Un chaval de 17 años, superviviente del tiroteo de Florida, avergüenza a un líder republicano sobre el uso de armas en EEUU
La masacre provocada Por Nikolas Cruz en un instituto de Parkland, en Florida, ha vuelto a abrir en Estados Unidos el debate sobre el uso de las armas. En este programa de la CNN, al Senador republicano Marco Rubio le salió un rival inesperado. Se trata de Cameron Kasky, un joven de 17 años que sobrevivó al tiroteo que tuvo lugar en la escuela secundaria Stoneman Douglas.
En un momento del debate, el joven Kasky, al que le tocaba hacer una pregunta a Rubio, le interpeló afirmando: “Esto no va de rojos y azules. Cualquiera que quiera mostrar un cambio, sin importar de dónde venga; cualquiera que quiera marcar la diferencia, es alguien que necesitamos de nuestro lado”. En pocos segundos, el estudiante puso en pie al público y arrancó a todos un sonoro aplauso. “Esto va de personas que quieren un cambio para salvarnos y personas que están en contra, y prefieren el dinero”, añadió.
Su pregunta a Rubio, que fue candidato en las primarias republicanas para las elecciones presidenciales de 2016, volvió a levantar a la gente de sus asientos. “Senador Rubio, ¿podría decirme ahora que no aceptará ninguna donación de la NRA (Asociación Nacional del Rifle) en el futuro?”
La respuesta de Rubio, miembro de un partido que recibió una gran cantidad de dinero de la NRA para financiar su campaña electoral, fue doble. “Yo apoyo la segunda enmienda, pero también apoyo que todos vosotros podáis ir al colegio y estar seguros”. La segunda enmienda de la Constitución es la que permite portar armas a los ciudadanos. “Y apoyo cualquier ley que mantenga las armas lejos de las manos de cualquier asesino desequilibrado”, añadió. Sin embargo, su respuesta no tuvo una buena acogida entre los asistentes, que le abuchearon y le silbaron nada más concluir su intervención.
En ese momento, el debate se trabó, y Kasky insistió en su pregunta: “¿No más dinero de la NRA?” Como la respuesta del senador, de nuevo, no volvió a convencerle ni a apaciguar los ánimos de la gente, el joven le presionó de nuevo. “Podrías decir que no”.
Marco Rubio, con gesto de encontrarse en un callejón sin salida, intentó razonar su respuesta. “La influencia de estos grupos no viene del dinero. La influencia de estos grupos viene de los millones de personas que están de acuerdo con sus ideas, los millones de americanos que apoyan a la NRA y que apoyan el derecho a portar armas”.
Consciente de su posición de clara ventaja en el debate, el joven estadounidense le complicó aún más la situación. “En el nombre de 17 personas asesinadas, ¿no puedes pedir a la RNA que saque su dinero de la campaña?”.
“En el nombre de 17 personas yo puedo prometer que apoyaré cualquier ley que prevenga que un asesino como este...”, empezó a decir de nuevo Rubio, hasta que fue cortado por Kasky. “No, pero estoy hablando del dinero de la NRA”.
En ese momento, en el que la habilidad dialéctica del senador parecía haberse visto menguada por las preguntas de un joven estudiante de secundaria, el discurso de Rubio ya solo fue a la defensiva. “Mira, la primera enmienda (que defiende la libertad de expresión) es tan importante como la segunda. Tú tienes todo el derecho a hacerme esa pregunta, y yo defenderé las cosas en las que creo”.
Kasky, con gesto de hastío por no hallar en Rubio la respuesta que esperaba, se dirigió entonces directamente a la NRA. “Vale, sabía que esto iba a pasar. NRA, por favor, alejen su dinero de Rubio si decide volver a ser candidato”, afirmó, antes de volver a escuchar el aplauso del público y de que Marco Rubio bajara la cabeza en clara señal de derrota.