Tirando del mismo argumentario que lleva meses repitiendo acorralado por diferentes casos judiciales, Donald Trump ha convertido la Trump Tower en un estrado fuera del tribunal de Manhattan desde donde ha defendido su inocencia. El magnate ha dado la explicación que se negó a dar ante el jurado de Nueva York que este jueves lo declaró culpable en un juicio penal, en su caso por 34 cargos por delitos graves de falsificación de registros comerciales relacionados con el pago a la actriz porno Stormy Daniels para proteger su carrera presidencial en 2016.
“Vivimos en un Estado fascista”, ha dicho Trump, quien no ha tenido reparos en señalar al actual presidente: “Esto ha sido orquestado por Biden y su gente”. De nuevo, Trump se ha presentado como un “mártir” político que está siendo perseguido por los “poderes de Washington”. “Si pueden hacerme esto a mí, pueden hacérselo a cualquiera”, ha dicho el candidato republicano en un largo discurso.
El expresidente ha agregado que su equipo legal va a apelar el veredicto, que ha calificado de “estafa”. Entre sus razones para hacerlo, ha citado: “No nos permitieron traer a testigos, no nos permitieron hablar, no nos permitieron hacer nada. El juez fue un tirano”, ha concluido, en alusión al juez Juan Merchan, que ha presidido el tribunal y contra el que ha arremetido en varias ocasiones, en referencia a la prohibición (gag order) que le impuso para que no atacara a los testigos del caso.
La pena que Trump deberá pagar por sus delitos no se sabrá hasta el 11 de julio. A pesar de que la pena máxima a la que puede ser condenado son cuatro años de prisión, es poco probable que el juez la aplique y el magnate termine entre rejas, ya que no cuenta con un expediente criminal.
Al igual que hizo su defensa durante los alegatos finales, Trump ha reiterado que no había ninguna falsificación en los registros de la Organización Trump cuando anotó el pago bajo el concepto de “gastos legales”. “Pagué a un abogado legalmente y lo guardé para mí correctamente apuntado en los libros como un 'gasto legal'. Pagar a un abogado es un 'gasto legal' en los libros, nada más. Esto es a lo que llaman falsificación documental. Un gasto legal que fue registrado como un gasto legal. Por esto es por lo que me quieren enviar a prisión”.
Una vez más, el ahora expresidente convicto ha afirmado que su juicio está “amañado”. “Fue un juicio amañado. Queríamos un cambio de sede, donde pudiéramos tener un juicio justo. No lo conseguimos. Queríamos un cambio de juez, queríamos un juez que no tuviera conflictos, y obviamente no lo hizo (...) nadie ha visto nunca algo así”, ha dicho el expresidente de EEUU. Ya a las puertas de la sala nada más conocer la decisión del juez dijo que el juicio fue “un amaño y una gran vergüenza”. “El veredicto real lo dará (en las elecciones presidenciales) el 5 de noviembre el pueblo de Estados Unidos”, añadió.
El magnate ha argumentado en reiteradas en ocasiones que el juicio se trata de una caza de brujas por parte de los demócratas para intervenir en su candidatura presidencial, a pesar de que no hay evidencias de que así sea. Este viernes ha vuelto a repetirlo: “Para que lo entiendan, todo esto está hecho por Biden y su gente, quizás su gente, más importante, no sé, si Biden sabe mucho de esto, porque no sé si sabe de algo, pero sin embargo es el presidente, así que tenemos que usar su nombre, y esto está hecho por Washington, y nadie ha visto nunca nada igual”.
Trump también ha afirmado que el juez del caso y el tribunal están en “total sintonía con la Casa Blanca y el DoJ [departamento de Justicia]”. El caso, no obstante, fue presentado por el fiscal de distrito electo de Manhattan, que no rinde cuentas al Gobierno federal. “Todo sale de la Casa Blanca. El corrupto Joe Biden, el peor presidente de la historia de nuestro país. Es el peor presidente de la historia de nuestro país, el más incompetente, es el presidente más tonto que hemos tenido. Es el presidente más tonto, el más incompetente, y es el presidente más deshonesto que hemos tenido”, ha repetido.
Suben las donaciones a su campaña
Justo tras conocerse el veredicto de culpabilidad, las donaciones a la campaña política de Trump para las elecciones presidenciales han sumado en unas pocas horas un total de 34,8 millones de dólares, lo que rompió todos los récords, ha asegurado esta mañana un comunicado del equipo de campaña. Estas donaciones supusieron de hecho casi el doble de la mayor registrada hasta ahora en la plataforma WinRed, y procedieron principalmente de lo que llaman microdonaciones o aportaciones de unos pocos dólares.
Cuando a Trump se le imputaron los cuatro casos penales, incluido el de Nueva York, por el que ahora ha sido hallado culpable, las encuestas electorales no se resintieron. El expresidente ha seguido liderando las encuestas de popularidad de cara a las elecciones del 5 de noviembre, incluso en estados que serán claves para determinar quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Hace tiempo que Trump ha sido capaz de sobrevivir escándalos que habrían hundido a cualquier otro político, pero ahora ya no se trata de una imputación, sino de un veredicto de culpabilidad. Con Trump convicto, la campaña electoral se adentra (aún más) en un territorio desconocido hasta el momento.
Antes de que se supiera la sentencia, ya se habían publicado muchas encuestas sobre qué harían los votantes si Trump era declarado culpable. Por ejemplo, la encuesta de la NPR/PBS mostraba como dos de cada tres estadounidenses (67%) aseguraba que una condena del republicano no afectaría a su sentido de voto. Ahora bien, una cosa es hacer afirmaciones sobre hechos que podrían pasar y otra muy distinta es afirmar que se quiere como presidente a una persona que ha sido declarada culpable por un caso penal.
Igual que ha hecho otras veces, Trump volverá a intentar instrumentalizar su culpabilidad en una arma para reforzar el apoyo de sus seguidores. Muy probablemente el grueso de las filas MAGA no se vean afectadas por esta sentencia, pero tampoco serán ellos los votantes que marcaran la diferencia en noviembre. Uno de los grupos que tiene la llave son los votantes independientes, cuyo apoyo intenta ganarse el republicano.
Ahora bien, muy probablemente no esté en manos de los MAGA determinar el futuro del país. El margen que separa a Biden de Trump de las encuestas es pequeño y uno de los grupos que tendrá la llave para abrir las puertas de la Casa Blanca eran los votantes independientes. Estos es muy probable que sientan rechazo ante la idea de elegir a un convicto como presidente.
La exgobernadora de Carolina del Sur siempre los tuvo bajo su ala mientras competía en las primarias republicanas con Donald Trump. Cuando aún seguía en pie en la carrera para la nominación republicana, las encuestas mostraban como Haley tenía más capacidad de robar votos a Biden que no Trump. Recientemente, Haley acabó dando su apoyo a Trump para las elecciones del 5 de noviembre.