Ted Cruz ha insinuado que enviará a Hillary Clinton a prisión si se convierte en el próximo presidente de Estado Unidos. El candidato republicano lanzó la amenaza este lunes durante un mitin en Irvine, California, acto en el que también dijo que ese Estado decidirá al candidato del Partido Republicano.
Cruz incendió a la gente con la promesa de mantener fuera de la Casa Blanca a la principal candidata demócrata –si es posible entre rejas–. “Tengo en la mente una dependencia del gobierno ligeramente diferente para ella”, dijo.
El senador de Texas no desarrolló más esta idea aunque la amenaza –último envite que deja patente la intensa rivalidad– se refería a una investigación del FBI. Clinton utilizó un servidor de correo electrónico privado mientras fue secretaria de Estado.
No está claro si las amenazas son del todo serias pero el público del hotel de Irvine rugió dando su aprobación y distribuyó chapas en las que se podía leer 'Hillary a prisión' después del evento. La multitud recordó lo ocurrido con el servidor privado y con el papel que jugó Clinton en la muerte de cuatro estadounidenses en una base libia en 2012.
Cruz hizo más bromas con esto el año pasado en las que decía que Clinton iba a terminar en Leavenworth, una prisión federal de Kansas. Reactivando la amenaza, o la broma, removió la aversión de los republicanos de base hacia la exprimera dama y reforzó su posicionamiento como la mejor de las opciones de cara a las elecciones de noviembre.
El auditorio tomó en serio a Cruz. “Si Cruz así lo quiere creo que nombrará a un fiscal general del estado para procesarla. El servidor era claramente ilegal, fue violado en un acto de espionaje”, dice Robin Hall, un administrador de educación retirado de 65 años.
“Aparentemente ella se saltó la ley. Parece que bajo el Departamento de Justicia de Obama todo está muy politizado y no se persigue a los demócratas”, dice Michelle Markel, que acompañaba a su esposo Bob de 67 años, que sujetaba un cartel en el que ponía “We love lion Ted” (amamos al león Ted).
Un vendedor que estaba fuera del hotel se quedó sin chapas de 'Hillary a prisión' pocos minutos después de que terminase el mitin. Se vendían incluso antes de que Cruz subiera al estrado. “Al principio la gente pensaba que ponía 'Hillary presidenta' y era como 'oh no'”, explica Jake Towe, un seguidor de Cruz que viajó con su padre desde Oklahoma para vender esa y otras chapas. “Después la gente la miraba de cerca y decía 'nos encanta'”.
El FBI ya suspendió las investigaciones
El uso de un servidor privado para negocios oficiales ha perseguido a Clinton, aunque sigue siendo la favorita para batir a Bernie Sanders y resolver la elección demócrata. Ella pidió disculpas por utilizar el servidor mientras estuvo en el cargo desde 2009 hasta 2013 pero desmintió que hubiera irregularidades. A petición del FBI el departamento de Estado ha suspendido los planes de una revisión interna si la información fue manejada correctamente.
Jack Pitney, profesor de política en la Universidad Claremont McKenna, asegura que cualquier comentario en contra de Clinton obtendría una reacción positiva por parte del público republicano. “Ambos partidos muestran una tendencia a ver al otro lado solamente errores, el mal personificado. Ya en 2007, el 35% de los demócratas creían que Bush sabía lo que iba a pasar el 11S. Ahora muchos republicanos sospechan que Clinton es parte de una conspiración criminal.
Interrumpir la campaña para las primarias de Nueva York del próximo 19 de abril para aparecer en el condado de Orange, al otro lado del país, seguido de una parada el lunes en San Diego, deja entrever que Cruz tiene ya una mirada puesta en las primarias de California del 7 de junio. También estuvo a finales de marzo para una recaudación de fondos y para aparecer en el programa de la ABC dirigido por Jimmy Kimmel.
Donald Trump, el principal candidato republicano, canceló un evento cerca de Los Ángeles la semana pasada para centrarse en Nueva York, reforzando la percepción de que Cruz tiene más futuro al pensar en una estrategia para acumular delegados antes de la posible convención del partido el próximo mes de julio en Cleveland.
California tiene 172 delegados, más que cualquier otro Estado, pero es una parada tardía dentro del calendario de primarias y, tradicionalmente, no se decide ahí el nombramiento.
Cruz elogió a sus anfitriones –centenares de alegres seguidores en el Hotel Irvine– como a kingmakers (persona o grupo que tiene gran influencia en una sucesión real o política). “Voy a decir algo que no se ha dicho en 50 años: en California se decidirán las primarias”. También hizo un llamamiento a la multitud para que se unieran voluntariamente su 'ejército' de más de 265.000 personas que trabajan desde casa, con sus teléfonos, para convencer a sus vecinos y sus amigos. “Las encuestas muestran que conmigo ganaremos a Hillary Clinton”.
La mayoría de las encuestas muestran, en realidad, que Cruz perdería contra los demócratas pero varios miembros del auditorio aseguraron que aún así es la mejor apuesta. “Trump, es demasiado radical. No creo que se le pueda votar. Si votase, votaría por Cruz”, confiesa Gary Howard, un antiguo trabajador del sector alimenticio de 71 años.
Su mujer Judy, de 70 años, explica que la impopularidad de Cruz en el Senado le hizo tener dudas pero que ahora creía que él afianzará la frontera. “Si la frontera es muy débil tendremos más terroristas”.
Traducido por Cristina Armunia Berges