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Los Verdes europeos y organizaciones sociales promueven controles estrictos a la exportación de armas

Activistas de Greenpeace se encaraman al barco 'Bahri Tabuk' en febrero de 2018, mientras carga armas que podrían ser utilizadas en la guerra del Yemen.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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El Gobierno de Mariano Rajoy autorizó un contrato secreto para vender armas a Arabia Saudí; España exporta a Marruecos embarcaciones militares haciéndolas pasar por barcos civiles; Turquía utiliza aviones de fabricación española en sus invasiones en el norte de Siria y Chipre... Todos estos casos son algunos ejemplos descubiertos por investigaciones periodísticas y entidades humanitarias, como la llevada a cabo por elDiario.es y Lighthouse Reports, que evidencian que España, al igual que otros países, sortea la regulación europea para vender armas.

Para que haya más control sobre las exportaciones de armas desde países de la UE, para armonizar las políticas de ventas de armas y para que se respete la política común de la UE, varias organizaciones sociales –en España, FundiPau, Centre Delàs y AIPAZ– y el grupo de los Verdes en la Eurocámara promueven una regulación que refuerce los controles sobre la exportación de armas.

La eurodiputada verde alemana Hannah Neumann es la promotora de la iniciativa en el Parlamento Europeo. “Tenemos que asegurarnos de que la Unión Europea realmente pueda controlar dónde terminan las armas producidas dentro de la UE”, afirma.

En efecto, según el reciente informe Smoking Guns, del Transnational Institute, “las armas y los equipos militares fabricados y autorizados en Europa y vendidos a terceros países provocan el desplazamiento forzado y la migración. Además, el comercio de armas está impulsado por las ganancias y está poco regulado; las armas europeas se utilizan directamente para desestabilizar países y regiones enteras y una vez que se comercializan las armas, y aunque se pueden rastrear, es virtualmente imposible controlar cómo pueden eventualmente usarse. Así mismo, los países europeos se encuentran entre los principales exportadores de equipos para armas letales en todo el mundo, y representan aproximadamente el 26% de las exportaciones mundiales de armas desde 2015. Los cinco principales exportadores de armas europeos son Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido, que juntos representan el 22% de las exportaciones en el período 2016-2020”.

“Queremos iniciar un debate en torno al argumento de que 'las exportaciones de armas son un asunto únicamente de los Estados miembros”, explica Hannah Neumann. ¿Por qué? “Aunque todos los Estados miembros han acordado una Posición Común sobre las exportaciones de armas, vemos 27 configuraciones institucionales diferentes. Las decisiones de exportación nacionales varían enormemente y la transparencia sigue siendo una preocupación”.

Las reglas, en teoría

La posición común de la Unión Europea, que regula las exportaciones de armamento, establece que los países exportadores deberán denegar las autorizaciones si existe el riesgo de que el material se desvíe dentro del país comprador o se reexporte “en condiciones no deseadas”, y se considera jurídicamente vinculante, “pero no existe ningún tribunal para hacerla cumplir”, recuerda Neumann: “Las decisiones de exportación nacionales diferentes y a veces opuestas socavan la capacidad política de la UE para influir en los conflictos y, por tanto, su autonomía estratégica. Algunos ejemplos son los contratos de mantenimiento de aviones militares utilizados por Turquía en Libia, pero también las exportaciones a Arabia Saudí, que está involucrada en la guerra en Yemen. La I + D y la exportación de armas europeas deberían ir acompañadas de un control de la UE del Parlamento Europeo”.

Según recoge la propuesta presentada en el Parlamento Europeo, “a medida que se construye un mercado de adquisiciones en la UE y una Unión Europea de la Defensa, el control de las exportaciones nacionales se vuelve cada vez más anacrónico. Varios proyectos conjuntos de armamento muestran cómo la configuración actual de la producción conjunta y las licencias nacionales pueden generar problemas, como cuando existen decisiones nacionales divergentes sobre embargos de armas, como el caso del Eurofighter y las exportaciones a Arabia Saudí. O el anuncio del presidente francés, Emmanuel Macron, de que proporcionará armas al líder egipcio, El-Sisi, algo que no tiene nada que ver con su respeto a los derechos humanos”.

Otro caso que señala la propuesta es que “algunos Estados miembros retuercen cada vez más los mecanismos para lograr una mayor coherencia. Por ejemplo, deben informar si niegan una licencia de exportación, para que otros también nieguen exportaciones similares. Sin embargo, algunos hacen un uso impropio de esta información para ponerse en contacto con el comprador potencial y ofrecer lo que ha sido denegado por otro Estado miembro”.

El informe destaca que las armas producidas en la UE terminan continuamente en conflictos en todo el mundo, “lo que contribuye al sufrimiento humano y genera desacuerdos entre los Estados miembros. Por lo tanto, proponemos un reglamento de la UE que introduzca un control a escala comunitaria de las exportaciones de armas, con evaluación de riesgos previa a la decisión, seguimiento y control del destinatario final”.

Evaluaciones de riesgos comunes

El reglamento propuesto no tiene como objetivo una toma de decisiones europea sobre licencias nacionales de exportación de armas emitidas. “La decisión final sobre las licencias de exportación seguirá en manos de los Estados miembros”, dicen los promotores. “En casos muy específicos, un Estado miembro podría solicitar una exención si puede demostrar que están en juego intereses de seguridad nacional”.

Sin embargo, proponen establecer un organismo común independiente de evaluación de riesgos “para aumentar la coherencia política de las decisiones de exportación en la UE, evitar desacuerdos entre los Estados miembros y garantizar la aplicación adecuada de los criterios de exportación”.

El papel de este organismo será identificar y actualizar continuamente una lista de países a los que la exportación de armas podría resultar problemática (según los criterios comunes), que será presentada por la Comisión Europea al Parlamento Europeo y al Consejo (los gobiernos de la UE), que pueden pedir modificaciones. Para los países enumerados, el organismo de evaluación de riesgos desarrollará una evaluación detallada.

De acuerdo con la propuesta, en caso de que una empresa de la UE solicite una licencia de exportación a un país catalogado como problemático por el organismo común de evaluación de riesgos, la autoridad nacional de concesión de licencias del Estado miembro pertinente debe incorporar las recomendaciones del organismo común de evaluación de riesgos en su proceso de toma de decisiones.

En caso de que la evaluación del Estado miembro respectivo de una solicitud de exportación de armas sea más restrictiva que la del organismo común de evaluación de riesgos, prevalecerá la decisión del Estado miembro. En caso de que un Estado miembro decida exportar determinadas armas a un destino contrario a la recomendación del órgano común de evaluación de riesgos, debe presentar una justificación por escrito de su decisión.

Esta justificación debe basarse en los intereses de seguridad nacional y debe transmitirse al grupo de coordinación de exportación de armas que se establecería y a la comisión correspondiente del Parlamento Europeo.

Transparencia y responsabilidad

Si bien la responsabilidad de los Estados miembros en las decisiones sobre licencias de exportación de armas es el centro de atención del proyecto de reglamento, también se refiere a las empresas productoras de armas, obligándolas a ejercer la debida responsabilidad antes de solicitar una licencia de exportación: las empresas productoras de armas deberán evaluar si los posibles receptores de la tecnología militar cumplen los criterios comunes de la UE.

Una parte adicional de este reglamento actualiza los ocho criterios de la posición común de la UE al marco legal internacional actual del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA).

En este sentido, los promotores de la regulación sugieren “introducir el criterio del riesgo de agudizar la violencia de género con una exportación, así como una evaluación de la corrupción vinculada a un acuerdo de exportación, o un desvío de las armas posterior a la evaluación del órgano común de evaluación de riesgos”.

Otras medidas

Los proponentes piden un debate anual en el Parlamento Europeo sobre exportaciones de armas. Tras la publicación del informe anual de la comisión sobre exportaciones de armas, “el Parlamento Europeo debería celebrar un debate sobre el asunto para aumentar la transparencia, el control democrático y la conciencia pública sobre la cuestión de las exportaciones de armas”.

Y añaden: “En caso de que un Estado miembro expida una licencia de exportación de armas a un país al que el organismo de evaluación de riesgos recomendó que se le denegara la licencia, la autoridad competente del país respectivo debería tener que justificar la decisión en el Parlamento Europeo”.

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