llevaran a cabo las elecciones generales, su partido probablemente superaría el umbral del 3% para entrar en el Parlamento”, alerta.
Vídeos desde la cárcel
La semana pasada, a menos de seis semanas de que Grecia acuda a las urnas —y apenas unas horas después de que los diputados griegos votaran a favor de prohibir a Griegos por la Patria presentar candidatos—, el consejo disciplinario de la prisión de Domokos se reunió en sesión de urgencia para comenzar a examinar si el preso de 42 años había incumplido las normas penitenciarias que le permiten tener contacto únicamente con familiares cercanos y abogados, comunicaciones que solo pueden tener lugar mediante el uso de una tarjeta telefónica.
Los griegos se preguntan cada vez más cómo es posible que un preso notorio de una cárcel de alta seguridad que alberga a algunos de los delincuentes más peligrosos del país pueda violar tan flagrantemente el código penitenciario, subiendo vídeos a Twitter e, incluso, presidiendo reuniones de dirigentes de su partido, aunque sea por teléfono.
La forma de actuar de Kasidiaris, que salió a la luz por primera vez hace dos años, ha sido fuente de una enorme incomodidad para el Gobierno de centroderecha. En octubre de 2021, cuando las revelaciones salieron a la luz, Sofia Nicolaou, que dirigía la unidad de políticas contra la delincuencia del Ministerio de Protección Ciudadana, no solo ordenó una investigación, sino que además exigió que se castigara a los guardias en caso de que se descubriera que ayudaban e incitaban al recluso. A principios de 2022, Nicolaou dejó su cargo. Desde entonces, las intervenciones de Kasidiaris se han multiplicado.
La votación de la semana pasada que, a última hora de la noche, vetó la participación de la ultraderecha en las elecciones de mayo, vino después de la legislación aprobada en febrero que buscó imposibilitar que Griegos por la Patria se presentara a las elecciones debido a la condena penal de Kasidiaris.
Los nacionalistas respondieron anunciando que Anastasios Kanellopoulos, un fiscal jubilado del Tribunal Supremo, lideraría el partido en las elecciones del 21 de mayo.
Decisión del Supremo en mayo
La última ley, aprobada con el apoyo del partido gobernante, Nueva Democracia, y del partido de centroizquierda Pasok, amplía el alcance de la prohibición original, al hacer que incluso la participación de Griegos por la Patria en las elecciones con Kanellopoulos como líder del partido sea imposible, aunque el Tribunal Supremo griego decidirá el 5 de mayo si la prohibición debe entrar en vigor. La oposición ha acusado al Gobierno de haber actuado poco y demasiado tarde, en vista de unas elecciones que cada vez están más cerca.
“Debería haber actuado justo después del veredicto del tribunal, cuando Amanecer Dorado y sus líderes fueron considerados una organización criminal”, dice Papaioannou. “Pero el Gobierno no quería alejar a la base de simpatizantes de Kasidiaris. Ha perdido mucho apoyo, especialmente entre los derechistas del norte de Grecia, y quería mantener los canales abiertos”, explica.
En un país en el que el Partido Comunista (KKE) estuvo prohibido durante mucho tiempo, este veto ha suscitado dudas respecto a su constitucionalidad: la oposición de izquierda se abstuvo en la votación parlamentaria argumentando que sentaría un peligroso precedente e incluso favorecería al poco arrepentido Kasidiaris.
Con la popularidad del otrora ascendente partido Nueva Democracia golpeada por el accidente de trenes mortal que ha demolido su narrativa de gobernanza eficaz, y sin que ningún partido tenga probabilidades de obtener una mayoría absoluta, grupos más pequeños han conquistado apoyos. En la derecha, Griegos por la Patria se ha visto especialmente fortalecido por la furia antisistema suscitada por un desastre percibido como evitable.
Kasidiaris, mano derecha del autodenominado “Führer” de Amanecer Dorado, Nikos Michaloliakos, dirigió los infames escuadrones de asalto del partido ultra y entrenó a sus miembros en artes marciales.
Si el Tribunal Supremo se niega a mantener la prohibición de que los ultranacionalistas se presenten, la popularidad del grupo podría crecer aún más, advierte Dimitris Mavros, que dirige la encuestadora MRB. “En este momento ya estamos midiendo [el apoyo a Griegos por la Patria] entre el 4 y el 4,5%”, asegura Mavros, que califica el papel de este partido como potencialmente decisivo en las próximas elecciones.
Traducción de Julián Cnochaert.
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